La Divina Pastora de Triana venció a la incertidumbre meteorológica y salió a las calles de Triana este sábado, aunque, eso sí, recortó su estancia en la calle para tratar de evitar la lluvia que efectivamente acabó haciendo acto de presencia.
Las puertas de la Parroquia de Santa Ana se abrieron a las siete y cuarto de la tarde, cuando la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Sol, sin las plumas rematando sus cascos, señal inequívoca del riesgo de lluvia, comenzó a tocar para abrirle paso al cortejo, encabezado por la cruz alzada entre ciriales. Luego veíamos representaciones de los grupos jóvenes de hermandades como la de la Virgen del Rosario de Burguillos, el Cachorro o la Estrella.
A continuación, iban el guión del grupo joven de la propia Pastora de Triana, el simpecado estrenado el año pasado, los estandartes corporativos de San Gonzalo, el Rocío de Triana, la Pastora de Cantillana y la de Capuchinos, el libro de reglas y la representación de las hermandades de Madre de Dios del Rosario, el Carmen de Santa Ana y la Esperanza de Triana. Por último, el estandarte corporativo de la Pastora de Triana, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
La Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva de Salteras se encargó de nuevo del acompañamiento musical, mientras que al frente del paso estuvo por segundo año Miguel Ángel Pérez Pascual. Cuando la Pastora salió a la Plazuela de Santa Ana sonó el Himno de España y luego "Salve, Pastora de Triana", composición que fue cantada por gran parte de los presentes.
Seguidamente, se encaminó a los sones de "Triunfal" a Pelay Correa, donde después hubo una chicotá a tambor por la zona más estrecha de la calle, en la que la gran cantidad de gente que iba alrededor del paso tuvo algo más complicado acompañar a la Pastora.
La imagen ha salido este año con ropajes lisos, reproduciendo así el modo en que José Cabrera Lasso de la Vega la ha pintado en el cartel anunciador de la salida de este año (ver), que era a su vez la manera en que se presentó a los devotos en las llamadas Jornadas de Puertas Abiertas de las Glorias de 2021 (ver).
La Pastora, que llevaba en el pecherín un alfiler con su advocación y una medalla de Santa Ángela de la Cruz, titular de la hermandad, alcanzó la esquina que hace de Pelay Correa una calle en forma de L, y para esa revirá la marcha interpretada por la Oliva de Salteras fue "Triana pastoreña". Después, siguió adelante en una chicotá a tambor hasta quedar detenida poco antes de la confluencia con Rodrigo de Triana.
Una niña de nombre Macarena, hija de un hermano de la cofradía, recibió la dedicatoria de la siguiente levantá. El propio capataz anunció que precisamente la marcha que iba a sonar a continuación era "Macarena". Dicho y hecho. El paso se levantó y la banda comenzó a tocar la partitura de Abel Moreno mientras la Pastora tomaba la calle Rodrigo de Triana.
La siguiente parada se aprovechó para otra dedicatoria. El presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez, que estaba en la presidencia, fue llamado ante el paso y el capataz pidió a los costaleros que la siguiente levantá fuera por él y por los miembros del Consejo. Sonó entonces "Cristo en la Alcazaba", marcha con la que el paso discurrió ante la confluencia con Flota, donde una anciana en silla de ruedas contemplaba a la Pastora. Miguel Ángel Pérez tuvo entonces el detalle de pedir a los costaleros que aguantaran un poco el paso para que la señora pudiera verla durante algunos segundos más. Además, la Pastora recibió una primera petalada en esta calle, perfectamente engalanada para la ocasión.
Finalizada la marcha de Fulgencio Morón, el paso se paró a la altura de Fabié, donde se produjo un relevo de costaleros. Los que entraban venían andando detrás del paso desde el punto en el que en principio iba a producirse el relevo; pero por no parar con la marcha a la mitad, se optó por que se situaran detrás para después meterse bajo las trabajaderas y sustituir a los que salían.
Completado el relevo, el paso volvió a levantarse y continuó su camino, ahora a los sones de "Candelaria", marcha que coincidió con otra petalada, ésta más intensa que la anterior, y con el paso por el segundo de los arcos montados en la calle.
El paso volvió a pararse, aunque la parada duró bastantes minutos, ya que los responsables de la hermandad estaban consultando los partes meteorológicos para decidir qué hacer en función del riesgo o no de lluvia inminente. En este sentido, algunos hermanos comentaban que existía la opción de, tras salir a San Jacinto, encaminarse al Altozano y regresar a Santa Ana por la calle Pureza, evitando así el rodeo por Alfarería, Antillano Campos y Pagés del Corro.
Sin embargo, la cofradía optó por continuar su itinerario con normalidad, por lo que el capataz llamó al paso y éste se levantó, continuando por el final de Rodrigo de Triana a los sones de la marcha "La Pastora de Triana".
De Rodrigo de Triana, la Pastora salió a San Jacinto con la marcha "Jerusalén". Como queda dicho, la cofradía siguió su recorrido previsto, aunque finalmente tuvo que acelerar por la previsión de lluvia que había dejado sin salir a la Virgen de la Luz de San Esteban (ver).
Y tanto aceleró, que la Pastora de Triana estaba entrando de nuevo en la Parroquia de Santa Ana con algo más de una hora de antelación sobre el horario indicado, y justo cuando efectivamente comenzaba a llover en Sevilla.
Algunos minutos antes de las once y media de la noche, la Divina Pastora estaba de regreso en la 'catedral' trianera. Lo importante es que la hermandad pudo cumplir un año más con su salida; que la Pastora bendijo las calles de Triana arropada por sus devotos.
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