La Hermandad de la Candelaria Madre de Dios vivió el pasado sábado su salida procesional por la zona de los Tres Barrios, en la que fue la primera vez que la imagen salió a las calles desde su restauración el año pasado por parte de Ángel Enrique Salvo Rabasco, de la empresa Aetos Restaura.
A las ocho de la tarde se produjo la salida desde la puerta que da acceso al patio de la Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria. El cortejo estaba encabezado por la cruz de guía y el libro de reglas entre diversos hermanos con cirios blancos. Además, formaron parte de la procesión las representaciones de la Agrupación Parroquial Paz y Misericordia de Rochelambert, y de las hermandades de la Pastora de Padre Pío, el Rosario del Barrio León, el Carmen de San Leandro y el Carmen de San Gil.
A continuación, iban el estandarte corporativo de la propia Hermandad de la Candelaria Madre de Dios, la presidencia y el cuerpo de acólitos con cruz alzada y seis ciriales.
El paso de la Candelaria, adornado con lilium, astromelias, antirrhinum, rosas, paniculata, rosas de pitiminí y helechos, se encontraba situado ante el altar de la propia imagen, en el lado derecho del presbiterio de la parroquia. Desde ahí, a las órdenes del capataz, Ricardo López Almansa, se levantó y se dirigió a la puerta, aunque antes de salir se detuvo para que un hermano subiera a retirarle la corona de la Virgen.
Acto seguido, se produjo la salida y tras dejar atrás la puerta de nuevo se detuvo el paso y el mismo hermano se encargó de colocar otra vez la corona en su lugar. Contemplaba esta escena el alcalde electo de Sevilla, José Luis Sanz, a quien el capataz se dispuso a dedicarle la levantá con la que el paso iba a salir a la calle Candeleta. Ricardo Almansa pidió que la Virgen ilumine y proteja al nuevo alcalde, y que le impregne de "espíritu candelario".
El paso salió a la calle Candeleta y fue en ese momento cuando la Banda de Música de la Cruz Roja tocó el Himno de España, seguido por la marcha "Candelaria Madre de Dios". Con ella, el paso giró a su izquierda y comenzó a avanzar, recibiendo una petalada al pasar junto a un edificio cercano. Tras una parada, el paso continuó su camino, tomando luego la calle Candelón a los sones de "Glorias de Sevilla".
En Candelón, la Virgen de la Candelaria se dirigió al Convento de las Misioneras de Jesús, María y José mientras la Banda de la Cruz Roja tocaba "La Estrella Sublime". El paso se volvió ante las religiosas, a las que se unió el párroco de la Candelaria y la Blanca Paloma, Francisco José Ortiz. Juntos cantaron la Salve y finalmente un devoto lanzó un viva a la Candelaria.
Poco después, el paso se levantó y comenzó a alejarse del convento mientras se escuchaba la marcha "Virgen de los Negritos", llegando con ella a girar a Candelilla. Luego se produjo una chicotá a tambor mientras la Candelaria Madre de Dios completaba el rodeo a su templo.
La Candelaria Madre de Dios, vestida con un manto verde de brocado, siguió por un lateral de la plaza situada ante la parroquia al tiempo que la Banda de la Cruz Roja tocaba la marcha "Coronación de la Macarena". Después, el paso se paró y un hombre se acercó al paso. El capataz hizo sonar el llamador y pidió que la siguiente levantá fuera por Encarnación, "la madre de un costalero candelario de toda la vida". "Que la Virgen le dé mucha salud", dijo Ricardo Almansa.
Seguidamente, el paso de la Virgen de la Candelaria comenzó a girar lentamente hacia la calle Celestino López Martínez mientras sonaba "Pasan los campanilleros".
En su discurrir por el barrio, la Candelaria Madre de Dios pasó a Casiopea con "Alma de la Trinidad" y posteriormente a Navío Argos con la marcha "Se arrodilla Triana". Luego hubo un relevo de costaleros y, con una chicotá a tambor, alcanzó el principio de la plaza Galaxia, donde un hombre se acercó con un ramo de flores y le habló directamente a la Virgen para pedirle mucha salud, amor, libertad y paz. Asimismo, comentó que llevaba quince años acudiendo a su encuentro por las calles del barrio.
Después de una levantá dedicada por el capataz a la propia cuadrilla de costaleros, la Candelaria comenzó a recorrer el lado izquierdo de Galaxia mientras la banda tocaba "Virgen de la Paz". De esta forma, el paso fue acercándose a la barriada de Los Pajaritos, buscando la Parroquia de la Blanca Paloma.
A tambor avanzó luego la Candelaria Madre de Dios, que más adelante alcanzó la calle Alondra con "Siempre la Esperanza". Con la marcha de Jesús Joaquín Espinosa de los Monteros, el paso fue volviéndose hacia la puerta del templo pasando por un pasillo formado por las hermandades que hasta aquí acompañaron a la cofradía en su cortejo.
La Candelaria se paró mirando hacia la Parroquia de la Blanca Paloma y el párroco se reunió con algunos feligreses para cantar la Salve. Después se lanzaron varios vivas: a la Candelaria, a la Blanca Paloma, al barrio de Los Pajaritos y a la Madre de Dios.
El capataz hizo sonar el llamador, pero el párroco le pidió que, antes de marcharse, el paso se acercara aún más a la parroquia para que los feligreses que estaban dentro tuvieran ocasión de contemplar a la Virgen un poco más. Dicho y hecho. A los sones de "Rocío", la Candelaria Madre de Dios avanzó algunos metros hacia la parroquia antes de alejarse pasando nuevamente entre las representaciones de las hermandades que habían llegado hasta este punto del recorrido.
Luego, el paso se detuvo antes de continuar a tambor hacia la plaza del Doctor Andreu Urra, donde la Banda de Música de la Cruz Roja tocaría la marcha "Triana, tu Esperanza".
Eran cerca de las diez de la noche cuando la Candelaria Madre de Dios emprendía el regreso a su templo desde la Parroquia de la Blanca Paloma. Aún tenía por delante unas dos horas de camino recorriendo algunas de las calles de su feligresía, con nombres tan peculiares como Candelería, Candelera, Candelas, Candelario o Candeleta, por la que volvió a su casa en torno a las doce de la noche.
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