La Hermandad de la Hiniesta celebró ayer, como cada 23 de mayo, el aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. En concreto, dicha ceremonia tuvo lugar hace cuarenta y ocho años; y para celebrarlo, a las ocho y media de la tarde fue la solemne función de aniversario.
Además, durante todo el día estuvo expuesta a la veneración de los fieles la imagen letífica, que se situó en el presbiterio alto de la Parroquia de San Julián, ante un dosel de terciopelo rojo y sobre su peana procesional de madera dorada. La Virgen de la Hiniesta no llevaba manto textil y tanto la Virgen como el Niño lucían las coronas de salida. Ella además portaba la retama de hiniesta de plata y topacios, el bastón de mando, las llaves y la Medalla de la Ciudad.
Junto a la Hiniesta Gloriosa había cuatro candeleros con cera blanca, dos a cada lado, y dos jarras con diversas especies florales de tonalidad blanca sobre sendos pies de base cuadrada con decoración pictórica. Detrás, el retablo mayor del templo estaba cubierto por un gran cortinaje de damasco rojo del que colgaban dos reposteros con el emblema del Ayuntamiento y que únicamente dejaba al descubierto las tallas de San José y San Julián.
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