LA VIRGEN QUE ILUMINA LA PUERTA CARMONA

La feligresía de la Puerta Carmona vivió la noche del sábado la salida procesional de su patrona, la Virgen de la Luz, que recorrió las recónditas calles de su barrio seguida por un público más numeroso, o al menos dio esa sensación, que el del año pasado, y acompañada por las representaciones de las hermandades vecinas de San Esteban, la Virgen de la Alegría y los Sastres, y por la música de la Banda de María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras.

Ataviada con el manto de tisú celeste, la Virgen de la Luz se dirigió en primer lugar hacia la calle Águilas, donde realizó la acostumbrada visita a las hermanas clarisas del Convento de Santa María de Jesús, para posteriormente continuar hacia Cabeza del Rey Don Pedro y Boteros, y salir después a la Plaza de San Ildefonso con la marcha “Pasa la Virgen Macarena”.

Posteriormente, por Zamudio alcanzó la Plaza de San Leandro, cuyo rótulo adosado a la fachada del convento se ha visto dañado por unos desprendimientos, y se internó inmediatamente por las estrecheces de la calle Imperial con marchas como “Alma de la Trinidad” o “María Santísima del Subterráneo”. Antes de atravesar la zona más estrecha de la calle, el capataz dedicó la levantá a las madres de todos los costaleros, quienes lograron solventar la delicada maniobra con éxito mientras sonaba “Rocío”.

Desde ahí continuó la procesión por las calles Calería y Juan de la Encina, con “Virgen de Montserrat” e “Hiniesta”, para salir a Muro de los Navarros, desde uno de cuyos balcones contemplaba a la Virgen de la Luz una cara que recientemente se ha hecho muy conocida: la de Carmina Barrios, madre de los actores Paco y María León, y protagonista de la película “Carmina o revienta”, dirigida por su hijo.

Por Muro de los Navarros salió la cofradía a la Puerta Carmona a los sones de “Virgen de las Aguas”, que la Banda de las Cigarreras engarzó con “La Estrella Sublime”. Las últimas marchas ya en la calle San Esteban fueron “Coronación”, “Virgen de la Paz” y “Pasan los Campanilleros”.

Finalmente, mientras el paso se situaba frente a la puerta de San Esteban, sonó doblemente “Caridad del Guadalquivir”, tras la que la Virgen de la Luz atravesó la ojiva dentada del templo cuando pasaban unos minutos de la una de la madrugada.

La salida procesional culminó con la colocación del paso a los pies del templo, poniendo así el punto final a la jornada anual más destacada de esta señera hermandad de la judería sevillana.