lunes, 10 de diciembre de 2018
INMACULADA 2018: DOLORES
La jornada del sábado, día de la Inmaculada Concepción, tuvo lugar en la Parroquia de Santa Cruz el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores, que presidió un altar montado ante el retablo del Santísimo Cristo de las Misericordias, con la dolorosa subida en su peana procesional.
La imagen que talló Antonio Eslava vestía el conjunto de manto y saya de terciopelo azul con bordados en plata y tenía un fajín militar de color rojo con borlones del mismo color y tres entorchados. Lucía la corona de plata y en el pecherín llevaba un alfiler con su advocación y una pequeña cruz pectoral. Además, por debajo del tocado asomaba una medalla de la hermandad.
La mano derecha la tenía extendida para recoger los besos de los fieles, mientras que en la izquierda sujetaba un pañuelo de encaje y un rosario de cuentas negras. A sus pies había varias calas de color blanco, que eran las flores que componían el exorno de este besamanos repartido en cuatro jarras del paso de palio (dos junto a la Virgen y otras dos junto al retablo del crucificado entre blandones) y en un centro en la parte delantera del altar, donde también estaban, a uno y otro lado, los antiguos candelabros del paso de palio de la Virgen de la Merced de Pasión.
Detrás había dos ángeles mancebos portando faroles colocados sobre sendas columnas de madera dorada, mientras que sobre el banco del retablo del Cristo de las Misericordias se dispusieron dieciocho candeleros con cera blanca y los dos faroles de entrevarales del palio de la Virgen de los Dolores. Por último, el estandarte corporativo estaba situado en el lado izquierdo del altar.
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