jueves, 7 de noviembre de 2019

ANTONIO JOAQUÍN DUBÉ DE LUQUE


Si hace menos de dos meses despedíamos a Luis Álvarez Duarte (ver), este jueves nos hemos despertado con la noticia del fallecimiento de un compañero de profesión: el imaginero, pintor y diseñador Antonio Joaquín Dubé de Luque, que desde hace algunas semanas permanecía ingresado en el Hospital Virgen del Rocío.
Se ha ido con 75 años un artista que dedicó gran parte de ese tiempo a orar ante la madera. Así mismo lo explicaba en una entrevista con 'Periodista Cofrade' hace nueve años (ver), justo cuando se iba a bendecir una dolorosa advocada de la Salud para tierras manchegas.
Para Dubé de Luque, tallar una imagen religiosa era entablar una conversación con Cristo, con la Madre de Dios o con el santo al que estuviera dando forma. Y luego llegaba la peor parte, la de despedirse, una vez finalizada, de la imagen con la que tanto tiempo había estado conviviendo en su taller desde que sólo era un trozo de madera del que con maestría conseguía hacer brotar la que sería la devoción de numerosos cofrades.
Esto era especialmente difícil si el destino de la imagen estaba fuera de Sevilla, cosa que fue así en gran parte de su obra, dado que su profesionalidad, su fama y su saber hacer generaron el interés de cofradías de muchos lugares de Andalucía y de fuera de ella. Aquí, en la capital hispalense, nos quedan la Virgen de la Aurora, la de Consolación, el Cristo de la Redención de la Puerta Real y su Virgen de la Soledad de los Servitas, hermandad de la que fue hermano mayor y para la que retalló una dolorosa anterior de Castillo Lastrucci, restaurada en los últimos meses (ver). También los titulares de la Agrupación Parroquial de las Maravillas, algunas imágenes secundarias del Sagrado Decreto y del paso de misterio de la Trinidad, así como las tallas que retocó y cuyo aspecto actual se debe a su gubia, como la Candelaria o la Virgen de los Ángeles que este mismo año ha visto coronada (ver).
Como pintor, hay que destacar su cartel de la Semana Santa de 2012 (ver) o el de la Coronación Canónica de la Encarnación de San Benito, de la que precisamente en diciembre se cumplirán 25 años. Y como diseñador, Dubé de Luque es el responsable de prácticamente todo el aspecto artístico de su cofradía servita, como también del canasto y respiraderos de la Redención (estos últimos estrenados este mismo año), del palio de la Virgen de Guadalupe, del paso aún no concluido del Cristo de la Corona o del antiguo palio de la Virgen de Consolación de la Hermandad de la Sed, cofradía que en el año de su cincuentenario ha perdido a los autores de sus dos imágenes titulares.
Y entre tanto diseño, alguno que finalmente no se hizo realidad, como el que ideó para el paso de la Urna del Santo Entierro, del que en este mismo blog hablábamos en enero de 2013 (ver).
Dubé de Luque, autor también de tallas no procesionales, como el Cautivo que se encuentra en Santa Marina o las tallas de San Juan Evangelista de la Sed y la Resurrección, entre muchas otras, pintor del cuadro de Santa Ángela de la Cruz más reproducido en forma de estampitas, era por todo ello un artista multidisciplinar, un cofrade auténtico, un fervoroso creyente que ya habrá comprobado si la Madre de Dios tiene un hoyuelo en su barbilla, característica firma de este artesano de las cofradías. Dube de Luque, el primero que rezaba ante las imágenes ante las que ahora rezamos miles de cofrades.

Foto: Jesús Monroy

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