Tres años después de su traslado a la Parroquia de San Ildefonso, anoche regresaron a la Iglesia de Santiago las imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Redención y María Santísima del Rocío, una vez finalizadas las obras de restauración de su templo.
Han sido tres años de idas y venidas, dado que en septiembre de 2020 se fueron a San Ildefonso, pero la estación de penitencia de 2022 la realizó desde el Santuario de los Gitanos, y en este 2023 las imágenes volvieron a Santiago durante un breve paréntesis de los trabajos, aunque inmediatamente regresaron a San Ildefonso, cuya puerta impide la salida de los pasos.
De este templo se despidieron en la tarde de ayer cuando, a partir de las ocho, se produjo el traslado de vuelta a su casa con ambos titulares llevados en andas por sus cofrades. El cortejo se compuso de hermanos con cirios que iban todos tras una cruz alzada y ante las andas, separadas tan sólo prácticamente por el estandarte corporativo. De esta forma, casi caminaban y se paraban a la vez y los sones de la Banda de Música de la Cruz Roja, que iba tras la dolorosa, llegaban perfectamente al Señor de la Redención.
Para este traslado, el Señor vestía la túnica blanca de tisú bordada por Francisco Carrera Iglesias en 2008 y sus andas estaban iluminadas con cuatro candelabros de guardabrisas de madera dorada. En el momento de la entrada se dio la vuelta para que entrara en su casa mirando a una plaza abarrotada.
Justo detrás venía la Virgen del Rocío sobre unas andas que cambiaban el morado de los faldones de las del Señor por el rojo. Diez candeleros con cera blanca iluminaban el rostro de la dolorosa, que llevaba la corona de plata estrenada en 2017, labrada por Alberto Quirós. Además, vestía un manto de camarín de terciopelo azul bordado en oro y la saya de tisú color marfil bordada en oro y sedas de Jesús Arco (2015).
La Virgen del Rocío llegó a la plaza de Nuestro Padre Jesús de la Redención a los sones de "Rocío", seguida después por "Pasan los campanilleros". A continuación, entró en la Iglesia de Santiago con el Himno de España y se reunió ante el presbiterio con el Señor.
El templo se llenó por completo. Había ganas entre los hermanos de ver el resultado de tres años de obras de restauración, aunque poco a poco fueron saliendo por la puerta de la calle Lanza. No será hasta el próximo lunes 18 cuando la Iglesia de Santiago se reabra al culto. Lo hará con una misa solemne presidida por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses.
Será entonces cuando podamos ver con detenimiento cómo ha quedado este antiguo templo tras unos trabajos muy intensos de los que podemos destacar al menos un detalle importantísimo, como es el regreso de la gran pintura del apóstol Santiago al lugar del que nunca debió ser retirado: el altar mayor.
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