viernes, 27 de marzo de 2015

BESAMANOS Y BESAPIÉ CONJUNTO EN LA HERMANDAD DE LA QUINTA ANGUSTIA


Desde ayer y durante el día de hoy, Viernes de Dolores, se encuentra en besamanos la Virgen de la Quinta Angustia y en besapié el Cristo del Descendimiento en la capilla propia de la hermandad en la Parroquia de la Magdalena. Como suele ser habitual, en el centro de la capilla, tumbado, se encuentra el Cristo, entre grandes blandones dorados con cera azul y faroles de plata, dando a besar sus pies.
Detrás, ante un dosel rojo rematado con un pabellón real, está la dolorosa de Vicente Rodríguez Caso, entre jarras plateadas con rosas blancas, flores que también aparecen en los extremos del montaje.
Tras la Virgen de la Quinta Angustia, que viste su manto azul de salida y saya morada, hay dos candelabros dorados con cera blanca, mientras que delante, a ambos lados de la imagen, se han situado dos blandones dorados más pequeños que los que rodean al Cristo y con cera también blanca.
Cuando finalice este culto interno a los titulares de la Hermandad de la Quinta Angustia se procederá a la subida del Cristo del Descendimiento al único paso de la cofradía, de cara a la estación de penitencia del próximo Jueves Santo.

















EL MISTERIO DE LA CARRETERÍA, EN EL CARTEL DE "LA PUERTA DEL CIELO 2015"


No es casualidad que hayamos reservado como último cartel que pasa por el blog en esta Cuaresma de 2015 y precisamente en este día, Viernes de Dolores, el de la tertulia "La Puerta del Cielo". Ése es el sentimiento de una jornada como hoy. Estamos a las puertas del Cielo, a las puertas de una nueva Semana Santa que nos trae esta tarde los primeros nazarenos, los primeros pasos y las primeras emociones.
Y para este año, la tertulia ha escogido la foto de un paso que, si Dios quiere, veremos por las calles de Sevilla dentro de justo una semana, como es el misterio de la Hermandad de la Carretería. La foto, de Carlos Delgado Soto, fue captada la tarde del Viernes Santo de 2014 en la calle Temprado, cuando el misterio del Santísimo Cristo de la Salud y la Virgen de la Luz, el de las Tres Necesidades, pasaba, dejando atrás la Torre de la Plata, por el Hospital de la Caridad. Desde su misma puerta, un hombre cantaba una saeta mientras el fotógrafo tomaba esta imagen, ahora convertida en cartel anunciador del tiempo soñado.
Con Él y con Ella, pedimos Salud y pedimos Luz que ilumine nuestros pasos en esta esperada Semana Santa que confiamos sea esplendorosa y llena de fervor y reflexión para todos.

jueves, 26 de marzo de 2015

LA VIRGEN DE LA AURORA, EN BESAMANOS


Este Domingo de Pasión tuvo lugar en la Iglesia de Santa Marina el besamanos a Nuestra Señora de la Aurora, de la Hermandad de la Resurrección, que se situó, como es habitual, en el presbiterio del templo. Para esta ocasión, la Virgen vestía un manto celeste liso, además de una saya blanca y la corona de salida.
Lucía un broche con su advocación y llevaba en la mano izquierda una rosa de pasión, mientras que de la derecha, la que daba a besar a los devotos, colgaba un rosario.
Detrás de la Virgen que tallara Dubé de Luque, había una mesa de altar sobre la que se apoyaba un cuadro de la Inmaculada a modo de dosel con un marco dorado de estilo rocalla. Estaba flanqueado por dos columnas doradas salomónicas que sostenían jarras también doradas con flores blancas, además de varios candeleros con cera blanca.
A ambos lados había sendos doseles de menor tamaño ante pequeñas mesas que sostenían centros florales y parejas de ángeles. Además, también se colocaron dos columnitas salomónicas con guardabrisas.






















Durante la celebración del besamanos, el Señor Resucitado ya estaba sobre su paso, que este año estrenará, además de la restauración del ángel que lo acompaña, el dorado de los nuevos candelabros de guardabrisas de Francisco Verdugo.

BESAPIÉ AL CRISTO DE LA BUENA MUERTE


La Hermandad de los Estudiantes celebró el pasado domingo el besapié al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que fue colocado tumbado ante su lugar de culto habitual, ocupado en esta ocasión por la Virgen de la Angustia, que, con una corona de espinas en las manos, parecía mirar a su Hijo muerto en la cruz.
El crucificado de Juan de Mesa estaba apoyado en una estructura oculta con telas de damasco rojo. Tenía un centro de lirios morados a los pies de la cruz, en tanto que a ambos lados de los brazos había dos jarras plateadas sobre columnas forradas en color rojo con claveles del mismo color, flores también presentes en el suelo en dos centros que flanqueaban a la imagen.
La iluminación del montaje estaba formada por dos grandes blandones plateados y diez candeleros dorados, cinco a cada lado de la Virgen de la Angustia, todos ellos con cera de color tiniebla.