El último sábado de enero es el día de la salida procesional del Milagroso Niño Jesús de Praga, de la Archicofradía del Carmen del Santo Ángel, que este año ha estrenado itinerario; o más bien, ha estrenado la prolongación de su recorrido de los últimos años, alargándolo por la plaza del Pan, Francos, Chapineros y Álvarez Quintero.
A las cinco y media de la tarde, justo después de pasar por Tetuán y la Campana un llamativo desfile de estandartes organizado por la Casa de León en Sevilla, comenzó la salida del cortejo, al que cada año parecen sumarse más representaciones de grupos jóvenes de diferentes hermandades. Así, se pudieron ver jóvenes de Pino Montano, Bellavista, la Milagrosa, la Estrella, el Beso de Judas, el Museo, San Esteban, el Carmen Doloroso, el Cachorro o la Trinidad, entre otras corporaciones tanto de Sevilla capital como de la provincia.
La Agrupación Musical Santa María Magdalena, de Arahal, volvió a encargarse de acompañar al Niño Jesús de Praga con sus siempre aplaudidos sones. Hay que agradecer en este sentido a los cofrades del Santo Ángel que sigan apostando por una formación que inexplicablemente podemos escuchar en una sola cofradía en Semana Santa.
En el momento de la salida del paso, la agrupación de Arahal interpretó la marcha "Milagroso Niño Jesús de Praga" y luego "Virgen de las Angustias", las primeras de las numerosas composiciones que se iban a escuchar a lo largo del recorrido, en el que se iban a intercalar las más clásicas del estilo de agrupación musical, con las últimas incorporaciones del repertorio.
José Manuel Palomo y sus auxiliares comandaron el paso, que iba adornado con rosas, estátice, lilium, eucalipto y verdes africanos. Al salir, giró a la derecha entre un público muy numeroso que llenaba la calle Rioja.
El Niño Jesús de Praga, que vestía la túnica burdeos con bordados en oro y la capa azul con estrellas, prendas habituales en las salidas procesionales de sus últimos años, tomó más adelante la calle Velázquez mientras sonaba la marcha "Salve, Don Bosco".
A buen ritmo avanzó el paso por esta calle hasta alcanzar la confluencia con O`Donnell, donde se produjo el primer relevo de costaleros. Después, continuó adelante con una marcha muy clásica, como es el "Himno de San Antonio".
"Vas a ser el capataz que meta en la Campana el primer paso del año", dijo José Manuel Palomo a uno de sus auxiliares, al que dejó a los mandos para la entrada del Niño Jesús de Praga en la plaza y su discurrir por ella hasta entrar en la calle Sierpes.
Para este tramo, la Agrupación Santa María Magdalena enlazó hasta tres marchas. La primera, como es costumbre año tras año, fue "Nuestro Padre Jesús de la Victoria", a la que siguieron "Crucificado de la Esperanza" y "Nuestro Señor". Después, pasada ya la confitería, el paso se detuvo.
Poco después en Sierpes un joven se acercó al paso, saludó al capataz y éste más tarde quiso dedicar la siguiente levantá a un amigo suyo. "Tengo a su hijo aquí y su padre era un amigo muy bueno; tanto que se lo ha querido llevar el Niño", dijo. Después, el paso continuó con la marcha "Padre Nuestro" y poco después tomó la calle Cerrajería para a continuación alcanzar Cuna, a la que llegó con "Anima Christi" y "La herencia del maestro".
Minutos más tarde, a los sones de "Christus vincit", el Milagroso Niño Jesús de Praga llegó a la plaza del Salvador, punto donde el itinerario cambió respecto a los últimos años. Así, en lugar de recorrer la plaza al completo, el paso se encaminó a la calle Córdoba mientras la Agrupación Santa María Magdalena encadenaba las marchas "Costalero" y "Alma de Dios".
Pero si hablamos de marchas encadenadas, hay que subrayar las tres que sonaron tras el paso en su discurrir por la plaza del Pan hasta alcanzar la calle Francos, como fueron "Dios de Esperanza", "Rey de San Julián" y "Sagrada Cena"; todo ello avanzando a buen ritmo. Tanto que uno de los responsables de la corporación pidió al capataz que el paso fuera algo más despacio.
En la calle Francos se dedicó una levantá a "un angelito que tenemos en el cielo", de nombre Juan; una dedicatoria a petición del hermano mayor de las Siete Palabras, Antonio Escudero, que asistía a la procesión con un niño en sus brazos.
En su camino por el resto de Francos y las calles Chapineros y Álvarez Quintero, se pudieron escuchar varias marchas, como "Virgen de la Hiniesta", "Creo en Jesús", "Sabed que vendrá" o "De San Julián al cielo", esta última saliendo ya a Entrecárceles para bajar a la plaza de San Francisco.
Seguidamente, enlazando ya con su itinerario habitual, el Niño Jesús de Praga entró nuevamente en Sierpes, ahora por el extremo opuesto, y en ella sonó la marcha "La Piedad". Luego, giró a Jovellanos con las marchas "Hacia ti, morada santa" y "Dios es amor y esperanza en la tierra". En este punto, estaba previsto parar ante la Capilla de San José, pero, dado que la última marcha aún no había concluido, siguió avanzando hasta la confluencia con General Polavieja.
Allí una mujer pidió al capataz que la siguiente levantá fuera por Borja, un niño de siete años de Arahal que este martes será sometido a una operación. José Manuel Palomo encomendó al Niño Jesús de Praga su protección.
Aún en Jovellanos, se oyó tras el paso "El oboe de Gabriel", la conocida pieza de Ennio Morricone incluida en la banda sonora de la película "La misión". Y a continuación, fue el turno de la marcha "Recuerdos de Arahal" en el giro a la calle Tetuán, donde el paso aceleró porque la cofradía iba con algo de retraso.
Llegando casi al final de la procesión, el Niño Jesús de Praga tomó la calle Rioja a los sones de "Entre tus dulces brazos, Piedad" y "Padre Nuestro". Y más adelante, ya ante la puerta del Convento del Santo Ángel, la agrupación musical volvió a interpretar "Crucificado de la Esperanza" mientras el paso giraba para entrar en el templo.
Tras la última parada en la calle, el paso se levantó y se enlazaron hasta cuatro marchas para el recorrido que llevó al Niño Jesús desde la mitad de la calle hasta el lado derecho del presbiterio: "Dios es amor y esperanza en la tierra", "El oboe de Gabriel", "Gloria" y "Anima Christi". Todos los grupos jóvenes que formaron parte del cortejo recibieron al Niño en el altar con sus distintas insignias.
Para cerrar la salida procesional tomó la palabra el prior del Convento Carmelita del Santo Ángel, Fray Juan Dobado, quien agradeció el esfuerzo de la archicofradía y de la cuadrilla de capataces y costaleros, y alabó el trabajo de la Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal.
Pero, por encima de todo, quiso destacar que lo mejor de la procesión es lo que en ese momento tenía junto a él en el altar: el futuro de las cofradías, la juventud, que un año más estuvo al lado del Milagroso Niño Jesús de Praga en su camino por las calles del centro de Sevilla.
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