martes, 20 de septiembre de 2011

LA VIRGEN DE LAS TRISTEZAS, EN SANTA ROSALÍA


La mañana del pasado domingo tuvo lugar el rosario público de la Virgen de las Tristezas, de la Hermandad de la Vera+Cruz, desde su Capilla del Dulce Nombre de Jesús hasta la iglesia del Convento de Santa Rosalía, donde se celebró una solemne función presidida por el padre Ángel Orellana.
La imagen que tallara Antonio Illanes fue llevada en unas andas comandadas por el capataz del paso de palio, Luis León Pérez, y vestía para la ocasión manto y saya de color burdeos con bordados en oro cedidas por la vecina Hermandad de las Penas de San Vicente.
La Virgen de las Tristezas mostraba parte de su cabellera tallada tal y como ocurriera el pasado Lunes Santo por obra de su vestidor, Antonio Bejarano.
El breve cortejo estaba formado por cruz alzada y ciriales, algunos hermanos con cirios, estandarte y varas, cuerpo de acólitos y las andas, que estaban iluminadas por dos de los faroles que hasta 2008 llevaba en los costeros el paso del Cristo de la Vera+Cruz.
















Finalizada la función, y tras despedirse de la Virgen las Hermanas Capuchinas que habitan el convento, el cortejo emprendió de nuevo el rápido y corto trayecto de regreso. En un tramo de la calle Cardenal Spínola, y hasta la esquina con la plaza de la Gavidia, fueron algunas mujeres de la hermandad las encargadas de portar las andas.
Poco antes de las dos de la tarde entraba de nuevo la Virgen de las Tristezas en su capilla. Una vez dentro, el hermano mayor, Francisco Berjano, dedicó unas palabras de agradecimiento a cuantos habían participado en este culto público y pidió a los presentes el rezo de tres avemarías por un hermano que al día siguiente iba a someterse a una delicada operación quirúrgica.









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