La Virgen aparecía en el centro de la Capilla Sacramental del Salvador, a los pies de Nuestro Padre Jesús de la Pasión. Vestía, como el año pasado, completamente de blanco, que es el color del hábito mercedario.
Formaban parte del exorno del besamanos diferentes jarras del paso de palio con claveles y nardos blancos, además de algunas piezas de la candelería y los antiguos y sencillos faroles de cola. Asimismo, a modo de peana se colocó uno de los paños de los antiguos respiraderos de estilo gótico.
Este año la priostía tuvo el acierto de mantener a la imagen de San Juan Evangelista en la capilla, al contrario de lo que ocurrió el pasado año. Que se celebre un culto en honor de una imagen no quiere decir que haya que esconder a otra.
Las flores son claveles y NARDOS, no gladiolos. Saludos
ResponderEliminarCorregido queda. Un saludo.
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