LA PRIMERA PASTORA DEL AÑO CAMBIÓ EL ITINERARIO Y ENTRÓ EN EL GRAN PODER

Hay que darle una vueltecita al tema de la fecha del Pregón de las Glorias. Ayer, antes de que el pregón que las anuncia comenzara y durante su celebración estaban en las calles las primeras cofradías de gloria realizando sus salidas procesionales. Peor incluso fue el año pasado, que el pregón fue unos cuantos días después de las primeras procesiones. Es como si el Pregón de la Semana Santa se celebrara el Miércoles Santo. No tendría ningún sentido, ¿no?

Y la primera, al margen del traslado de San José Obrero el viernes (ver), fue la Divina Pastora de San Antonio, que es además cada año la primera imagen con esta advocación que realiza su salida procesional en el recién inaugurado tiempo de las glorias.

Eran las siete de la tarde cuando desde la iglesia del antiguo Convento de San Antonio de Padua salía la cruz alzada entre ciriales. Detrás iban la representación de la Hermandad de la Pastora de Cantillana con su estandarte corporativo y el libro de reglas. Luego veíamos las representaciones de las hermandades de la Bofetá, la Soledad de San Lorenzo y el Buen Fin, y finalmente el propio estandarte de la Pastora de San Antonio antes de la presidencia y el cuerpo de acólitos.

Pronto buscó la puerta el paso de la Divina Pastora, comandado por la familia Ariza, que tiene el futuro ante los pasos garantizado viendo los diversos miembros jóvenes que ya mandan con la autoridad que da formar parte de una dinastía de varias generaciones. Uno de ellos fue, precisamente, el encargado de dirigir a los costaleros en la difícil salida del paso, lo que hizo que, cuando ya estaba en la calle, recibiera un abrazo en forma de felicitación por parte de Rafael Ariza, el decano de la actual generación.

En el momento de la salida, la Banda Municipal de Música de Lora del Río, que iba este año sustituyendo a la de Las Cigarreras, tocó el Himno de España, al que siguió la marcha "Esperanza de vida" cuando el paso giró a su izquierda y comenzó a avanzar por la calle San Vicente.

Llegó aquí el primero de los cambios de itinerario que la hermandad ha tenido este año, dado que en lugar de tomar a continuación la calle Santa Ana, como el año pasado, siguió recto y se paró ante la puerta del colegio de las Salesianas, que regaló un ramo de flores a la Pastora. Una de las hermanas fue invitada por Rafael Ariza a acercarse al paso y a tocar el llamador, aunque antes el capataz se dirigió a los costaleros: "Los que hemos estudiado al amparo de María Auxiliadora sabemos lo que eso significa". Por ello, dedicó la levantá al colegio y en general a toda la familia salesiana de la que él mismo formó parte.

Seguidamente, con la marcha "Coronación" siguió el paso por San Vicente y luego llegó al colegio de las Mercedarias, por el que hacía varios años que no pasaba, con "Mi Amargura". Las religiosas cantaron la Salve y entregaron otro ramo de flores.

Tras una levantá por las Mercedarias, la Divina Pastora, que salió nuevamente con su manto procesional concluido en el bordado el año pasado, prosiguió su recorrido mientras sonaba la marcha "La Estrella Sublime", con la que llegó a girar a la calle Guadalquivir. Acto seguido hubo un relevo de costaleros y después se dedicó una levantá a un hermano destacado de la corporación.

Con la marcha "Candelaria", el paso siguió por Guadalquivir y luego se paró pasada la confluencia con la calle Teodosio. Aquí hubo otra dedicatoria de levantá; en este caso, a la madre de un hombre llamado Rafael, gran devota de la Pastora.

A los sones de "Esperanza de Triana Coronada", la Pastora alcanzó la calle Santa Clara y se detuvo después junto a una anciana en silla de ruedas que contemplaba la cofradía. Rafael Ariza hizo que los costaleros se aguantaran un poco para que el final de la marcha pillara al paso en ese punto y así pudiera pararse junto a esta mujer.

A continuación, mientras la Banda de Lora interpretaba "Rosario de Monte-Sión", la Divina Pastora siguió hacia el Convento de María Reparadora, aunque había un coche aparcado justo delante de la puerta, lo que impidió que el paso pudiera girarse por completo ante las religiosas. En su lugar, se volvió lo poco que pudo, aunque ello no fue óbice para que las hermanas cantaran la Salve.

Seguidamente, sonó la marcha "María del Rocío" para que la Pastora continuara por la calle Santa Clara y luego giró a Santa Ana, donde la banda interpretó "Pastora franciscana". El sol iluminó con fuerza en esta calle tanto el álamo como las flores, diversas especies de tonalidad rosa, salpicadas con algunas mariposas que decoraban el monte alrededor de la Virgen y del Pastorcito que va en la delantera.

Desde Santa Ana, el paso siguió hasta Jesús del Gran Poder y luego tomó la calle Conde de Barajas hacia la plaza de San Lorenzo, donde entró en la parroquia, parando ante la capilla sacramental para el rezo de diversas oraciones. Pero, a diferencia del año pasado, al salir del templo no buscó directamente el camino de regreso a San Antonio, sino que iba a pasar a la Basílica del Gran Poder, como en su rosario vespertino del pasado mes de noviembre (ver).

Al salir de San Lorenzo, la Banda de Lora del Río tocó el Himno de España, seguido del "Ave María" de Vavilov. Luego, tras una parada, volvió a sonar la misma composición mientras el paso entraba en la Basílica. Una vez dentro, el paso se dirigió al presbiterio para quedar detenido frente al Señor de Sevilla durante algunos minutos.

Posteriormente, el paso de la Pastora giró en el mismo presbiterio para dirigirse de nuevo a la puerta, aunque antes se paró. En la siguiente levantá, Rafael Ariza dijo que no se iba a ir sin dedicar una levantá a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, como así hizo instantes después.

Luego, el paso salió a la plaza, la banda tocó el Himno de España y a continuación la marcha "Madre, tu Dulce Nombre". Después, tras discurrir por la parte central de la plaza, pisó nuevamente la calzada y giró a su derecha con "Madre Hiniesta". Se produjo entonces un relevo de costaleros y el capataz recibió a los que entraban repitiendo para ellos las palabras que les había dicho a los que habían salido en su última levantá, dedicándola a las familias de todos ellos: "No hay nada más importante que la familia; por los que están en el cielo y por los que están aquí".

Tras la levantá, la Divina Pastora tomó la calle Juan Rabadán mientras la banda interpretaba "Macarena", de Abel Moreno. Luego se detuvo junto a un bar que ofreció a la Virgen un ramo de flores y se dedicó la siguiente levantá a la Pastora de Cantillana antes de seguir con "Esperanza Macarena" para girar a la calle Teodosio.

El paso se detuvo en la confluencia de Teodosio con Marqués de la Mina y a continuación tomó esta calle a los sones de "Encarnación Coronada". Después, se paró a la altura de una puerta de la Abacería San Lorenzo, donde había una pequeña imagen de la Divina Pastora entre flores y colgaduras. Desde un balcón situado justo encima un hombre le cantó a la Pastora acompañado por una guitarra y luego el paso siguió adelante con "Pasan los campanilleros" mientras caía una petalada sobre él.

La salida procesional estaba llegando a su fin cuando el paso alcanzó la plaza de San Antonio de Padua con la marcha "Reina de Triana" antes de detenerse. Rafael Ariza dedicó la siguiente levantá al que ha sido el pregonero de la Semana Santa de este año, Enrique Casellas, y a su familia. Luego, el paso giró a la calle San Vicente con la marcha "Siempre la Esperanza".

La última composición que la Banda de Lora del Río interpretó para la Divina Pastora fue "Virgen de la Palma". Con ella, con la marcha dedicada a la dolorosa con la que la Pastora comparte templo, el paso comenzó a entrar en él mirando hacia el interior, dejando para quienes se encontraban en la calle la contemplación del álamo a cuya sombra se sienta la Madre del Buen Pastor.

Eran las once y dieciocho minutos de la noche cuando sonaba el Himno de España y volvía a casa la Pastora de San Antonio, la primera del año, la primera Pastora (segunda según el año de fundación de su hermandad) y la primera gloria de este 2023.