Tras su traslado en andas desde la Catedral la noche antes, la Pura y Limpia Concepción del Postigo estuvo este jueves expuesta en veneración en el centro de su capilla, cerrando así los cultos anuales en su honor con motivo de su festividad.
La Pura y Limpia estaba sobre una peana celeste con decoración floral y encima de ésta se colocó la peana procesional. La imagen lucía la corona y la ráfaga de salida, y tenía en el pecherín la réplica de la Medalla de la Ciudad, dado que está coronada canónicamente desde hace veintidós años.
Junto a la Virgen veíamos ocho candeleros con cera blanca y las dos jarras de su paso con las mismas rosas blancas que llevó en su salida procesional del pasado martes (ver). El resto de las flores que conformaron el exorno floral del paso estaban sobre la peana y en dos grandes centros en los laterales de la capilla.
Detrás, presidía el retablo de la Pura y Limpia el pequeño crucificado que habitualmente recibe culto en el lado izquierdo, y junto a él había más candeleros y más flores de la reciente salida procesional de la hermandad.
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