La Hermandad de la Divina Pastora de San Antonio vivió el pasado sábado su salida procesional, recorriendo algunas de las calles de la feligresía de San Lorenzo y llegando a entrar en dicha parroquia. Para esta salida fue novedad el estreno de la finalización de los bordados del manto procesional, de terciopelo azul pavo; una pieza estrenada en 2014, aunque fue el pasado mes de enero cuando se pudo ver completamente acabada gracias al trabajo de las bordadoras María Dolores Gálvez Pedraja, María Felisa Gálvez Muñoz y Concepción Velázquez Hidalgo.
También ha sido novedad el horario de entrada, más tempranero que el de años anteriores, debido a que el recorrido ha sido algo más breve. La salida tuvo lugar a las siete y media de la tarde, cuando atravesó la doble puerta del antiguo Convento de San Antonio de Padua la cruz alzada entre ciriales. Detrás iban el libro de reglas y las representaciones de las hermandades de la Bofetá, la Soledad de San Lorenzo y el Buen Fin. A continuación, veíamos el propio estandarte corporativo de la Pastora de San Antonio, la presidencia y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria de Las Cigarreras esperaba en la calle San Vicente la salida del paso; una banda que esa misma mañana había acompañado a la Virgen del Carmen de Calatrava (ver) en su traslado para presidir el Pregón de las Glorias, que, por la fecha inexplicablemente tardía en que se ha celebrado, iba a coincidir con la presencia de la Pastora de San Antonio, una de las Glorias que se iban a pregonar, en las calles.
La familia Ariza se encargó un año más de comandar el paso de la Divina Pastora, a la que la banda tocó el Himno de España y la marcha "Esperanza de vida" en el momento de la salida. Llamó la atención el exorno floral del paso, cuajado de coloridas especies entre las que había algunas mariposas y pájaros artificiales. Y detrás del granado, una cesta con varias frutas.
En lugar de seguir por San Vicente hasta la calle Guadalquivir, como otros años, el paso giró a su derecha en la calle Santa Ana, lo que hizo a los sones de "Corpus Christi". Después, cuando el paso se detuvo, unos cofrades de la Divina Pastora de San Fernando hicieron una ofrenda floral y Rafael Ariza les dedicó la siguiente levantá.
Seguidamente, el paso continuó adelante con "Coronación de la Macarena" y luego cruzó la calle Teodosio para continuar por un tramo más de Santa Ana mientras la Banda de Las Cigarreras interpretaba "Pastora franciscana".
La Divina Pastora tomó entonces la calle Santa Clara, a la que giró con "Aniversario macareno". Con esta banda sonora, la imagen recibió una petalada desde unos balcones de la calle antes de llegar a la confluencia con Hernán Cortés, calle por la que siguió a los sones de "Virgen de la Paz".
Desde Hernán Cortés, el recorrido siguió por la calle Pescadores, donde se pudo escuchar "Esperanza Macarena", para tomar luego Jesús del Gran Poder, a la que llegó la Divina Pastora con la marcha "La Caridad del Arenal".
El paso se paró en la esquina con Conde de Barajas y poco después se levantó para tomar esta calle mientras sonaba "Madre Hiniesta". Los capataces fueron advertidos de que aún no había terminado la misa que se estaba celebrando en San Lorenzo, por lo que se les pidió que el paso no caminara demasiado deprisa.
Con "La Estrella Sublime", el paso avanzó hasta la esquina con la plaza y luego hizo una breve chicotá a tambor, quizá para dar tiempo a que el templo se preparase para recibir a la Pastora.
Poco después, cuando ya la cofradía pudo llegar a San Lorenzo, sonó "Pasan los campanilleros" para que el paso se plantara en mitad de la plaza, donde se paró. Aquí hubo otra dedicatoria de levantá, en este paso para la Pastora de Cantillana. Luego, el paso comenzó a caminar en dirección a la puerta del templo y la atravesó mientras la Banda de Las Cigarreras tocaba "Triana", marcha omnipresente de un tiempo a estar parte en cualquier repertorio.
El párroco de San Lorenzo, Francisco de los Reyes Rodríguez López, recibió a la Divina Pastora, como también lo hicieron las hermandades de la Bofetá y la Soledad, que en este punto abandonaron el cortejo, y la del Gran Poder, que llevó hasta la parroquia su estandarte corporativo.
En lugar de recorrer las naves del templo como en otras ocasiones, al entrar el paso fue vuelto a su derecha hacia la capilla sacramental, donde se paró durante el rezo de las oraciones en honor a la Virgen en su advocación de Pastora.
Tras la estación en la parroquia, la Divina Pastora se dispuso a continuar su recorrido y salió nuevamente a la plaza, momento en que la Banda de Las Cigarreras interpretó otra vez el Himno Nacional y luego la marcha "Al cielo con Ella", seguida después por "Virgen de las Aguas" al tomar la calle Juan Rabadán. Aquí, se dedicó una levantá a la familia Laguillo, a la Pastora de Cantillana de nuevo y a la Bodega San Lorenzo, que realizó una enorme ofrenda floral a la Pastora.
En el tramo final de la procesión, la Divina Pastora de San Antonio tomó la calle Teodosio a los sones de "Triana, tu Esperanza" y más adelante sonó "Macarena", de Abel Moreno. Antes de esta segunda marcha el hermano mayor, Manuel Vallejo, se acercó al paso para pedir en tono jocoso más alegría en la forma de andar y se dirigió a los capataces para decirles en tono de broma que no hicieran caso al diputado del paso, "que éste es muy serio".
Más adelante, la banda comenzó a interpretar "Rosario de Monte-Sión" al girar el paso hacia la calle Marqués de la Mina, aunque la composición fue interrumpida cuando el paso se detuvo en la misma esquina.
Cuando el paso se levantó y comenzó a andar por Marqués de la Mina con la marcha "Siempre la Esperanza", cayó una gran petalada desde el edificio de la Abacería de San Lorenzo; unos pétalos que inundaron el paso y la calle, y que apagaron prácticamente todos los codales de los candelabros. Después, en las siguientes paradas, intentarían entre varios hermanos volver a encenderlos todos.
Con "Y en Triana, la O", el paso de la Divina Pastora siguió después su camino hasta la plaza de San Antonio de Padua, donde se paró antes de girar a la calle San Vicente. Aquí algunos miembros de la hermandad le dieron a los capataces indicaciones contrapuestas sobre cómo realizar la entrada: mirando hacia la calle o hacia el interior del templo. Tras varias consultas se optó por la segunda opción, lo que no fue muy del agrado de los que optaban por la primera. Con las instrucciones dadas, el paso tomó San Vicente mientras sonaba la marcha "Pasa la Virgen Macarena".
Ya junto al templo, se procedió a realizar la entrada, momento para el que se escogió la marcha "Mi Amargura". Con ella, la Divina Pastora entró en San Antonio de Padua dando la espalda, y con ella el manto nuevo, a quienes asistían a este instante final de la procesión. Tras la marcha de Víctor Ferrer, la Banda de Las Cigarreras tocó el Himno de España cuando faltaban ocho minutos para las once de la noche.
Una vez concluida la salida procesional, el paso de la Divina Pastora fue llevado hasta los pies de la nave central, bajo el coro del templo. La primera Pastora del año acababa de recorrer las calles de su barrio.
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