Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera salió a las calles el pasado sábado en una procesión que presentó un importantísimo estreno patrimonial. La Hermandad de la Lanzada estrenó para la imagen la recuperación de un antiguo paso que perteneció a la Reina de Todos los Santos y que en 1930 fue comprado por la corporación, entonces aún no fusionada con la cofradía del Miércoles Santo.
En los últimos años, en que la Divina Enfermera iba sobre el paso, sin palio, de la Virgen del Buen Fin, se podía ver un antiguo respiradero en la trasera, cubriendo así el hueco que en Semana Santa oculta el manto de la dolorosa. Ahora, la hermandad ha emprendido la restauración del conjunto, lo que inició ya el año pasado con los candelabros.
Francis Verdugo ha sido el encargado de llevar a cabo esta actuación, que ha incluido la realización de una nueva parihuela, más pequeña que la del palio, por parte de Juan M. Castro, y el dorado del que ahora es el respiradero delantero, labor llevada a cabo por Paco Pardo. Es curioso señalar que este dorado no es el habitual de los pasos sevillanos, sino que se ha hecho con pan de oro blanco y pan de oro metal italiano, dando una apariencia metálica y una tonalidad más cercana a la plata, lo que sin duda dotará al paso de una personalidad única.
Por otro lado, el respiradero tiene delante el escudo de la antigua Hermandad de la Divina Enfermera, mientras que detrás irá el de la Lanzada. Además, los basamentos de los candelabros han sido reducidos en volumen con respecto a lo que pudimos contemplar el año pasado (ver).
Así pues, estamos ante un gran acierto por parte de la cofradía de San Martín, que no sólo ha devuelto a la vida un conjunto desconocido por la inmensa mayoría de los cofrades, sino que la Divina Enfermera, devoción histórica de la ciudad, tendrá un paso propio y acorde a la propia imagen.
La salida de la cofradía se produjo a las siete y cuarto de la tarde, con un itinerario que experimentó un cambio respecto a años anteriores, ya que al salir de San Martín, tomar Saavedras y girar a la derecha en Alberto Lista, no fue hacia Viriato y Viejos, sino que buscó Castellar, Feria y Aposentadores para llegar a la Capilla de la Divina Pastora y seguir luego hacia Amparo.
Aquí encontramos el cortejo, encabezado por la cruz alzada entre ciriales y dos tramos de hermanos con cirios separados por el libro de reglas. Después iban el guión de la Divina Enfermera, la representación del Colegio Oficial de Enfermería de Sevilla, el estandarte corporativo, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
A la Divina Pastora llegó el paso a los sones de "Pasan los campanilleros", interpretada por la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, formación que ha incluido en su repertorio una nueva marcha dedicada a la Divina Enfermera llamada "Esperanza es tu nombre", del cordobés Emilio Arroyo Fernández.
El paso se detuvo ante la capilla, pero después giró para encarar la puerta con la marcha "Procesión de Semana Santa en Sevilla". Los hermanos de la Pastora, entre los que se encontraba su hermano mayor, Andrés Martín, cantaron la Salve. Posteriormente, la Divina Enfermera procedió a continuar su camino mientras la banda tocaba "Jerusalén".
Margaritas, lisianthus y nardos adornaban el paso de la Esperanza Divina Enfermera, que continuó luego por el siguiente tramo de la calle Amparo, donde sonó "Aniversario Macareno". Después, continuó a tambor hasta alcanzar la plaza del Pozo Santo.
A las órdenes del capataz Ismael Vargas, la Virgen se dirigió entonces a la puerta del convento de las franciscanas terciarias con la marcha "A ti, Manué". Las religiosas del Pozo Santo también le cantaron cuando la tuvieron delante, a pocos centímetros de su casa.
Las hermanas del Pozo Santo despidieron a su primera visita (luego llegaría la Virgen de la Cabeza) y la Divina Enfermera continuó hacia la calle Misericordia mientras la Banda de Las Cigarreras interpretaba "Siempre la Esperanza". Minutos después hubo una chicotá a tambor con la que el paso llegó hasta la puerta de la Iglesia de la Misericordia, donde se encontraban algunos cofrades de la Hermandad de la Virgen del Mar, a quienes se dedicó la siguiente levantá.
Luego, la Divina Enfermera se marchó con "Virgen de las Aguas", llegando con ella hasta la calle José Gestoso, donde se detuvo casi en la confluencia con la plaza de la Encarnación.
Por las Setas, que siempre ofrecen un colorido juego de luces a los pasos que transitan junto a ellas, sonó tras la Divina Enfermera la marcha "Señorita de Triana", discurriendo por el lado derecho hasta pararse metros antes de alcanzar Laraña.
La siguiente levantá la pidió el capataz por los compañeros de la cuadrilla chica de la hermandad, a los que se refirió como "nuestros taquitos de jamón". Y a continuación, el paso se levantó y con "Sevilla cofradiera" giró a la calle Laraña, parándose poco antes de concluir la marcha, por lo que la banda decidió interrumpirla con un siempre horripilante golpe de bombo.
La Hermandad del Valle estaba en la puerta de la Iglesia de la Anunciación, ante la que luego se volvió y se acercó el paso sonando ahora "Valle de Sevilla". Y de nuevo el bombo se cargó la marcha, algo completamente incomprensible cuando, como en este caso, quedaban segundos para llegar al final.
Tras una parada ante la Anunciación, el paso de la Divina Enfermera siguió por Laraña teniendo ahora como banda sonora la marcha "La Esperanza de Triana".
A partir de este punto, Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera regresó a la Iglesia de San Martín por Orfila, Daoiz, San Andrés y Cervantes, realizando su entrada en torno a las once y media de la noche.
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