La Hermandad de las Aguas realizó el pasado sábado la salida procesional de su titular gloriosa, la que da nombre a su sede canónica, Nuestra Señora del Rosario, que de nuevo, y parece que por última vez, salió sobre un paso cedido por la Hermandad de la Estrella de Valencina de la Concepción. En 2014 se prevé estrenar uno nuevo ya propiedad de la corporación del Lunes Santo, tallado originalmente por Manuel Guzmán Bejarano a mediados del pasado siglo para la Vera-Cruz de Ayamonte.
La Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista abría el cortejo por delante de la cruz de guía. También formaban parte del mismo, además de diversas parejas de hermanos con cirios, el Guión del Rosario y el estandarte corporativo.
El itinerario de esta salida procesional es modificado cada año. En esta ocasión, el paso, exornado con rosas blancas en la peana, claveles también blancos en el friso sobre los respiraderos y nardos en las esquinas, y comandado por Gonzalo Carrión, capataz del misterio del Santísimo Cristo de las Aguas, salió a la calle Dos de Mayo en dirección a Arfe buscando las estrechas calles Harinas y Mariano de Cavia.
En la revirá entre ambas la Banda Municipal de Mairena del Alcor, que se estrenó con la Hermandad de las Aguas tras el paso de palio de la Virgen de Guadalupe el pasado Lunes Santo, interpretó “Soleá dame la mano”.
Desde Mariano de Cavia la Virgen del Rosario salió a Gamazo a los sones de “Coronación de la Macarena”. Ya en Harinas había un ligero atasco de vehículos que esperaban a que pasase la procesión, pero éste se acrecentó en el cruce con Zaragoza, precisamente hacia donde se dirigía el cortejo, lo que provocó en algún conductor cierto nerviosismo.
Por Zaragoza y Badajoz el cortejo salió, cuando ya anochecía, a la amplitud de la Plaza Nueva. En este trayecto sonaron “Calvario” y “Aniversario Macareno”, hasta que la entrada en dicha plaza se realizó a los sones de la rescatada marcha “Valle de Sevilla”. Es curioso escuchar comentarios de cofrades y de integrantes incluso del cortejo de cualquier cofradía alabando esta marcha, teniendo que cuenta que José de la Vega la compuso en 1990 y después pasó años olvidada hasta que, en los últimos tiempos, se ha puesto de moda.
La Plaza Nueva era un hervidero de actividad. En el centro de la plaza, alrededor de la escultura de San Fernando, la comunidad autónoma de Galicia mostraba, como ya hiciera la semana anterior Castilla y León, sus atractivos turísticos y gastronómicos. La música que salía de allí en ocasiones se confundía con los sones de la Banda de Mairena del Alcor. Muchos viandantes se encontraban con la sorpresa de una procesión y preguntaban insistentemente qué Virgen era, mientras registraban con sus móviles y cámaras la escena.
Alguno hasta creía estar ante una procesión “de Semana Santa” sin reparar en la presencia del Niño Jesús en brazos de la Virgen del Rosario. Y, de hecho, casi pareció Semana Santa cuando comenzó a sonar “Amarguras” mientras el paso se internaba en la calle Barcelona.
La Virgen del Rosario de la Hermandad de las Aguas aún iba a recorrer unas cuantas calles más de su barrio del Arenal, incluyendo una visita a la Capilla de las Tres Necesidades, de la Carretería, cuando ya la noche había caído completamente y antes de regresar por Aurora, General Castaño y Rodo a su capilla.
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