El siguiente vagón del tren de palios que se formó en Porvera era el de María Santísima del Silencio, de la Hermandad de la Misión Redentora, que a las tres y diez de la tarde se puso en camino desde la Basílica de la Merced, a la que el viernes por la noche se trasladó desde su Parroquia del Corpus Christi.
A las tres y diez de la tarde. Curiosamente, la misma hora a la que cada Sábado de Pasión sale en Sevilla la Hermandad de Padre Pío, que es la que cedió su palio para que la Virgen del Silencio pudiera participar en la Magna Mariana del pasado sábado. Se trata de un palio sencillo, sin bordados, que será exactamente el aspecto que en sus primeros años mostrará el de esta dolorosa cuando por fin la cofradía que cierra la Noche de Jesús sea una cofradía de dos pasos.
Una variedad floral de distintas tonalidades de gran gusto adornaba el paso de palio, que estaba acompañado por la Sociedad Filarmónica de Albaida del Aljarafe, que da la casualidad de que por la zona de Puerta de Sevilla interpretó las mismas marchas que se escucharon con el palio anterior, pero a la inversa; primero sonó "Rocío" y posteriormente "Como tú, ninguna".
Tras abandonar la carrera oficial, la Virgen del Silencio regresó por las calles Guadalete, Ponce, Ancha y plaza de Santiago, tomando entonces la calle Merced, pero no para regresar a la Basílica de la Patrona, sino que la entrada la hizo en su parroquia del barrio de Picadueñas. Se reunió así de nuevo con el Señor de la Misión y con la Virgen del Encuentro tras este histórico día que siempre se recordará en la hermandad como el primero en que un palio cobijó a María Santísima del Silencio.
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