La Hermandad de las Viñas de Jerez vivió este domingo una jornada para la historia con el traslado de María Santísima de la Concepción hasta la Catedral, donde esta semana se celebra un triduo extraordinario y una función solemne. El motivo no es otro que la doble efeméride que está viviendo la hermandad: el cincuentenario de su Coronación Parroquial, que tuvo lugar en 1968, y el décimo quinto aniversario de la Coronación Canónica, acaecida el 8 de diciembre de 2004, siendo la primera dolorosa coronada de Jerez.
Fue una tarde de gran sabor cofradiero que finalmente la lluvia respetó, aunque los chubascos no se marcharon definitivamente hasta poco tiempo antes de la salida. De hecho, aunque estaba previsto que la cofradía iniciara el traslado a las cinco de la tarde, las últimas consultas meteorológicas de la junta de gobierno retrasaron la apertura de las puertas de la casa hermandad hasta las cinco y doce minutos.
Ésa fue otra característica de este traslado: que la salida no se realizó desde la Parroquia de las Viñas, clausurada desde junio por un desprendimiento en el techo, sino desde las dependencias que la hermandad tiene junto al templo y que desde entonces se utiliza como parroquia provisional del barrio. Éstas fueron las puertas que se abrieron para comenzar el traslado con un cortejo que encabezaba la cruz de guía, a la que seguían algunos hermanos con cirios blancos y la representación del Grupo Scout de la parroquia.
El guión de la Coronación Canónica, el del Grupo Joven y el simpecado fueron otras de las insignias utilizadas en el traslado, siempre separadas por hermanos con cirios. A continuación, iba la representación de la Hermandad de la Hiniesta de Sevilla, que cedió para la ocasión varios enseres tanto del paso de la Hiniesta Gloriosa como del palio de la dolorosa.
Finalmente, antes de la presidencia iba el propio estandarte corporativo de la Hermandad de las Viñas, y detrás el cuerpo de acólitos.
El llamador sonó en el interior de la casa hermandad, donde se iba a quedar solo durante una semana el Santísimo Cristo de la Exaltación. Con el manto azul de camarín y saya blanca, ambos bordados en oro, y con la corona de su Coronación Canónica, la Virgen de la Concepción salió de la casa hermandad mientras la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas se estrenaba con la dolorosa interpretando el trío final de la marcha "Coronada en las Viñas", a la que seguiría inmediatamente el Himno de España en el momento de la salida.
Aunque desde el principio se dijo y se sigue diciendo que la Virgen de la Concepción iba sobre el paso de la Hiniesta Gloriosa, lo cierto es que, como decíamos más arriba, llevó una mezcla de enseres de la cofradía sevillana. Al paso de la Hiniesta Gloriosa correspondían únicamente los candelabros y los faldones. En cuanto a los respiraderos, eran los del paso de palio de la dolorosa de la Hiniesta. Por su parte, las jarras eran del palio, aunque algunas de ellas también son utilizadas por la Hermandad de la Hiniesta para la salida de su titular gloriosa en el Corpus. Por otro lado, en la delantera iba un baldaquino con una réplica en miniatura de la Hiniesta Gloriosa, aunque no era la que cada Domingo de Ramos va en el palio de la hermandad y que durante todo el año está en el despacho de Alcaldía de la capital hispalense.
Completaba el conjunto la peana, perteneciente a la Hermandad Sacramental de Santiago, sobre la que estaba la media luna de la Virgen del Carmen Coronada. Además, la Virgen llevaba en su mano derecha un cetro de la Patrona de Jerez, la Virgen de la Merced.
La Hermandad de las Viñas quiso tener varios detalles de agradecimiento a la Hiniesta por el préstamo de los mencionados enseres. El primero fue que el hermano mayor de la cofradía sevillana, José Antonio Romero, ejerció de fiscal honorario del paso durante todo el traslado, acompañando a la fiscal de la propia hermandad jerezana. Además, tras el Himno, la primera marcha que sonó en la calle fue "Madre Hiniesta".
Rosas de color rosa en las jarras y en el friso, además de gladiolos en las esquinas, conformaban el exorno floral del paso compuesto para este traslado de la Virgen de la Concepción, que tras dejar la parroquia se encaminó a la Avenida de los Arcos cuando ya el cielo había dejado claro que la lluvia era algo pasado y que no se iba a estropear este día tan esperado por los hermanos de las Viñas.
Y precisamente "Al Cielo con Ella" fue la siguiente marcha que pudo escucharse tras la dolorosa que tallara Manuel Prieto Fernández en 1959, cuando el imaginero apenas tenía 21 años. Después sonaría otra marcha dedicada a la Hiniesta como es "La Estrella Sublime", seguida por "Virgen de las Aguas".
De esta forma, la Virgen de la Concepción alcanzó el puente del ferrocarril y lo atravesó a los sones de "Tu dulce mirada", y posteriormente tomó la calle Arcos con la marcha "Concha".
El itinerario continuó por María Antonia de Jesús Tirado y Medina, en cuya esquina salió a recibir a la Virgen de la Concepción una representación de la Hermandad de la Amargura, cuya dolorosa hace dos años también estuvo en la Catedral y celebró una salida extraordinaria en estas fechas (ver y ver).
Después, la Concepción continuó por Santa Rafaela María y Diego Fernández Herrera hasta alcanzar la Plaza de las Angustias, con parada obligada ante la capilla del mismo nombre.
Ya de noche, tomó Granados, Sol y Molineros, calle esta última donde el paso avanzó a los sones de "Margot" y luego "Virgen del Valle". Por las calles más estrechas se hacía en ocasiones complicado avanzar junto al paso, por lo que a continuación supuso un cierto alivio el giro a Ramón de Cala, para el que la Banda Ciudad de Dos Hermanas interpretó "¿Quién te vio y no te recuerda? Saeta jerezana".
Una enorme estrella navideña sirvió de marco para la Virgen de la Concepción por este punto antes de encaminarse hacia la calle Barja con "Como tú, ninguna" y recibir una petalada desde la azotea de una vivienda. Más adelante, también quiso sumarse a este día tan especial para las Viñas la Hermandad del Cristo, que con su estandarte corporativo recibió a la Concepción ante el retablo cerámico de la Virgen del Valle situado junto a la puerta del Convento de San José de Franciscanas Descalzas. Con el "Ave María" de Vavilov llegó el paso hasta ese punto y se detuvo para que los cofrades del Cristo, que comparten jornada procesional con las Viñas el Viernes Santo, le rezaran a la imagen.
A continuación, la Virgen de la Concepción se marchó con el final de "A Ti, Manué" hacia la Plaza de San Miguel y el paso se paró ante la puerta lateral de dicha parroquia, momento que se aprovechó para hacer un relevo de costaleros. Seguidamente, el paso continuó con "Danos la Paz" para pasar por la puerta principal del templo, junto a la que estaba una representación de la Hermandad del Santo Crucifijo, que tuvo el detalle de salir al encuentro de la Virgen de la Concepción con su simpecado, insignia adecuada a la advocación de la dolorosa.
La cofradía que abre la Noche de Jesús jerezana ofreció un ramo de flores a la Concepción Coronada y recibió a cambio la dedicatoria de la siguiente levantá. En el momento de tocar el llamador, el capataz, Isaac Núñez, recordó a los costaleros que el paso de palio de la Virgen de la Concepción estaba precisamente en las dependencias de la Hermandad del Santo Crucifijo, preparado para ser llevado a la Catedral para la salida extraordinaria de vuelta a casa de este próximo domingo.
"Siempre la Esperanza" fue la siguiente marcha interpretada por la Banda Ciudad de Dos Hermanas; con ella, el paso tomó la calle Santa Cecilia.
De Santa Cecilia, la Virgen de la Concepción salió a la calle San Agustín y continuó hasta Conde de Bayona mientras sonaba "Salud de Triana". Después, tras una chicotá a tambor, giró a la calle Armas con "Pureza marinera", seguida por otras dos marchas trianeras como fueron "Triana de Esperanza" al tomar Plaza Monti y "Amanecer con Triana" en Manuel María González.
"Ave María Concepción", marcha estrenada precisamente para la doble efeméride que la Hermandad de las Viñas está conmemorando, fue la siguiente en sonar tras el paso para el giro entre Manuel María González y De la Rosa. Con ella, la Virgen de la Concepción fue bajando poco a poco hacia la Plaza de la Encarnación, ya con la Catedral iluminada como marco de una noche de diciembre en la que a lo lejos se adivinaba el resplandor de la enorme bola de Navidad colocada por el Ayuntamiento en la recuperada Plaza de Belén.
En la Plaza de la Encarnación fue el turno de la marcha "Alma de la Trinidad". Con ella, la Virgen de la Concepción se aproximó a la fachada de la Catedral y alcanzó el Reducto Alto buscando la puerta principal del primer templo de la Diócesis.
Casi como si se quisiera enfatizar lo que se conmemora, la Coronación Parroquial por un lado y la Canónica por otro, ante la puerta de la Catedral la banda tocó en dos ocasiones la marcha "Coronación". Y mientras sonaba, el paso realizó un giro de doscientos setenta grados, ya que en un primer momento giró sólo noventa, dando la sensación de que iba a entrar mirando hacia el exterior. Sin embargo, se dieron instrucciones de continuar para entrar mirando hacia el interior de la Catedral, como efectivamente ocurrió cuando pasaban algunos minutos de las diez menos cuarto de la noche y la Banda Ciudad de Dos Hermanas cerraba su primer contacto con la Hermandad de las Viñas tocando el Himno de España.
Rodeada de numerosas personas, María Santísima de la Concepción Coronada entraba en la Catedral, donde desde junio está el paso de misterio de la propia Hermandad de las Viñas al haber tenido que despejar sus dependencias para albergar provisionalmente la parroquia.
Mañana comenzará el triduo extraordinario que culminará el domingo por la mañana con la función solemne presidida por el obispo de Jerez, José Mazuelos. Y por la tarde, ya en su paso de palio llevado a la Catedral desde la casa hermandad del Santo Crucifijo, la Virgen de la Concepción regresará en procesión extraordinaria a su barrio, demostrando la enorme fuerza de las hermandades populares que, si bien no tienen el peso de los siglos detrás, tienen por descontado el de la devoción aglutinadora de toda una parte importante del Jerez de extramuros.
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