La lluvia y el fuerte viento obligaron ayer a anular la salida procesional de la Virgen de las Nieves, que tendría que haber recorrido algunas de las calles del barrio de Santa Cruz entre las seis de la tarde y las diez y cuarto de la noche.
No hubo lugar al suspense, dado que la situación meteorológica estaba bastante clara prácticamente durante todo el día. Por ello, rápidamente se anunció que la procesión se sustituiría por unos rezos a la Virgen de las Nieves a puerta cerrada. Después, la Iglesia de Santa María La Blanca se abrió para que todos los devotos pudieran contemplar a la Virgen en su paso y a las ocho tuvo lugar el rezo del Santo Rosario.
Para esta salida procesional se habían previsto dos importantes estrenos. Así, la Virgen tenía en su pecho un nuevo broche de Joyería El Oribe, de Jerez, y también era novedad el llamador del paso, donado por una familia de hermanos y que reproduce la fachada del templo en el que reside la hermandad.
El exorno floral del paso se componía de diferentes especies de color blanco como rosas, astromelias, calas, nardos, solidago y delphinium, además de lentisco teñido de dorado y algunos verdes. Por otro lado, uno de los cirios de los candeleros que lleva la Virgen ante sí tenía pintado a San Fernando y la cifra en números romanos DCCLXXV, en alusión a los 775 años transcurridos desde la llegada del rey santo a Sevilla y la recuperación del culto cristiano en la ciudad.
En cuanto a la vestimenta que llevaba la Virgen de las Nieves para esta frustrada salida procesional, hay que destacar que, junto a su manto blanco liso de tisú, portaba la saya que José Antonio Grande de León le confeccionó en 2017, bordada en oro sobre tisú, y el fajín rojo con borlones dorados. En cuanto a las joyas, destacaban varias de coral.
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