sábado, 9 de noviembre de 2019
EL CRUCIFICADO DE JUAN DE MESA DEL CONVENTO DE SANTA ISABEL, EN BESAPIÉ
El Santísimo Cristo de la Misericordia, del Convento de Santa Isabel, estuvo expuesto en besapié el pasado domingo en el presbiterio del templo conventual de las religiosas filipenses y sobre un entarimado forrado en color rojo.
El crucificado de Juan de Mesa, que dentro de dos años cumplirá su cuarto centenario, se encontraba en posición vertical ante un dosel de damasco rojo con una ancha gotera en la que estaba escrita en letras doradas la frase "Hic est filius meus dilectus" ("Éste es mi hijo amado"). Además, a un lado y a otro, cubriendo las rejas situadas al final de las escaleras que separan el presbiterio bajo del alto, veíamos otras piezas de tejido de damasco del mismo color con las inscripciones "Ubi est, mors, stimulus tuus?" ("Muerte, ¿dónde está tu aguijón?") y "Ubi est, mors, tua victoria?" ("Muerte, ¿dónde está tu victoria?"), en alusión a la festividad de los Fieles Difuntos, relacionada con la salvación de la humanidad que trajo consigo la muerte del Señor en la cruz y su posterior resurrección.
El sencillo montaje de este besapié incluía la presencia de un centro de rosas rojas y estátice morado a los pies del Cristo de la Misericordia, sobre una estructura que estaba cubierta con una tela roja. Flanqueando al crucificado había dos jarrones de cerámica con más flores sobre sendas columnas de madera dorada y fuste acanalado.
Y más hacia los extremos se dispusieron dos blandones dorados con cirios blancos, mientras que otros dos estaban más adelantados, formando con los anteriores un pequeño pasillo que se completaba con dos maceteros con plantas, uno a cada lado.
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