La Hermandad del Cristo de Burgos celebró el pasado sábado, tras la misa de las ocho de la tarde, el vía crucis con la imagen del crucificado llevada a hombros por sus hermanos. Si en años anteriores el recorrido era básicamente una vuelta a la manzana por Santa Ángela de la Cruz, Gerona y Doña María Coronel, en esta ocasión el recorrido se redujo a la plaza del Cristo de Burgos, saliendo de San Pedro hacia el lado derecho de la plaza para rodearla, y regresar por el lado izquierdo a la parroquia.
El capataz general de la cofradía, Antonio Santiago, fue el encargado de guiar a los hermanos portando al Señor, que no llevaba potencias y al que antecedía un brevísimo cortejo encabezado por la cruz parroquial entre ciriales y seguida por un trío de música de capilla, el cuerpo de acólitos y el crucificado, flanqueado por dos servidores con faroles.
Las estaciones del vía crucis se fueron rezando a lo largo del recorrido y la última ya en el interior del templo, con el Cristo de Burgos colocado momentáneamente en el presbiterio. Después, finalizado el culto, fue trasladado a la capilla de San Pedro Ad Víncula, donde quedó tumbado entre lirios morados para la solemne veneración que tuvo lugar a lo largo del domingo. Y tras la veneración, se produjo la subida del Cristo a su paso de cara a la estación de penitencia del próximo Miércoles Santo.
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