La Hermandad de San Roque culminó ayer la celebración del XXV aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza (o más bien de la convalidación como canónica por parte del Cardenal Amigo de la coronación presidida por el Cardenal Segura 50 años antes) con su salida extraordinaria bajo palio.
La celebración era la misma que la de Santa Genoveva hace casi dos semanas (ver y ver). Sin embargo, el concepto de salida extraordinaria fue muy distinto en San Roque. La solemne misa conmemorativa, presidida por el arzobispo emérito, Juan José Asenjo, tuvo lugar por la mañana en la propia Parroquia de San Roque. Y la salida extraordinaria no salió de los límites del barrio.
Precisamente hace 20 años, en junio de 2002, con motivo del primer centenario de la hermandad, la Virgen de Gracia y Esperanza protagonizó una salida como la de ayer, por su barrio. Por tanto, dos décadas después, los vecinos de calles por las que nunca pasa la cofradía tuvieron oportunidad en la tarde-noche de este día del Pilar de ver pasar ante sus ventanas y balcones a la dolorosa del Domingo de Ramos.
Fueron cinco horas de salida procesional, con escrupuloso cumplimiento horario, durante las que el paso de palio no se alejó demasiado de la parroquia. Al contrario. Se acercó en distintos momentos a ella de tal forma que se puede decir que en ningún instante se dejaron de oír los sones musicales de la Banda de la Cruz Roja desde la plaza Carmen Benítez. El paso se alejaba, se volvía a acercar, se marchaba de nuevo, regresaba más tarde y volvía a alejarse hasta regresar definitivamente.
Son conceptos distintos de salidas extraordinarias. Uno no es mejor ni peor que el otro. Pero, claro está, en un recorrido tan corto y por una zona tan delimitada, la cantidad de gente que acudió tuvo menos espacio para repartirse, aunque sin llegar a ser algo muy agobiante. El Ayuntamiento podría haber colaborado un poco prohibiendo el aparcamiento en las calles por las que iba a pasar el palio. Una calle, por muy ancha que sea, se puede convertir en una ratonera si una gran parte del espacio lo ocupan los vehículos. No habría estado mal un poco de colaboración municipal en este sentido, aunque sólo sea por aquello que se esgrime en otros casos sobre la seguridad ciudadana y tal...
La hora de salida se fijó a las seis de la tarde. La Banda de Cornetas y Tambores Esencia, la que el Domingo de Ramos toca tras el paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas, abría el cortejo delante de la cruz de guía. El cortejo, para nada excesivo, contó con el guión de la Coronación y con el estandarte corporativo. Asimismo, hubo bastantes hermandades que acompañaron a la Virgen de Gracia y Esperanza en la primera parte de su recorrido. Sólo los Negritos y la Virgen de la Sierra se quedaron hasta el final.
Tras salir y acercarse a la Capilla de los Ángeles, tomó Recaredo en el sentido contrario al que toma el Domingo de Ramos y por San Alonso de Orozco y Úbeda, cruzó Amador de los Ríos (luego volvería a cruzarla) para alcanzar Juan de Vera y Padre Méndez Casariego, donde se detuvo ante las Hermanas Trinitarias, punto más destacado del itinerario. Ya de noche, pasó por Gonzalo Bilbao, otra de las calles principales del barrio.
La Banda de la Cruz Roja interpretó un repertorio donde se conjugaron marchas más populares y propias de una salida extraordinaria con otras algo menos conocidas. En Gonzalo Bilbao, calle a la que llegó con "Rocío", sonó "Esperanza de Triana Coronada". Después, giró a Lope de Vega con "Dios te salve, Rocío".
Hay que destacar la labor de los Santizo como encendedores de la candelería del palio. Si llegaba alguna ráfaga de viento y apagaba algunos cirios, rápidamente los volvían a encender; algunos de ellos incluso con el paso ya andando.
Tras la Virgen de Gracia y Esperanza sonaron después en Lope de Vega las marchas "Esperanza Macarena" y "Tras tu verde manto". Después de esta última se vivió un momento emotivo cuando los hermanos de San Roque abrieron paso entre la multitud que cangrejeaba delante del palio para que un joven en silla de ruedas llegase hasta situarse a los pies de la dolorosa. Muy agradecido se fue hacia un lado de la calle tras estar unos instantes ante la Virgen.
Los Villanueva, que han hecho doblete de salidas extraordinarias este otoño, se encargaron de comandar el paso de palio, mientras que el exorno floral estuvo a cargo de Javier Grado, quien utilizó minicalas sweet art de color blanco, pittosporum, nardos y symphoricarpos. Por otro lado, esa candelería tan bien encendida iluminaba perfectamente la corona de la dolorosa, de la que ya pudimos contemplar con detalle el resultado de su restauración y enriquecimiento por parte de Orfebrería Ramos y del joyero Miguel Ángel Cerezo (ver).
Aún en la calle Lope de Vega, la Banda de la Cruz Roja tocó tras el palio la marcha "Madre Hiniesta", seguida luego por "Reina de Triana" en el giro al primer tramo de Luis Cadarso, que coincidió con una lluvia de pétalos desde un balcón.
Otra lluvia, ésta menos agradable, amenazaba con caer del cielo. Una gran nube estaba justo encima y cayeron de hecho algunas gotas que hacían temer lo peor. Pero la cosa se iba a quedar en amenaza y no pasó a mayores.
Para pasar al segundo tramo de Luis Cadarso, cruzando de nuevo Amador de los Ríos a pocos metros de distancia del lugar por el que el palio había cruzado antes, la Banda de la Cruz Roja interpretó "Corpus meum". El viento hizo de las suyas en este cruce y, aunque eso contribuyó a llevarse la nube amenazante (luego habría alguna más), también obligó a los Santizo a emplearse a fondo con la candelería en la siguiente parada.
Cuando el paso se levantó, la Banda de la Cruz Roja calló. Era el turno de la Banda de Cornetas y Tambores Esencia, que se situó en la plaza Carmen Benítez, delante de la fachada del colegio, para tocarle a la Virgen. Empieza a ser costumbre en las salidas extraordinarias que las bandas de los pasos de Cristo toquen a los palios (y viceversa, como veremos el día 22 en la Resurrección). Ocurre que el resultado no siempre es igual.
El otro día la Agrupación Pasión de Linares sorprendió tocando tras la Virgen de las Mercedes "Coronación de la Macarena" y "Reina de las Mercedes", adaptando por completo su interpretación a un paso de palio. Lo de ayer, sin embargo, fue distinto: una banda de cornetas y tambores pura interpretando una marcha de su estilo, con su cadencia y su ritmo, a un palio. Fue algo raro, aunque se puede tolerar tratándose de una salida extraordinaria.
La marcha que interpretó Esencia fue un estreno compuesto por Pedro Manuel Pacheco precisamente con motivo del XXV aniversario de la Coronación Canónica, y cuyo título es "Donde reina la Gracia y la Esperanza".
Con ella, el palio realizó el giro de Luis Cadarso a Arroyo, donde cayó otra petalada. Después, Esencia buscó de nuevo su sitio ante la cruz de guía ya en la calle Virgen de Gracia y Esperanza, mientras que la Banda de la Cruz Roja volvió tras la dolorosa e interpretó la marcha "Triana de Esperanza".
Desde Arroyo, el paso de palio giró a Júpiter a los sones de "Triana", y luego tomó Virgen de Gracia y Esperanza con "Mi Amargura". En la calle que lleva el nombre de la dolorosa, y que estaba exornada por farolillos y pancartas, se encuentra la casa hermandad de San Roque. A esa altura sonó "Siempre la Esperanza" mientras caía una última petalada precisamente desde la azotea de dicho inmueble.
Luego sonó el "Ave María" de Vavilov hasta que la Virgen de Rodríguez Fernández-Andes se detuvo en la unión entre su calle y la plaza Carmen Benítez. Una pancarta con los colores de la bandera española decía "Llena eres de gracia", como si estuviera completando el título de la composición que acababa de sonar.
A continuación, el palio se levantó y, a los sones de "Pasa la Virgen Macarena", giró en la plaza y llegó hasta la misma puerta de la parroquia, dándose la vuelta para entrar mirando hacia una abarrotada plaza, con más gente de la que cada Domingo de Ramos se da cita allí para ver la entrada de la cofradía. ¿Será verdad que hay cofrades que han necesitado esta salida extraordinaria para "descubrir" uno de los pasos de palio más bonitos de toda la Semana Santa?
Cuando los costaleros se dieron la vuelta bajo las trabajaderas el paso se levantó en la calle por última vez. En ese momento, la banda comenzó a tocar "Gracia y Esperanza nuestra". La hermandad parecía tener prisa por entrar, aunque no había retraso alguno. Unas prisas que no se entendieron muy bien, sobre todo cuando obligó a la banda a cortar la marcha dedicada a la dolorosa para interpretar el Himno de España al estar ya entrando en el templo.
Así pues, con estas prisas y sin ninguna concesión para rematar lo que era una salida extraordinaria por una importante efeméride, la Virgen de Gracia y Esperanza estaba de vuelta en su casa a las once y dos minutos de la noche. Dos minutos tan sólo de retraso si nos ponemos tiquismiquis, aunque en la práctica hay que hablar de un cumplimiento a rajatabla del horario marcado. ¿Era necesaria tanta rapidez? ¿Era imprescindible cortar una de las pocas marchas propias que sonaron en todo el recorrido por una entrada tan precipitada?
Sea como sea, la Hermandad de San Roque cerró con brillantez la celebración de los 25 años transcurridos desde que el Cardenal Amigo Vallejo sumó a la Virgen de Gracia y Esperanza en la lista de dolorosas coronadas de la ciudad. Un cardenal al que precisamente su delicado estado de salud impidió estar en marzo (un mes antes de su muerte) en San Roque para la misa conmemorativa del LXXV aniversario de la imposición de la corona por parte del Cardenal Segura.
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