El pasado domingo tuvo lugar la salida procesional de la Hermandad de Nuestra Señora de la Alegría, cofradía de gloria de sabor muy clásico. Tanto que este año la corporación está celebrando sus tres siglos y medio de historia y pudo celebrarlos en la calle, realizando una salida procesional que siguieron muchos cofrades, recorriendo con la Virgen de la Alegría algunas de las calles de las feligresías de San Bartolomé y San Esteban, y de San Nicolás.
A las siete de la tarde inició su recorrido desde San Bartolomé el cortejo, encabezado por la cruz que flanqueaban los característicos faroles de la cofradía, y detrás iba el simpecado. La Hermandad de la Virgen de la Luz participó con su estandarte corporativo, situado justo delante del propio estandarte de la Alegría. Y ante el paso, los acólitos con cuatro ciriales.
Tras salir del templo, el paso de la Virgen de la Alegría, comandado por los Villanueva, se dirigió a la plaza de las Mercedarias y a la estrechez de la calle Vidrio, para salir por ahí a San Esteban. La cofradía del Martes Santo la esperaba en la puerta ojival, a la que el paso se volvió a los sones de "Esperanza Macarena", interpretada por la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras.
Tras pararse ante la representación de la Hermandad de San Esteban, con su estandarte corporativo, el paso se levantó y comenzó a alejarse con la marcha "La Virgen de los Desamparados", hasta detenerse poco antes de alcanzar la plaza de Pilatos.
La Virgen de la Alegría, con su paso adornado con claveles, rosas y margaritas, todo ello de color rosa, salpicados de paniculata, avanzó a tambor por la plaza de Pilatos hasta parar antes de la calle Águilas. Un grupo de miembros de la comunidad parroquial cantaron la Salve en este punto y después se les dedicó la levantá.
"Corpus Christi" fue la marcha escogida para que el paso continuara su camino y llegara hasta la ventana del Convento de Santa María de Jesús. La Virgen se volvió ligeramente hacia las religiosas clarisas y la marcha fue interrumpida para que le interpretaran la conocida composición "Hoy te quiero cantar".
Cuando las religiosas concluyeron su cántico, el paso se levantó para continuar por Águilas con la marcha "María Santísima del Subterráneo" y luego se paró en la esquina con Vírgenes para que se produjera un relevo de costaleros. A continuación, la Virgen de la Alegría comenzó a girar a su izquierda, se adentró en la calle Vírgenes y siguió luego por la estrechísima Almirante Hoyos a los sones de "La Caridad del Arenal".
En Almirante Hoyos se encontraba viendo la cofradía Ignacio Pérez Franco, ex hermano mayor del Baratillo y pregonero de la Semana Santa de 2012. A él le dedicó Carlos Villanueva una levantá, tras la que la Banda de Las Cigarreras comenzó a tocar "La Esperanza de Triana", composición con la que el paso llegó hasta la calle Muñoz y Pabón.
Después, la Virgen de la Alegría continuó a tambor hasta pasar la plaza dedicada a Ramón Ybarra Llosent y siguió hasta la puerta de la Parroquia de San Nicolás, donde la esperaba la Hermandad de la Candelaria, con "Danos la paz". Una vez el paso se detuvo ante la puerta, los cofrades de la Candelaria cantaron la Salve.
"Candelaria" fue la marcha que la banda tocó para que la Virgen de la Alegría se marchara de San Nicolás y tomara la calle San José. Después, se paró ante una de las puertas del Convento de Madre de Dios y sus hermanas originarias de África cantaron una llamativa canción de alabanza a la Virgen. Mientras tanto, se produjo un relevo de costaleros.
"Por las hermanas dominicas", dijo el capataz antes de tocar el llamador y el paso comenzó a ganar metros con celeridad por San José, parándose en la confluencia con la calle Madre de Dios. Después, tomó Levíes mientras sonaba la marcha "Nuestro Padre Jesús".
"Macarena", de Emilio Cebrián, fue la marcha que la Banda de las Cigarreras tocó a continuación para continuar por Levíes, y luego el paso discurrió por la parte más estrecha de la calle, por la que a simple vista parecería imposible que pudiera caber.
Más tarde, tras girar ante la puerta del edificio de la Consejería de Cultura, sonó la marcha "Nuestra Señora del Socorro", aunque fue interrumpida cuando el paso se paró ante la residencia de las Empleadas de María Inmaculada. Algunas de sus residentes estaban sentadas delante de la fachada viendo la cofradía y le cantaron la Salve a la Virgen de la Alegría.
Seguidamente, tras una levantá dedicada por el capataz "a estas personas que pueden ser nuestras abuelas", el paso se marchó a los sones de "La Estrella Sublime", marcha a la que después seguiría "Aquella Virgen" para girar a Céspedes.
En los metros finales del itinerario, la Virgen de la Alegría tomó la calle que recibe su nombre con la marcha "Procesión de Semana Santa en Sevilla" y después la calle San Bartolomé con "Pasan los campanilleros".
Finalmente, ya junto a la iglesia, sonó ante la puerta "Causa de nuestra alegría", la composición que Rafael Ruiz, hermano de la corporación, le ha donado a ésta para que forme parte de su patrimonio musical. Acto seguido, el paso entró en San Bartolomé y la banda tocó el Himno de España, tras el que se lanzaron algunos fuegos artificiales que pusieron el punto final a la salida procesional de la Virgen de la Alegría.
Pasaban algunos minutos de las once de la noche cuando el paso fue conducido hasta la nave de la Epístola, delante de la puerta situada al otro lado de aquélla por la que había entrado, y ahí quedo definitivamente detenido.
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