Los pequeños sustos del Cerro por Ramón y Cajal parecían haber sido definitivamente superados cuando en la calle Luis Montoto brillaba el sol durante la salida de la Hermandad de San Benito, que este año ha sido la segunda en el orden de paso por carrera oficial. Es verdad que de tanto en tanto pasaba alguna nube que, entre otras cosas, obligaba a los fotógrafos a ajustar constantemente la entrada de luz en sus cámaras, pero que todo hubiera sido eso en esta Semana Santa.
Ser segunda llevó a San Benito a fijar su salida en este 2024 a las tres menos cuarto de la tarde; un horario más tempranero del habitual, como también sería antes la vuelta a la parroquia. Pero eso sería por la noche; ahora lo que tocaba era ir llenando poco a poco la antigua calle Oriente de túnicas y capas blancas, y de capirotes de terciopelo morado.
Los cofrades de la Calzá vivían su día grande, con permiso del cielo, que parecía abrirse para ellos en una tarde de Martes Santo que se antojaba radiante. No en vano, los tres pasos brillaron bajo el sol, especialmente los dos pasos de Cristo, con sus dorados restaurados en los últimos años.
Salió el paso de misterio de la Presentación al Pueblo y la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación lo recibió tocando "Perdona a tu pueblo" antes del Himno de España. Luego, el paso se detuvo ante la misma puerta de la parroquia para la colocación del remate del Senatus que porta uno de los soldados romanos y la lanza del otro.
Claveles en dos tonalidades de rojo, calas, iris morado, orquídeas, estátice y eryngium conformaban el exorno floral del paso de misterio, que, cuando se levantó a las órdenes de Juan Antonio Gil, comenzó a moverse a los sones de "Sagrada Presentación". Luego, el paso en el que Pilatos presenta a Jesús al pueblo giró a su derecha en Luis Montoto con la marcha "En la Cena del Señor", encadenada después con "Señor de la Calzá". Más adelante, con su característico andar, muy vistoso y con muchos seguidores, continuó junto al fragmento de acueducto, los conocidos Caños de Carmona, con "Nuestro Padre Jesús de la Victoria".
El paso de misterio avanzaba decidido hacia la Puerta de Carmona y el Santísimo Cristo de la Sangre salía de la parroquia, momento en que la banda de cornetas y tambores que lleva su nombre tocó la Marcha Real.
Como decíamos antes, se ha estado restaurando el dorado de los dos primeros pasos de la hermandad, y precisamente el del crucificado estrenaba este año la terminación del dorado de la canastilla por parte de Francisco Pardo. Para el año que viene habrá que afrontar la restauración de los respiraderos. Por su parte, Carlos Peñuela se ha ocupado de restaurar los angelitos que hay por todo el canasto.
El crucificado que tallara Francisco Buiza siguió los pasos del Señor de la Presentación y lo hizo en estos primeros momentos con la marcha "Sangre". Luego llegaría el turno de "Penas de Triana" y "La Lanzada". Y en lo que respecta al exorno floral, muy sencillo: claveles rojos de la tonalidad conocida como sangre de toro.
La Hermandad de San Benito tiene bastante bien repartida la cantidad de nazarenos entre cada uno de sus pasos. Así, cuando el Cristo de la Sangre estaba donde antes dejamos el misterio de la Presentación, el paso de palio de Nuestra Señora de la Encarnación estaba saliendo, como antes lo hizo el del crucificado. La misma distancia, o casi, entre ellos.
Después de salir el año pasado con el manto recuperado de Padilla, este Martes Santo la dolorosa ha llevado de nuevo el manto burdeos bordado en oro del taller de Fernández y Enríquez. Además, tenía la saya azul del mismo taller.
La Banda Municipal de Música de La Puebla del Río, todo un clásico tras este paso de palio, interpretó el Himno de España y luego, como no podía ser de otra manera, "Encarnación Coronada". Flores blancas adornaban el paso, con jacintos, tulipanes, alhelíes, minicalas, fresias y paniculata.
Todo fueron marchas propias en esta primera parte del recorrido de la dolorosa de San Benito, ya que tras "Encarnación Coronada" la banda tocó "Encarnación" al girar a Luis Montoto, y posteriormente "A tus pies, Encarnación".
La tregua continuaba y la cofradía de San Benito pudo disfrutar de una brillante estación de penitencia, que, como queda dicho, vio su final adelantado respecto a lo habitual en esta corporación debido al segundo puesto en el orden del día. No era ni la una de la madrugada cuando la Virgen de la Encarnación se adentraba en su parroquia, poniendo así el punto final a un día grande en el barrio de la Calzá.
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