La Hermandad de San José Obrero celebra este fin de semana el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores, que se encuentra vestida de luto debido a la muerte de su autor, el imaginero Luis Álvarez Duarte, el pasado 13 de septiembre.
Así, la dolorosa, que fue la primera obra del artista, entonces adolescente, viste para este besamanos manto y saya de terciopelo negro bordados en oro, así como una corona de plata. En el pecherín lleva un puñal, también de plata, y algunos broches. Además, sujeta un rosario con la mano izquierda y ofrece a los devotos la derecha.
Por otro lado, para resaltar el recuerdo de la hermandad al imaginero, que en su juventud era vecino del barrio y en él tiene una calle dedicada desde hace siete años, a los pies de la Virgen de los Dolores vemos tres enseres propios de la actividad escultórica.
La dolorosa de San José Obrero se encuentra elevada sobre una peana de madera dorada y policromada, y flanqueada por dos de los candelabros del paso en el que salen a la calle tanto Nuestro Padre Jesús de la Caridad como el santo que da nombre a la parroquia y a la hermandad.
Detrás, ante un cortinaje rojo, se sitúa el dosel de cultos de la cofradía que tiene ante sí un trono con una rosa de pasión y un pañuelo, dieciséis candeleros con cera blanca y la peana procesional de la Virgen. El montaje de este besamanos se completa con el exorno floral, repartido en diferentes puntos y compuesto de rosas, claveles, lisiantum, nardos, gladiolos y antirrhinum, todo ello de color blanco.
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