El Domingo de Resurrección vivimos una enorme paradoja. La Hermandad del Buen Fin había anunciado días atrás su procesión extraordinaria de regreso a San Antonio de Padua para la tarde del domingo, a partir de las siete. Veníamos de una mañana de mucha lluvia que obligó a la Hermandad de la Resurrección a cancelar su estación de penitencia.
Y eso que los de Santa Marina lo intentaron. Ya el mismo Sábado Santo, ante las previsiones de lluvia que duraban en principio hasta la mañana temprano, anunciaron que la salida se retrasaría hasta las once de la mañana, cuando se supone que ya no llovería. Pero finalmente la lluvia duró más, mucho más, y la Resurrección también se quedó sin salir en este 2024. La última cofradía seguía así la estela de tantas otras y constataba que el pleno del Sábado Santo había sido sólo un regalito puntual de la meteorología.
En esas estábamos cuando llegó la paradoja. Estuvo lloviendo incluso por la tarde, con un gran chaparrón en la hora anterior a la salida anunciada del Buen Fin desde la Catedral. Pero, pasada la lluvia, llegó un enorme claro y no había una sola predicción que apuntase ya a más agua, salvo quizá algunas leves gotas que no llegarían ni a llovizna.
Pues bien, bajo un cielo completísimamente despejado, la junta de gobierno del Buen Fin, que el Miércoles Santo había optado por salir sin atender a las previsiones, ahora decidía que no saldría a las siete, sino que se reuniría a las siete y cuarto para consultar partes. Media hora después, a las ocho menos cuarto, nueva reunión para reconsultar los mismos partes. Y finalmente, a las ocho, la hermandad se puso en la calle modificando su itinerario anunciado, que iba a ser el habitual de la cofradía hasta 2022, por el Salvador y Cuna. En su lugar, tomaría Hernando Colón a Plaza Nueva y por Tetuán y Velázquez saldría a la Campana y al Duque.
O calvo o tres pelucas: o la cofradía sale cuando todo apunta a que no debe hacerlo (y tampoco se vuelve cerca del templo cuando ve que efectivamente llueve), o la cofradía se lo piensa y repiensa cuando todo apunta a que puede salir sin problema. ¿Tanta consulta y reconsulta no sería una forma de reconocer el error de haber salido el Miércoles Santo? ¿Había un enorme temor a volver a mojarse?
Fuera como fuera, la cofradía salió por fin de la Catedral, habiendo perdido una hora entre tanta reunión y tanta consulta. En este primer momento, la hermandad iba rápido. Parecía que quería estar muy pronto de vuelta en su templo. Se anunció en un principio que la entrada sería sobre las diez de la noche. Luego, evidentemente, no se cumpliría.
Con el acompañamiento de la Centuria Romana Macarena, el Cristo del Buen Fin, con el nuevo conjunto escultórico de Darío Fernández Parra, salió a la plaza de la Virgen de los Reyes y buscó la calle Cardenal Carlos Amigo hacia Alemanes y Hernando Colón.
La réplica de la Sábana Santa fue situada en esta ocasión entre ambos pasos, contribuyendo así, junto a los hermanos que portaban cirios, a separarlos algo más, ya que sólo participaron unos pocos hermanos en esta procesión en comparación con los que formaban las filas de nazarenos el Miércoles Santo.
Finalmente, salió por la Puerta de los Palos el paso de palio de Nuestra Señora de la Palma, que como el misterio conservaba el mismo exorno floral del miércoles. La Asociación Filarmónica Cultural Santa María de las Nieves, de Olivares, tocó el Himno de España en el momento de la salida, y posteriormente la marcha "Esperanza Macarena", a la que seguirían después "Virgen de los Reyes" y "Reina de la O", ésta ya en el giro a Hernando Colón. Fue precisamente en este punto donde cayeron unas levísimas gotas que pasaron enseguida.
La cofradía iba rápido, sí, tardando el paso de misterio menos de una hora en llegar desde la Catedral a la plaza de la Campana. Eso sí, no faltaban las marchas sonando tras él, como "Imperio" al alcanzar la que es el inicio de la carrera oficial, o "El triunfo de la fe" para tomar la plaza del Duque.
El paso de palio, sin embargo, se quedó algo descolgado por Tetuán y Velázquez, donde hubo alguna que otra petalada, como habría luego más por otros puntos del recorrido. Algunos de esos pétalos estaban preparados para la Virgen de la Aurora de la Resurrección; y al no salir, se reservaron para la Virgen de la Palma porque, como todo el mundo sabe menos los frikis de la calle Pureza, Madre de Dios no hay más que una y todas las imágenes marianas la representan.
La Virgen de la Palma llegó a la Campana a los sones de "Danos la paz", y luego en la plaza del Duque la Banda de las Nieves de Olivares tocó "Pasa la Virgen Macarena", marchándose el palio por la calle Trajano.
Cuanto más cerca estaba la cofradía de su casa, más despacio iba. Resultaba ya evidente que la hora de llegada no iba a ser la anunciada. Desde la plaza de San Lorenzo, la hermandad siguió en línea recta por Juan Rabadán cruzando Teodosio y salió luego a la plaza de San Antonio de Padua por la calle Miguel Cid.
"Sentenciado" fue la marcha que la Centuria Macarena interpretó tras el paso de misterio del crucificado en el giro a la calle San Vicente, minutos antes de realizar su entrada en el templo. Por su parte, la Virgen de la Palma salió de Miguel Cid con una doble interpretación de "Macarena", de Abel Moreno, que coincidió con otra gran petalada desde un vivienda cercana.
Poco después, se enlazaron las marchas "Virgen de la Palma" y "Pasan los campanilleros" al alcanzar la calle San Vicente. Hay que recordar que la marcha de Farfán se estrenó hace ahora cien años para el Cristo de las Siete Palabras, a cuya hermandad perteneció el actual paso del Cristo del Buen Fin. Desgraciadamente, la cofradía de la Parroquia de San Vicente no ha podido celebrar en las calles este importante centenario musical.
Hubo más pétalos para la Virgen de la Palma en el breve tramo de la calle San Vicente que iba a recorrer en esta vuelta a casa, donde luego sonó "Procesión de Semana Santa en Sevilla", composición enlazada con el final de "Pasa la Virgen Macarena" en el momento de la entrada. Por último, ya con el palio casi dentro de San Antonio de Padua, la banda interpretó el Himno de España cuando pasaban cuatro minutos de las once y media de la noche.
Y entonces sí, tras este extra de los cofrades del Buen Fin, y a pocos minutos de la llegada del Lunes de Pascua, se puso el definitivo punto final a la Semana Santa de 2024. Otra paradoja: el final a esta Semana Santa a todas luces mala, lo puso el Buen Fin.
Ha sido una Semana Santa que pasará a la historia, eso desde luego, aunque no tanto por los grandes momentos vividos junto a las cofradías, que obviamente también los hubo, como por los muchísimos momentos que la lluvia nos robó. Otro año será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario