sábado, 30 de noviembre de 2019
LA SED CELEBRA UN BESAMANOS Y BESAPIÉ A SUS TITULARES POR SU CINCUENTENARIO
Con motivo del cincuentenario de la Hermandad de la Sed, la Parroquia de la Concepción acoge este fin de semana un besamanos y besapié de carácter extraordinario a sus imágenes titulares, que reciben a sus devotos ante uno de los retablos laterales del lado del Evangelio, junto al que ocupa el Sagrado Corazón de Jesús.
Ante un cortinaje de damasco rojo se encuentra al fondo el Cristo de la Sed con diversas flores rojas a sus pies y entre cuatro blandones de plata con gruesos cirios blancos, dos a cada lado; y entre cada pareja se sitúan dos jarras del paso de palio de la Virgen de Consolación con flores rojas sobre sendas columnas de madera dorada.
Delante está la dolorosa sobre una fina peana de plata y vestida con manto de camarín de terciopelo azul, cedido por la Hermandad de Santa Genoveva, y saya blanca de tisú, ambas prendas bordadas en oro. Lleva también toca de sobremanto y la corona procesional. Ofrece la mano derecha y en la izquierda sujeta el barquito de orfebrería de Fernando Marmolejo estrenado en noviembre de 2014, precisamente en otro besamanos extraordinario (ver).
En el pecherín tiene una cruz pectoral, un alfiler con su advocación, un puñal, un pequeño broche y el emblema de la Orden de San Juan de Dios, con la que la Hermandad de la Sed está hermanada y a la que cada Miércoles Santo visita en el inicio de su estación de penitencia.
La Virgen de Consolación está flanqueada por dos de los candelabros del paso de Nuestra Señora de la Candelaria Madre de Dios y por otras dos jarras de su palio situadas en los extremos del montaje y portando rosas blancas, flores que también vemos en un centro ante la Virgen, en otros dos delante de los candelabros y en tres frisos ubicados detrás de la dolorosa. El estandarte corporativo completa el montaje de este besamanos en el lado derecho de todo el conjunto.
Hay que subrayar por otro lado que es la primera vez que las dos imágenes titulares de la Hermandad de la Sed se exponen a la veneración de los fieles en besapié y besamanos desde la muerte de sus respectivos autores, Luis Álvarez Duarte (ver) y Antonio Joaquín Dubé de Luque (ver), fallecidos en el caso del primero en septiembre, y en el caso del segundo este mismo mes de noviembre.
EXPOSICIÓN BENÉFICA: JUAN DE MESA Y LA HERMANDAD DE MONTSERRAT
Entre los pasados días 14 y 23 de noviembre, el Ayuntamiento de Sevilla acogió la exposición "Juan de Mesa y la Hermandad de Montserrat", una muestra colectiva de pintura y escultura de carácter benéfico organizada con motivo del cuarto centenario de la imagen del Santísimo Cristo de la Conversión.
Un total de 37 artistas presentaron sus obras a esta exposición que ocupaba los dos patios del edificio principal del Ayuntamiento, en la Plaza Nueva; obras que además estaban a la venta. Sus responsables, al participar en la muestra, se comprometieron a donar parte de sus ganancias con las ventas a la obra social de la hermandad, y en concreto a su participación en el Economato Social de las Hermandades del Casco Antiguo.
Todos estos artistas ofrecieron en sus obras su forma de ver el legado de Juan de Mesa en las cofradías sevillanas, y especialmente en la Hermandad de Montserrat, aunque no exclusivamente, como ahora veremos. Repasamos pieza a pieza todo lo expuesto iniciando el recorrido por el llamado patio norte, donde recibía a los visitantes el cartel anunciador de la exposición, pintado por Rocío Sáez Millán. Esta misma obra se encontraba justo en el lado opuesto del patio sin toda la rotulación del cartel.
Sorprendía la obra que a esta muestra aportó Israel Narváez Romero, titulada "Redimido ante Ti". Sobre un fondo de pintura acrílica en dos tonalidades de azul, ha reproducido fielmente el rostro del Cristo de la Conversión con un hilorama hiperrealista en relieve, utilizando para ello unos 2.000 metros de hilo continuo de color negro con un total de 11.500 puntillas en distintos tamaños.
Volvemos a Rocío Sáez Millán, quien realizó una copia de parte de la pintura original de Cabral Bejarano titulada "Procesión de Viernes Santo" y conservada en el Museo Nacional de La Habana. Para reproducir la obra, a la que ha titulado "Conversión del Viernes Santo", Sáez Millán ha tenido que llevar a cabo un intenso tratamiento fotográfico de las imágenes que aparecen en internet (el museo no facilita ninguna copia ni foto en alta calidad). El resultado es una obra de 99 x 66,5 centímetros en la que se ve el paso del Cristo de la Conversión por la actual Avenida de la Constitución y el paso de palio en la Plaza de San Francisco a finales del siglo XIX.
Miguel Caiceo presentó "Infancia y cruz", una obra que, en la línea del autor, mezcla el dibujo con el recorte de diferentes elementos de papel.
Continuamos con el lienzo pintado al óleo, a modo de paño de la Verónica, titulado "Conversión" y pintado por Elena Montero.
Con el mismo título encontrábamos un dibujo a grafito sobre papel caballo realizado por Juan Núñez Cienfuegos.
El pintor Huguet Pretel presentó su obra pintada en acrílico sobre lienzo titulada "Buscando su mirada", recreando a Juan de Mesa durante la labor de talla del Cristo de la Conversión.
Pasamos a Álex Casamitjana con el tríptico "Conversión", realizado con óleo y lino. Lo componían tres paneles de 97 x 130 centímetros cada uno.
"Divinas Maderas de Dios" era el título de la siguiente obra, dos pinturas al pastel sobre papel que reproducían los rostros del Gran Poder y del Cristo de la Conversión, pintados por Álvaro Gavilán.
Pasamos a "Azul Montserrat", un retrato del Cristo de la Conversión pintado con bolígrafo Bic de color azul por Andrés Torrejón.
Raúl Rodríguez Fernández pintó "Conversión", obra en acrílico y óleo que presentaba el lado izquierdo de la cabeza del crucificado.
Otra obra de Juan de Mesa, el Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes, protagonizaba la siguiente pintura, de acuarela y acrílico, realizada por Irene Dorado Miret y titulada "Bajo el amparo del Cristo de la Buena Muerte".
El capataz del paso de palio de la Virgen de Montserrat, Fernando Fernández Goncer, es el autor de la siguiente obra que se exponía, titulada "Ofreciendo salvación", un lienzo pintado al óleo que representa al Cristo de la Conversión ante una visión aérea de la Parroquia de la Magdalena.
De José Tomás Pérez Indiano es "Conviértete", una obra en técnica mixta realizada con acuarela, café, lejía, acrílico, lápices policromos, barro y collage. En el pecho del Cristo había un corazón traspasado por una corona de alambres, en alusión a los pecados humanos del siglo XXI. La muerte la representaban dos calaveras, la riqueza se simbolizaba con dos perlas, y una granada aludía a la unión de los cristianos.
Luis Rizo Haro pintó al óleo sobre lienzo "En el taller", una obra en la que se ve a Juan de Mesa trabajando en la talla del Gran Poder ante el propio Cristo de la Conversión, dado que ambas imágenes fueron realizadas prácticamente a la vez.
Con el personal y colorido estilo de José Cerezal, veíamos también en la exposición "El poder de la Conversión", pintado en acrílico sobre lienzo.
De César Ramírez era el retablo pintado al óleo sobre baldosas de madera que veíamos a continuación, titulado "Conversión 3.0".
Continuamos con "MDCXIX", obra pintada por Javier Jiménez Sánchez-Dalp con bolígrafos de colores sobre papel envejecido.
Ignacio Pizarro Ortego es el autor de "La promesa", obra realizada en técnica mixta con la utilización de madera de cedro, lápiz blanco, creta blanca, lápices de colores, pastel, pastel graso, acuarelas y acrílico.
De nuevo el rostro del crucificado es protagonista en la obra de Juan Miguel Martín Mena, pintada con bolígrafo sobre papel y titulada "Cristo de la Conversión".
Muy original la siguiente obra, una pequeña vidriera emplomada y pintada que su autora, Montserrat Marcos Haldón, tituló "Conversión".
"Jerarquía de la Conversión" es un tríptico de Ricardo Gil Lozano pintado en técnica mixta sobre tabla que reproduce la escena de la conversación entre Jesús y San Dimas en el Calvario. Las dos tablas de la izquierda, sobre fondo celeste, muestran a ambos y leemos la frase que Jesús le dijo al Buen Ladrón: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso". También se puede leer "Conversión", la cifra 400 en alusión al cuarto centenario del Cristo y la frase "Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él", que es el Salmo 33. A la derecha, en tono rojizo alusivo al fuego del pecado, vemos a Gestas y cuatro manos que lo señalan acusadoras por la forma en que se burló de Jesús.
De Nuria Barrera era la pintura "La estampita", un óleo sobre tabla que representa el paso de misterio de la Conversión en la Avenida de la Constitución, junto a la Catedral, mientras al fondo se adivina el paso de palio de la Virgen de Montserrat.
A continuación, se mostraba la acuarela sobre papel de algodón titulada "A tus pies", obra de Beatriz Barrientos.
Este primer patio se completaba con "Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino", de Teresa Guzmán. Se trata de una ilustración digital que representa a la Verónica con el rostro del Cristo de la Conversión en el paño, a la Fe con sus atributos iconográficos y a Juan de Mesa rezando para alcanzar algún día el Reino que Jesús le prometió a San Dimas. Para adornar la obra, su autora ha utilizado parte de la orla de los carteles de cultos de la Hermandad de Montserrat y el color azul característico de la corporación.
El patio sur albergaba las obras escultóricas, entre las que veíamos en primer lugar la titulada "Cabeza de San Juan Bautista", de José Alberto Jiménez Jurado. Hay que recordar que en la Catedral se encuentra una obra de Juan de Mesa con esta misma temática. Pero ahora, Jiménez Jurado ha llevado esta iconografía al presente, presentando la cabeza en una bandeja blanca y cubierta con un plástico transparente. En cualquier caso, pese al concepto actual, la cabeza, de terracota policromada, conserva el estilo de la clásica imaginería barroca.
A su lado, se mostraba la obra "Cabeza de Cristo", de Jesús Estepa Maíllo, de terracota policromada al óleo con la técnica del pulimento.
De Constanza Gavira Galocha era la siguiente pieza, titulada "Niño Jesús dormido", modelado y cocido en terracota.
Un crucificado sin cruz se veía a continuación, tallado en madera de cedro por Jesús Gavira bajo el título precisamente de "Crucificado".
"Consummatum est" era el título de la siguiente obra, un relieve realizado mediante la técnica de vaciado en resina de poliéster, con acabado y pátina broncínea, de un original modelado en terracota.
Veíamos después una réplica de reducido tamaño de Jesús del Gran Poder, realizado en terracota encerada por David Segarra Pérez.
Antonio Dubé Herdugo, hijo del recientemente fallecido Dubé de Luque, presentó a la exposición su "Estudio de busto de Jesús de Nazaret", de terracota patinada al aceite, cera y pigmentos.
A su lado, "Conversión", la versión de Marco Antonio Humanes del crucificado de Montserrat, de terracota policromada al óleo.
Fernando Aguado también participó en la muestra, y llevó a ella "Cristo y su escultor", un relieve de barro cocido patinado donde aparece Juan de Mesa tallando al Cristo de la Conversión, dispuesto sobre una tabla pintada de color azul en la que no faltan los castillos y leones característicos del palio de la Virgen de Montserrat.
De Jesús Méndez Lastrucci era la siguiente obra, que era la maqueta presentada al concurso convocado por la Hermandad del Gran Poder en 2002 para la realización de un monumento a Juan de Mesa en la Plaza de San Lorenzo.
Seguimos con la pieza "Inmaculada", de madera de caoba dorada, policromada y estofada, realizada por Fernando Murciano.
"Reflejo de fe" era el título de la obra de Jesús Arcos de la Rosa, que planteaba una reflexión sobre el vacío de fe que se da en las nuevas generaciones. Está realizada en terracota policromada y acero. La obra incluía un espejo para poder verla en sus dos laterales.
Por último, en el centro de este patio había una talla del Señor con la cruz al hombro titulada "Nazareno", de 1,80 metros de altura. Era de madera de cedro policromada al óleo y la autoría corresponde a Manuel Téllez.
Finaliazada la exposición, fueron doce las obras expuestas vendidas durante los diez días que estuvieron al alcance de todos los visitantes; ventas que se tradujeron en un incremento de la obra social de la Hermandad de Montserrat.