La Parroquia de San Marcos de Jerez acogió el pasado domingo el besamanos a Nuestro Señor de la Sagrada Cena, que se situó para ello en el presbiterio bajo del templo, sobre una amplia peana forrada en color rojo que albergaba igualmente dos jarras del paso de palio de Santa María de la Paz y Concordia, con diversas flores salpicadas de espigas de trigo que también estaban distribuidas en varios centros.
El Señor, obra tallada en 1967 por Luis Ortega Bru para un misterio que después llevó a la Cena de Sevilla a contratar su apostolado con el mismo imaginero, estaba vestido con una túnica roja y un mantolín morado, prendas ambas lisas, y tenía puestas las potencias de Antonio García Falla estrenadas en 2018 y donadas por la Agrupación Musical de la Estrella de Dos Hermanas. Además, del mismo orfebre y año es el cáliz que sujetaba con su mano derecha, donado por la cuadrilla de costaleros.
A un lado y a otro de la imagen se ubicaron un total de cuatro blandones de madera con cirios rojos y otras dos jarras con las mismas flores mencionadas. Y algo más atrás, junto a las escaleras del presbiterio, había dos columnas de madera dorada que sostenían más flores. El guión corporativo, por su parte, se dispuso en el lado izquierdo.
Al fondo, ante un dosel colocado delante del retablo mayor, estaba el Cristo de la Viga que recibe culto en el templo con un resplandor dorado, y a la derecha la Virgen de la Paz y Concordia gloriosa. Ambas imágenes tenían ante sí diversos candeleros con cera blanca, e igualmente veíamos varias bandejas de plata, algunas jarras más y un farol de mano a los pies del crucificado.
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