El Cristo de la Humildad y Paciencia se encontraba elevado sobre la habitual peana dorada de su altar, que estaba ocupado por una imagen de la Inmaculada, y entre los candelabros laterales del paso de la Virgen de la Encarnación, que en los últimos años han iluminado el Domingo de Ramos el paso de misterio de la Sagrada Cena.
El exorno floral estaba compuesto de varias jarras con claveles rojos salpicados de lirios morados. Asimismo, formaron parte del montaje los cuatro evangelistas que figuran en las esquinas del paso de la Humildad y Paciencia, tallados por Francisco Fernández en 1992. El retablo principal de Los Terceros estaba cubierto por un gran cortinaje de color morado.
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