La Virgen de la Aurora, de la capilla de la Orden Seglar Franciscana de San Pedro de Alcántara, estuvo expuesta en besamanos durante la tarde del miércoles y durante todo el jueves, día de la Inmaculada Concepción. Ante el retablo donde recibe culto todo el año, presidido en esta ocasión por el estandarte de la Orden Seglar, estaba la imagen sobre una peana de madera policromada.
Vestía la Virgen, atribuida a José Montes de Oca, manto de terciopelo azul liso, saya blanca bordada en oro y toca de sobremanto de tul, mientras que el Niño Jesús llevaba una túnica amarilla. La Virgen llevaba sus habituales atributos de orfebrería, tales como corona, cetro, ráfaga y media luna plateados, y sujetaba un rosario de cuentas blancas en su mano derecha. Por otro lado, tenía unos llamativos pendientes y unos collares de perlas y varios broches en el pecherín.
La imagen estaba flanqueada por dos columnas de madera dorada de fuste salomónico sobre los que veíamos unos pequeños candelabros con altas velas blancas. También había varios centros florales de diversas especies; dos de ellos sobre sendos pies dorados de base cuadrada y otros dos en el banco del retablo. Además, en los extremos había hasta seis candeleros dorados, cuatro de ellos con cirios blancos y los otros dos con unas curiosas columnas de flores que también estaban junto al estandarte. Finalmente, se dispusieron dos bandejas de plata tras la Virgen y dos sacras en las repisas de mármol situadas bajo las hornacinas laterales del retablo.
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