La Hermandad de la Paz celebró el pasado viernes la salida procesional de la Virgen del Prado, titular letífica que preside la Parroquia de San Sebastián desde el altar mayor. Un año más, la corporación ha optado por un bastante feo y desacertado horario completamente nocturno, en lugar de la salida bajo el sol de la tarde de años anteriores. Las cosas de las cofradías, no siempre muy comprensibles...
Durante la misa de las ocho de la tarde, se fue organizando el cortejo, fundamentalmente infantil (lo que hace más extraño el horario elegido para la procesión), en los jardines de la parroquia. Y más tarde, a las nueve menos cuarto de la noche, se inició la salida, encabezada por los acólitos que portaban la cruz alzada entre ciriales.
Detrás podíamos ver el banderín de San Sebastián, el de la Virgen del Prado y el estandarte corporativo, separados por tramos de niños de la cofradía portando cirios blancos. A continuación, iban la presidencia y el cuerpo de acólitos.
A los mandos de Ernesto Sanguino, el paso buscó la puerta de salida deteniéndose justo antes de traspasar el dintel. Luego, cuando tocó el llamador, el capataz se acordó de José María, un contraguía de la Paz del que dijo que "ya está con el Señor de la Victoria".
Instantes después, la Virgen del Prado salió al atrio de la parroquia, momento en que la Banda de Música de La Puebla del Río interpretó el Himno de España, seguido de la marcha "Virgen de la Paz", con la que el paso salió a la calle Río de la Plata.
La banda se estrenaba así con la Hermandad de la Paz, después de que el pasado mes de julio la corporación decidiera sustituir a la Banda Santa Ana de Dos Hermanas por la de La Puebla del Río, tanto para acompañar a la dolorosa de la Paz el Domingo de Ramos como para ir tras la Virgen del Prado.
El paso de la Virgen del Prado llevaba un colorido exorno floral, aunque el alumbrado público amarillo de las calles del Porvenir impidiera disfrutarlo como merecía. Eran claveles, rosas, lisianthus, gladiolos, calas y sedum.
Tras una primera parada en la calle, el paso siguió adelante, ahora con la marcha "Coronación de la Paz", llegando con ella casi hasta la confluencia con la calle Brasil, a la que luego giró, como hace la cofradía el Domingo de Ramos, ahora con la composición "Esperanza Macarena".
Desde la calle Brasil, donde la Virgen del Prado se paró algunos minutos, continuó después a los sones de "Triana, tu Esperanza", que la Banda de La Puebla enlazó luego con "Coronación de la Macarena" al girar hacia Santa Rosa, donde más adelante se produjo un relevo de costaleros antes de realizar una chicotá a tambor casi hasta la esquina con la calle Porvenir.
En dicha esquina se encontraba Felipe Rubio, quien fuera hermano mayor de la Paz, cuya labor fue reconocida con la medalla de oro de la hermandad. A él le dedicó el capataz la siguiente levantá. Tras ella, la Virgen del Prado tomó la calle Porvenir mientras la banda interpretaba la marcha "La Virgen de los Desamparados". Y posteriormente, tras una breve parada, la dolorosa alcanzó Gaspar Alonso con "Siempre Macarena".
Desde este punto, la Virgen del Prado continuó recorriendo el barrio del Porvenir por las calles Valparaíso, Juan Pablos, Bogotá y Diego de la Barrera, volviendo a la parroquia por Porvenir, Exposición, Brasil y Río de la Plata. La entrada en San Sebastián se produjo cuando faltaban diez minutos para las doce de la noche.
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