La Hermandad del Desconsuelo de Jerez celebró el pasado domingo el besapié a Nuestro Padre y Señor de las Penas y el besamanos a María Santísima del Desconsuelo como último culto en su honor antes de la Semana Santa y de la estación de penitencia del próximo Martes Santo.
Para ello, se montó un espectacular altar en el presbiterio de la Iglesia de San Mateo, con el Señor abajo, en los primeros escalones, y la dolorosa acompañada de San Juan Evangelista en el presbiterio alto. El Señor, que lucía las potencias de salida, estaba rodeado de dos de los candelabros de guardabrisas de su paso y ubicado en el centro de un monte que simulaba las rocas del Calvario.
Sobre él había diversos elementos, como la cruz que hasta 1993 iba tumbada en la delantera del paso, los dados del sorteo de su túnica, el paño de la Verónica, una caña, el titulus crucis o los flagelos. Además, veíamos en el monte algunas rosas rojas, algo de estátice y otras florecillas, así como hojas de plantas diversas. Y detrás, un gran centro de claveles rojos, margaritas del mismo color y estátice.
Por su parte, la Virgen del Desconsuelo, vestida con su manto procesional de Rodríguez Ojeda, saya blanca bordada en oro y un fajín rojo con borlones dorados, tenía una corona de plata, varios broches, el emblema de la Merced en el nudo del fajín y un rosario en la mano izquierda, siendo la derecha la que daba a besar. San Juan, por su parte, tenía la túnica y el mantolín de cada Martes Santo.
Junto a ambas imágenes se colocaron dos jarras del paso de palio con flores blancas, principalmente claveles, flores también presentes a sus pies, y seis candeleros con cera también blanca. Y detrás, se montó un dosel con la bambalina frontal del palio y dos de sus varales. En el centro, ante un fondo de terciopelo rojo, estaba la cruz de guía y en los laterales unos candelabros de madera dorada sobre columnas y los candelabros de cola del paso de palio.
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