domingo, 3 de noviembre de 2019
LA VIRGEN DEL ROSARIO DE MONTE-SIÓN VISITÓ EL CONVENTO DEL BUEN SUCESO
Como cada 1 de noviembre, la Hermandad de Monte-Sión celebró el rosario de la aurora con la imagen de María Santísima del Rosario, llevada por sus hermanos en el pequeño paso de palio de traslados estrenado en 2013 siguiendo el estilo de los palios clásicos de siglos pasados (ver).
Este año, el rosario de la aurora tuvo como destino el Convento Carmelita del Buen Suceso, al que se trasladó la dolorosa de Monte-Sión guiada por su capataz, Manuel Vizcaya. Fue a las siete en punto de la mañana cuando se abrieron las puertas de la capilla de la calle Feria para dejar salir el cortejo, encabezado por cruz alzada entre ciriales y formado por varias parejas de hermanos portando cirios blancos. Detrás, el estandarte corporativo se situó ante la presidencia y el cuerpo de acólitos.
Pronto salió del pequeño templo el paso, que cuenta con ocho de los antiguos varales del palio en el que la Virgen del Rosario hace estación de penitencia cada Jueves Santo. Además, contaba con un exorno floral de lisiantum, calas y cristantemos, todo ello de color blanco.
Al haber caído este año el día 1 en viernes, los misterios del Santo Rosario que se rezaron fueron los dolorosos. De esta manera, el primero de los misterios, que se rezó con la Virgen del Rosario aún a la altura de la Plaza de Monte-Sión, fue precisamente el de Jesús orando en el Huerto. El Coro de Campanilleros de la Hermandad de San José Obrero acompañó con sus cánticos este rosario de la aurora, cantando en primer lugar en el momento de la salida una composición basada en la melodía de la marcha "Rosario de Monte-Sión".
La Virgen del Rosario siguió su camino por la calle Feria, discurriendo por la parte más estrecha en dirección a San Juan de la Palma. Justo antes de alcanzar este templo, se rezó el segundo misterio, el de la Flagelación.
La dolorosa vestía manto y saya de terciopelo negro con bordados en oro, tocado blanco con una mantilla de encaje negro superpuesta y diadema en lugar de corona.
Amanecía poco a poco y el pequeño palio de la Virgen del Rosario de Monte-Sión pasó por delante de la puerta de San Juan de la Palma y giró después hacia la plaza del mismo nombre, buscando el Convento del Espíritu Santo, ante el que se rezó el tercer misterio doloroso del rosario, la Coronación de Espinas. A continuación, la Virgen tomó la calle Santa Ángela de la Cruz.
En la calle que lleva el nombre de su fundadora, el Convento de las Hermanas de la Cruz fue el lugar donde se rezó el cuarto misterio, el de Cristo cargando con la cruz. Pero antes, con la Virgen del Rosario vuelta hacia ellas, las religiosas cantaron "Bendita sea tu pureza".
Después, las propias hermanas participaron en algunos de los rezos que siguieron a la lectura del misterio hasta que el palio se alejó para continuar su camino por la parte más estrecha de la calle.
Desde Santa Ángela de la Cruz, la Virgen del Rosario salió a la Plaza de San Pedro. Allí se dio lectura al quinto misterio, el de la Muerte del Señor. Y de esta plaza pasó a la contigua, la Plaza del Cristo de Burgos, ya muy cerca del Buen Suceso.
Entre la Plaza del Cristo de Burgos y la calle Ortiz de Zúñiga concluyó el rezo del Santo Rosario con las letanías, en las que la correpondiente a la advocación de la dolorosa de Monte-Sión, Reina del Santo Rosario, se leyó en tres ocasiones.
Después, el palio de traslado alcanzó la Plaza del Buen Suceso, donde se detuvo ante la puerta antes de entrar en el templo conventual carmelita.
La entrada en el Buen Suceso fue bastante complicada, dado que los hermanos que iban en los laterales tuvieron que retirarse al no caber por la estrecha rampa de madera colocada sobre los escalones de la fachada y enmarcada entre dos bolardos. Estos hermanos sólo pudieron ayudar desde fuera en la medida de lo posible, mientras que al paso se le tuvieron que retirar los zancos.
En cualquier caso, la maniobra se solventó de forma exitosa y la Virgen del Rosario entró en el templo conventual, donde fue conducida hasta el lado derecho del presbiterio, ante la Virgen del Carmen que preside la iglesia.
En el Convento del Buen Suceso, tuvo lugar nada más entrar la Virgen del Rosario, a eso de las nueve de la mañana, la celebración de la misa, tras la cual se inició el regreso a la calle Feria casi por el mismo itinerario tomado a la ida, sólo que se cambió la calle Santa Ángela de la Cruz por Doña María Coronel y Gerona.
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