Nuestra Señora de la Piedad, de la Hermandad del Baratillo, estuvo ayer, sábado, expuesta en besamanos extraordinario en su capilla después de la Coronación Canónica del pasado día 14. Ha sido ésta la primera vez que hemos visto a la Piedad en este culto luciendo la diadema de oro de los Hermanos Delgado que se le impuso en la ceremonia de la Catedral, y con el nuevo manto, bordado en oro sobre terciopelo azul por Jesús Rosado, según el diseño de Francisco Javier Sánchez de los Reyes; los mismos bordador y diseñador de la nueva saya color jacinto que también vestía en este besamanos.
En el pecherín, la Piedad lucía la Medalla de la Ciudad, un puñal que reproduce la antigua cruz del Baratillo que hoy corona la cúpula de la capilla, una cruz pectoral, un broche con la advocación y algunos regalos recibidos en los últimos días, como la medalla de la Virgen de los Reyes o los broches de las hermandades de la Carretería y la Esperanza de Triana.
El Cristo de la Misericordia no estaba en el regazo de la dolorosa de Fernández-Andes, sino detrás, ante el camarín del retablo mayor. En su lugar, la Piedad tenía sólo una sábana blanca en la que descansaba una corona de espinas. Debajo, para elevar a la imagen en el presbiterio, veíamos la peana procesional de la Virgen de la Caridad.
Junto a la Piedad se dispusieron los faroles de entre varales del paso de palio de la Virgen del Socorro, de la Hermandad del Amor, sobre sendos pies azules de base cuadrada y dos jarras del palio de la Caridad sobre columnas de madera dorada de fuste salomónico. Otras cuatro estaban detrás, en el presbiterio alto, dos de ellas también sobre columnas, y todas contaban con diversas especies florales de tonalidad morada.
También se colocaron diez candeleros con cirios azules, cinco a cada lado, mientras que arriba, junto al Cristo de la Misericordia, había otros dos, además de una pareja de faroles. Y tras el Cristo, una cruz con un sudario. Finalmente, en el lado izquierdo del montaje estaba el estandarte corporativo, y en el derecho la nueva insignia de la cofradía, el lábaro de las Coronaciones (Caridad y Piedad), diseñado por Gonzalo Navarro y bordado en oro y sedas sobre tisú de plata y malla por el taller de Santa Clara, con asta de Ramón León.
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