La Hermandad de la Pura y Limpia del Postigo realizó este sábado el traslado de su imagen titular hasta el Convento de la Encarnación, en la Plaza de la Virgen de los Reyes, para la celebración de la novena que tendrá lugar en su honor en los próximos días.
Para este traslado, la Pura y Limpia se encontraba sobre unas pequeñas andas con faldones blancos, iluminadas con dos candelabros de plata con tres codales cada uno. Además, estaban adornadas con una alfombra de romero salpicado de algunas flores alrededor de la imagen, que lucía la corona y la ráfaga con las que habitualmente sale a las calles, así como con la réplica de la Medalla de la Ciudad en el pecho, que la tiene por estar coronada canónicamente, algo de lo que el año que viene se cumplirán dos décadas.
A las doce en punto del mediodía, tras un sonoro repique de la campana de la pequeña capilla, los hermanos y cofrades presentes rezaron el Ángelus, además de una oración por los hermanos difuntos. A continuación, el capataz de la Pura y Limpia, Francisco Javier Díaz Espinosa, colocó a algunos hermanos en los laterales de las andas para iniciar el traslado. Delante se situó la cruz de guía de la corporación y después iban los cuatro ciriales y los acólitos turiferarios.
La Pura y Limpia salió de la capilla y se encaminó en primer lugar hacia la calle Tomás de Ibarra para, inmediatamente, tomar la calle Almirantazgo, donde se detuvo por primera vez desde el momento de la salida.
Seguidamente, la Pura y Limpia del Postigo cruzó la Avenida de la Constitución hacia Fray Ceferino González, donde de nuevo el capataz mandó detener las andas para que, desde este punto y hasta la entrada en el convento, fueran las mujeres de la hermandad las encargadas de portar sobre sus hombros a la Virgen.
La imagen pasó entre los puestos de la Feria del Belén y después se paró nuevamente, ahora delante de la réplica del Giraldillo, ante la Puerta del Príncipe de la Catedral. Allí, una de las gitanas que habitualmente ofrecen romero a los turistas se acercó y colocó una ramita de las que llevaba en sus manos entre las que adornaban las andas. Después, la Pura y Limpia continuó por la Plaza del Triunfo.
Desde la Plaza del Triunfo, la Pura y Limpia se encaminó hacia la Plaza de la Virgen de los Reyes, deteniéndose junto al monumento a la Inmaculada Concepción y más adelante ante la Puerta de Campanillas de la Catedral.
Ya en la Plaza de la Virgen de los Reyes, antes de entrar en el Convento de la Encarnación la Pura y Limpia fue conducida hasta el monumento a San Juan Pablo II. Hay que recordar la vinculación entre la hermandad y el Papa, ya que durante su visita a Sevilla en 1993 con motivo del XLV Congreso Eucarístico Internacional, se arrodilló ante la imagen, que fue llevada hasta el recinto de la Feria, donde se celebró la Statio Orbis de clausura de dicho congreso. Además, desde el año pasado la hermandad tiene una reliquia con un trozo de la sotana manchada de sangre por el atentado que sufrió San Juan Pablo II en 1981 (ver).
La Pura y Limpia se volvió ante el monumento y los presentes rezaron un Padre Nuestro. Después, las andas fueron conducidas hasta la puerta del convento y la imagen entró en el templo de este cenobio de religiosas agustinas que convivirán con ella durante los próximos días.
El próximo 27 de noviembre comenzará en el Convento de la Encarnación la novena en honor a la Pura y Limpia Concepción, que finalizará el 5 de diciembre. Después será llevada hasta la Capilla Real de la Catedral, donde el día 6 será la función principal de instituto a las doce y media del mediodía, mientras que a las cinco y media de la tarde comenzará la salida procesional.
Posteriormente, la noche del día 7 presidirá la Vigilia de la Inmaculada y luego será llevada de nuevo a su capilla del Postigo del Aceite, en la que a las doce de la noche ya del día 8 será la salutación a la Virgen. Finalmente, entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde del día de la Inmaculada, la Pura y Limpia estará expuesta en besamanos.
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