María Santísima de la Concepción, de la Hermandad de las Viñas de Jerez, estuvo expuesta en besamanos el pasado domingo en el presbiterio alto de la parroquia, sobre una amplia peana de color azul con apliques de madera dorada, y a su vez sobre otra mucho más pequeña de orfebrería plateada.
Para este culto, la dolorosa de Manuel Prieto Fernández, recientemente restaurada con acierto por Fernando Aguado, tenía su manto de salida, bordado en oro sobre terciopelo azul por Carrasquilla a finales de los años 70, cuyo diseño fue reproducido en 2006 por Paleteiro para el manto de la sevillana Virgen de Gracia y Amparo de los Javieres.
En cuanto a la saya, era la rosa confeccionada en 2004 para su Coronación Canónica, cuando se le impuso la corona que también lucía en este besamanos. En el pecherín contaba con varios broches, en la mano izquierda un rosario y un pañuelo, y en la derecha, la que daba a besar, sujetaba otro rosario.
Flanqueando a la Virgen de la Concepción se pudieron ver las imágenes de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena, con la particularidad en el caso de esta última de estar de pie, y no arrodillada como va en el paso de misterio de la Exaltación. Y entre la Virgen y ambos santos había unos ángeles de orfebrería que portaban velas blancas.
Detrás de las imágenes se colocaron diversos candeleros con cera también blanca de diferentes alturas, y al fondo el dosel de cultos de la cofradía, con un repostero de damasco azul con decoración pictórica, destacando en el centro el anagrama mariano. Y en los laterales del dosel se ubicaron unas altas columnas de madera dorada con fuste acanalado y capitel corintio sobre las que había dos jarras del paso de palio con flores de variadas especies y tonalidades.
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