lunes, 5 de diciembre de 2022

INMACULADA 2022: SALUD


El Grupo de Fieles del Santísimo Cristo de los Desamparados y María Santísima de la Salud celebra desde ayer, domingo, y hasta el próximo sábado el acto de veneración de los fieles a su dolorosa. Aunque no coincide el horario anunciado con la realidad, estamos ante el primer culto de este tipo de los muchos que en estos días van a tener lugar con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción.
Como se pudo ver días atrás en una exposición en la Sala Capitular del Ayuntamiento (ver), en este culto se estrena el nuevo manto de besamanos, que se utilizará en un futuro en el que será su paso de palio y que está bordado en oro sobre terciopelo azul prusia por Bordados Salteras, según diseño de Sergio Cornejo.
La Virgen de la Salud se encuentra en el presbiterio bajo del templo conventual del Santo Ángel, sobre la peana de metal plateado de Juan Lozano, en la que se encuentra la media luna de plata y plata sobredorada de José Manuel Bernet. Además del manto, viste la saya conocida como de la Rocalla, bordada sobre terciopelo burdeos en el siglo XIX.
En la cabeza luce la corona de plata sobredorada con esmaltes del mismo siglo, realizada por José Manuel Bernet en 2019, mientras que en el pecherín lleva un puñal, un alfiler con su advocación, la Medalla de Oro de la Ciudad otorgada este año por el Ayuntamiento de Sevilla a la Comunidad Carmelita del Santo Ángel y algunos broches de amatistas, perlas y plata sobredorada del siglo XIX.
En la cintura tiene más broches de amatistas como los mencionados antes y una cinturilla bordada en oro sobre malla de Juan José Areal, mientras que sobre la saya tiene el toisón realizado con relicarios de oro y plata de los siglos XVII y XVIII, obra de Joyería El Toisón, así como otras joyas de su ajuar. Por último, en las manos sujeta un pañuelo, un rosario y varias medallas.
Flanquean a la Virgen de la Salud dos pies de madera dorada que sostienen sendos jarrones con flores de talco, y más atrás, en unos pies de orfebrería plateada, hay unos candelabros de cristal con cinco velas blancas de gas cada uno. Finalmente, en el suelo, a los pies de la dolorosa, sobre las barandillas de los escalones del presbiterio y en otros puntos del altar se dispone el exorno floral, compuesto de diferentes especies de distintas tonalidades.



























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