Desde el mes pasado, Nuestro Padre Jesús de la Redención y María Santísima del Rocío, de la Hermandad del Beso de Judas, han cambiado de ubicación en el interior de la Parroquia de San Ildefonso, donde se encuentran desde septiembre de 2020 por las obras que se vienen llevando a cabo en la Iglesia de Santiago.
Cuando llegaron el Señor ocupó el retablo del Cautivo, mientras que la dolorosa se situó justo enfrente, en el de la Virgen de la Soledad en su Esperanza. El Cautivo pasó al altar mayor y la dolorosa de Astorga al retablo contiguo, el de San Cayetano (ver).
En Pentecostés, sin embargo, aprovechando la presencia de la Virgen del Rocío en el altar mayor (ver), el Cautivo volvió a su retablo y el Señor de la Redención fue trasladado al que venía ocupando la dolorosa de la cofradía del Lunes Santo. Pues bien, actualmente ambos Cristos siguen en dichas ubicaciones, mientras que la Virgen se encuentra sobre una estructura provisional ante el retablo de la cabecera de la nave de la Epístola, muy cerca por tanto del Señor de la Redención.
Lo cierto es que toda la estancia, mucho más larga de lo proyectado en un principio, de la Hermandad del Beso de Judas en San Ildefonso está permitiendo a los devotos disfrutar de una cercanía con las imágenes que volverá a perderse cuando regresen a Santiago. Sobre todo en el caso de la dolorosa del Rocío, que en su sede canónica ocupa el altar mayor, del que nunca debió retirarse la pintura del apóstol titular del templo.
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