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miércoles, 11 de diciembre de 2024

INMACULADA 2024: SOLEDAD SERVITA


Como cada año en la festividad de la Inmaculada Concepción, aunque en esta ocasión desde la víspera, la Hermandad de los Servitas celebró el solemne besamanos a María Santísima de la Soledad, que se presentó a los devotos en el presbiterio de la Capilla de los Dolores, elevada sobre una peana de plata.
Para este culto, la Soledad Servita estaba vestida con el manto y la saya de salida, de terciopelo negro bordado en oro, y lucía la corona que también lleva cada Sábado Santo en la estación de penitencia de la corporación. En el pecherín tenía un puñal, una pequeña cruz y tres broches, uno de ellos con la advocación de la propia dolorosa. En cuanto a las manos, ofrecía la derecha y sujetaba un rosario con la izquierda.
Junto a la Virgen se colocaron dos pies de base cuadrada con dos de las jarras del paso de palio en las que veíamos calas blancas colocadas en forma cónica. Y más atrás se ubicaron dos pequeños doseles con pequeñas tallas del Niño Jesús y San Juanito, cuatro candelabros con cera blanca, otras tantas bandejas de plata y dos espejos con artísticos espejos de madera dorada.
Al fondo, un cortinaje de terciopelo rojo ocultaba el retablo mayor de la capilla, ante el que se colocó un dosel de madera dorada y fondo de damasco entre dos blandones con cirios blancos.




























martes, 16 de abril de 2024

SÁBADO SANTO 2024: LOS SERVITAS

 

La Hermandad de los Servitas también decidió salir a la calle en este Sábado Santo que casi parecía un sábado de resurrección; de resurrección de la Semana Santa tras tanta lluvia y tantas cofradías cancelando sus estaciones de penitencia. En cualquier caso, la hermandad se lo pensó y consultó partes para ver qué hacer. Al Consejo le pidió un retraso en su salida y, de hecho, aunque tenía que haber salido a las tres y veinte, finalmente la cruz de guía no salió hasta las cuatro de la tarde.
Para entonces, la hermandad ya había decidido recortar el itinerario, tanto a la ida, para compensar el retraso, como a la vuelta, para tratar de esquivar la lluvia que se anunciaba para la noche. Así, como ocurriera el año pasado, aunque por motivos diferentes, en el camino de ida a la carrera oficial renunció a su paso por el Convento de las Hermanas de la Cruz, recorriendo al completo la calle Doña María Coronel para salir directamente a San Pedro y continuar luego por Imagen.
Y así fue: tras salir a la calle Siete Dolores de Nuestra Señora y a la plaza de San Marcos, la cruz de guía asomó a la calle Doña María Coronel, antecedida por la Capilla Musical San Telmo. Lentamente, los negros nazarenos de los Servitas avanzaban bajo el sol, oculto de tanto en tanto por alguna nube.
Pronto llegó el paso de Nuestra Señora de los Dolores y el Santísimo Cristo de la Providencia, comandado por Manuel Villanueva y adornado por unas llamativas rosas de color malva y algunas hojas de haya. En este paso se encontraba el estreno de este año de la cofradía: la restauración de los ángeles de la peana, labor llevada a cabo por Jesús Manuel Lozano y Raúl Muñoz, quienes han devuelto a las tallas, atribuidas a Cayetano de Acosta, su policromía original.
La Banda de Música de la Soledad de Cantillana interpretó por esta calle la marcha "Soledad de los Servitas" y el paso se marchó hacia San Pedro dejando ver en su trasera al completo la cruz de caoba, carey y plata estrenada en 2016, sustituyendo a la cruz arbórea que llevaba hasta entonces.

































Por su parte, el paso de palio de María Santísima de la Soledad venía exornado por diversas especies de rosas de tonos pastel, además de astrantias, anigozanthos y hojas de camelias. Con Javier Pagés al frente del llamador, la Soledad Servita avanzaba por Doña María Coronel mientras la Banda Municipal de Música de Coria del Río interpretaba la marcha "Cristo del Buen Fin".
Posteriormente, el palio se detuvo casi en la confluencia con la calle Dueñas, donde se hizo un relevo de costaleros antes de que la dolorosa, tallada por Antonio Joaquín Dubé de Luque sobre una anterior de Antonio Castillo Lastrucci, continuara su camino, ahora a los sones de "En tus brazos".
























En el camino de regreso, la hermandad volvió a recorrer entera la calle Doña María Coronel, seguida de Bustos Tavera. Pero, al llegar a la plaza de San Marcos, no rodeó la parroquia del mismo nombre para pasar ante el Convento de Santa Isabel, sino que tomó directamente la calle Siete Dolores de Nuestra Señora. De esta forma, el paso de palio estaba dentro de su capilla a las diez de la noche, tres cuartos de hora antes de lo previsto, librándose así con mucho margen de esa lluvia que se anunciaba para la noche.