Nombramos otra vez a Ignacio López, imaginero que dejó en tierras jerezanas algunas de sus mejores obras. María Santísima del Desconsuelo, titular mariana de la Hermandad de los Judíos de San Mateo, alcanzaba la zona de la Puerta de Sevilla en su majestuoso paso de palio.
De nuevo hay que agradecer a una cofradía sevillana que se deshiciera de una obra de arte que ganó Jerez. La Amargura sevillana prescindió de un palio histórico de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, el primero de la historia de los denominados "de figura" por la forma ondulada de sus caídas, coincidiendo cada "ola" con la ubicación de los varales. Un palio de terciopelo azul bordado en oro, conformado por caídas, techo y manto, que además ha sido recientemente restaurado y que presenta por ello un aspecto inmejorable.
A la Virgen del Desconsuelo la acompaña San Juan Evangelista, obra igualmente de Ignacio López. Ambos, la Virgen y San Juan, mantienen un diálogo de miradas, pero también de manos, ya que la dolorosa posa amorosamente su mano izquierda sobre la derecha del apóstol, en el que busca consuelo ante la cruel muerte de su hijo. "Madre, ahí tienes a tu hijo".
Se agotan los adjetivos ante tanta belleza bajo palio, una detrás de otra. Pero, a riesgo de resultar repetitivo, qué gran dolorosa, qué gran paso de palio, qué gran conjunto. En este caso, uno lo mira y automáticamente se traslada a los Martes Santos de la infancia. El Desconsuelo; poco más hay que decir.
La Asociación Musical de La Algaba se encargó de ponerle sus sones a María Santísima del Desconsuelo, cuyo palio estaba adornado con rosas de color rosa. "La Estrella Sublime" y "A ti, Manué" fueron las composiciones que se pudieron escuchar por esta zona, en la que el paso de palio dejó atrás la bóveda vegetal de la Porvera y la cambió inmediatamente por la plaza Rafael Rivero y por la estrechez de Tornería, calle por la que la hermandad no discurre en Semana Santa.
Las obras de la plaza del Mercado (¿no parece que todo el centro de Jerez está en obras?) obligaron a que el recorrido de regreso de la Virgen del Desconsuelo fuera el mismo, pero a la inversa, que el de ida, por la Ronda del Caracol, una zona no muy adecuada para un palio de estas características. Aunque luego, por la calle dedicada al Señor de las Penas, regresó a San Mateo, ofreciendo una estampa cofradiera tan bella como la de las noches del Martes Santo, cuando la Virgen se pierde en su templo entre un mar de capirotes rojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario