Flores de diversas especies y guirnaldas adornaban el altar, mientras que a ambos lados de la Virgen había sendos candelabros de plata con cera blanca y dos mesas doradas en los que se situaron un pequeño crucificado y el Libro de Reglas de la corporación entre guardabrisas.
Detrás, se montó un alto dosel con goteras doradas bajo las que se encontraba el Simpecado de la hermandad entre pequeñas columnas con sendos ángeles. Bajo el dosel se colocaron dos enormes jarras con flores y a ambos lados dos grandes candeleros de cera blanca.
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