Para este culto, y al contrario del besamanos extraordinario celebrado durante el quinario con motivo de su 75 aniversario, el Señor de las Penas fue ubicado en el lado opuesto al altar del templo, justo delante del lugar donde recibirá culto el Santo Crucifijo de San Agustín hasta la reapertura de San Roque.
El Nazareno de Antonio Illanes llevaba potencias y corona de espinas, y vestía la túnica burdeos estrenada en 1994 y bordada en el taller de Fernández y Enríquez. Cuatro guardabrisas de plata con cera roja lo iluminaban a sus pies, además de varios blandones con cirios blancos. El Santo Crucifijo de San Agustín, por su parte, contaba con candeleros de cera azul.
En cuanto al exorno floral, estaba compuesto de lirios morados en cuatro jarras sobre sendas columnas salomónicas doradas y en un centro en el suelo, mientras que a los pies del Señor había un pequeño ramo de claveles rojos.
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