El palio con el que despedimos la Semana Santa de 2019, la última de la normalidad, que fue cedido a la Hermandad de la Resurrección (ver), vuelve a estar montado, en esta ocasión en la Parroquia de San Jacinto, donde desde hoy y hasta el domingo tiene lugar la veneración a María Santísima de la Estrella.
La Virgen de la Estrella está, por tanto, cobijada en el presbiterio del templo bajo el palio que diseñara Garduño, del que vemos las caídas y el techo. Además, junto a los varales se han utilizado también los respiraderos, las jarras y los candelabros de cola. Éstos están detrás, junto al simpecado de la corporación y varios candeleros con cirios blancos, y sobre los antiguos respiraderos que ya formaron parte el pasado fin de semana del acto de veneración a Nuestro Padre Jesús de las Penas (ver).
Por otra parte, la Virgen de la Estrella está vestida con un manto que nunca ha llevado, como es el que el taller de Fernández y Enríquez bordara para la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, de la Hermandad del Gran Poder. Ocurre que con la cesión de este manto la cofradía de San Lorenzo devuelve el favor a la Estrella, dado que el año pasado el manto de salida de la dolorosa trianera fue prestado para el besamanos a la Madre del Gran Poder (ver).
Además del manto, la Estrella lleva la saya roja bordada en oro por el mismo taller del manto. Luce también la corona de salida, un puñal en el pecherín, la Medalla de la Ciudad, un alfiler con su advocación y sus característicos tres broches con forma de estrellas. En la mano derecha sujeta el relicario del Lignum Crucis y en la izquierda un pañuelo de encaje y un rosario.
Finalmente, a cada lado del palio hay una pareja de blandones dorados con cera blanca y una columna de madera dorada con un centro de flores de variadas especies en la parte superior.
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