Mostrando entradas con la etiqueta VARIOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta VARIOS. Mostrar todas las entradas

jueves, 25 de julio de 2024

LA DEVOCIÓN DEL BARRIO ROMANO DEL TRASTEVERE POR LA VIRGEN DEL CARMEN


Que Italia es un país hermano de España en numerosos aspectos (sociales, históricos, culturales...) es algo evidente. Pero también desde el punto de vista religioso y devocional, e incluso de la manera en que la devoción se expresa en manifestaciones externas.
El pasado sábado el barrio del Trastevere, uno de los más conocidos y singulares de la ciudad de Roma, vivió la salida procesional de la Virgen del Carmen, o lo que es lo mismo, de Maria Santissima del Carmine o la Madonna de'Noantri, perteneciente a la Venerabile Arciconfraternita del Santissimo Sacramento de la Iglesia de Santa Ágata in Trastevere.
Los cultos en su honor habían comenzado con el triduo que tuvo lugar entre los días 13 y 15 de julio. Después, el martes 16, día de la festividad del Carmen, hubo dos misas solemnes por la mañana y una misa pontifical por la tarde que fue presidida por Michele di Tolve, obispo auxiliar de Roma y rector del Pontificio Seminario Mayor.
Y así llegamos al sábado 20, día en que los cultos a la Virgen se celebraron en la vecina Basílica de San Crisógono. Aquí hubo una misa pontifical a cargo del arzobispo Vittorio Francesco Viola, secretario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que después participaría también en la procesión.
La salida se produjo a las seis de la tarde, con un variopinto cortejo encabezado por cuatro agentes de policía a caballo, seguidos de una cruz alzada y varios estandartes. La vestimenta de los miembros de la hermandad era muy llamativa, con los cofrades vestidos principalmente de marrón y rojo, a excepción de quienes portaban banderas y faroles, y los encargados de llevar a la Virgen del Carmen, que iban completamente de blanco, con túnicas o camisas muy anchas, según el caso.
La imagen iba sobre unas andas de madera dorada con grandes ángeles de madera en su color en las esquinas. Cobijaba a la Virgen un baldaquino con cuatro columnas. Hay que señalar que, salvo por los escapularios de mano que llevaba la imagen, nada podía hacer pensar que estábamos ante una iconografía carmelita. Y es que, en lugar de la tradicional vestimenta blanca y marrón, la Virgen del Carmen llevaba un hábito azulado brillante donado para la ocasión por la Maison Container Zerozero de Filippo Sarcinelli.
Las andas avanzaban a un ritmo bastante acelerado, parándose muy a menudo. En cuanto al acompañamiento musical, corrió a cargo de la Banda de Música de la Policía Local de Roma Capital, que fue junto a la Virgen hasta salir al Viale Trastevere, donde la banda se hizo a un lado para tocar una última composición antes de despedirse.
Las interpretaciones nada tenían que ver con las marchas procesionales habituales por España, sino que eran claramente festivas, con un ritmo muy llamativo, acorde con el ambiente de la fiesta que se estaba viviendo. Cada parada y cada 'levantá', si las podemos llamar así, eran respondidas por el público con un "¡E viva María!" y con aplausos.
La Virgen del Carmen se paró ante la Basílica de San Crisógono durante varios minutos, pero no entró en el templo, sino que primero pasó de largo hasta la confluencia con el Largo di San Giovanni de´Matha, donde rindió honores a la Virgen la Fanfara dei Bersaglieri, caracterizados por los llamativos plumajes de sus sombreros y su forma tan particular de tocar sus instrumentos de viento.
Posteriormente, la Virgen fue bajada de sus andas para ser introducida en la Basílica. Pero no acabaron aquí los cultos en honor a la Madonna de'Noantri, dado que continúan durante toda esta semana hasta que el domingo se celebre la procesión fluvial por el Tíber, la conocida como la Madonna Fiumarola, y posterior traslado a la Basílica de Santa María in Trastevere, de la que el próximo lunes saldrá por la mañana temprano para regresar definitivamente a la Iglesia de Santa Ágata.
Otras formas, en muchas cosas muy parecidas, de vivir la devoción dentro de una misma fe, la que compartimos países hermanos como España e Italia, que tienen muchísimas cosas en común, como el apego a la Virgen en su advocación carmelita.






































jueves, 6 de junio de 2024

DESDE EL CORAZÓN DE UN PUEBLO, 4 SIGLOS Y MEDIO DE AMOR Y DEVOCIÓN


La Hermandad Sacramental de la Vera-Cruz de Tomares cumple 450 años. Por este motivo, entre los pasados 25 de mayo y 2 de junio tuvo lugar en la sede del Círculo Mercantil e Industrial de la calle Sierpes la exposición "Desde el corazón de un pueblo, 4 siglos y medio de amor y devoción", una muestra que permitió conocer el patrimonio de esta corporación del Aljarafe.
Repasamos el contenido íntegro de la exposición, empezando en el patio, donde veíamos una cruz con un sudario sobre una peana de madera dorada, y en los laterales unas tallas de la Virgen y San Juan atribuidas al círculo de Pedro Roldán, del siglo XVII.










Adentrándonos en la primera sala, encontrábamos dos faroles y dos vestimentas de servidores de la corporación, de los que no se indicaba ninguna información, como tampoco de los enseres situados en una vitrina, donde veíamos un pañuelo de encaje, un rosario, un puñal, un cíngulo y varios broches de Nuestra Señora de los Dolores.







Seguimos con dos de los candelabros del paso de San Sebastián, patrón de Tomares y titular también de la hermandad. Los candelabros son de José Manuel Rodríguez Melo (2020) y fueron dorados el año pasado por Emilio Olmedo.




Entre los candelabros se mostraba un conjunto formado por una fotografía de cuerpo entero de la Virgen de los Dolores, tomada por Jesús González; su peana procesional, de Orfebrería Jesús Domínguez (1954); cuatro jarras de entrevarales, de Orfebrería Villarreal (2024); una media luna y una pequeña imagen de orfebrería de la Virgen del Pilar.





A su lado podíamos ver la cruz de guía, de los Hermanos Caballero en la talla y Manuel de los Ríos en la orfebrería (2007), y los faroles que la acompañan, realizados también por Manuel de los Ríos (2011).





Se mostraban a continuación cinco sayas de la Virgen de los Dolores. La primera es de 2011 y su diseño corresponde a Esperanza Elena Caro; después estaba la de 2018, del taller de la propia hermandad; una de autoría anónima de 1919; otra realizada en 2019 por el taller de la hermandad a partir de un traje de luces de Juan José Domínguez; y otra de las Hermanas Carmelitas de Utrera.






Continuamos con una diadema de principios del siglo XX de autoría desconocida, junto a una dorada de Orfebrería San Juan (2012).



A su lado podíamos ver el libro de reglas, con apliques de orfebrería de Manuel de los Ríos (1998).


Y también se exponían dos coronas, una de Manuel de los Ríos (1990), y la otra de autor desconocido de mediados del siglo XX.



Pasamos a una vitrina, donde se mostraban unos casquetes de la cruz del Cristo de la Vera-Cruz, labrados en 2023 por Orfebrería Villarreal.


Al lado estaban los llamadores de los pasos del Cristo de la Vera-Cruz y la Virgen de los Dolores, ambos donados por los hermanos costaleros en 1985 y 1984, respectivamente.



Detrás de estos enseres se colocaron tres juegos de potencias del crucificado: unas anónimas de 1962, otras plateadas del siglo XVIII, y las de Orfebrería Manuel de los Ríos (2006).




Asimismo, se podían ver dos de las cartelas del paso del Cristo de la Vera-Cruz, de Orfebrería Villarreal (1979).



Completamos el recorrido de esta primera sala con un par de vitrinas que mostraban distintos enseres de la Virgen de los Dolores, como rosarios, broches, medallas, encajes o pañuelos.












En el centro de la segunda sala nos recibía el palio de Nuestra Señora de los Dolores, con las bambalinas y el techo, de Bordados Salteras (1999), y los varales, de Orfebrería Villarreal (1983).

















Y pasamos a las paredes de la sala, donde en primer lugar estaba el primitivo techo de palio, obra de Leopoldo Padilla de 1920, aproximadamente. Y junto a este antiguo techo estaban los ángeles ceriferarios que van entre los varales del palio, realizados en 2002 por Manuel de los Ríos.






Seguimos con un conjunto de ciriales de Orfebrería San Juan (2009) con las vestimentas del pertiguero y de unos de los acólitos.




Entre estas vestimentas se mostraban varios enseres del paso de palio de la Virgen de los Dolores, como el respiradero frontal (Orfebrería San Juan, 2014), el faldón delantero (Bordados Salteras, 1998), la candelería (Hijos de Juan Fernández, 1997) y las jarras violeteras (Hijos de Juan Fernández, 1994).







Veíamos a continuación el estandarte corporativo de la hermandad, realizado en 2016 por el taller de bordados de la propia corporación.



Al lado, sobre una silla, estaba la túnica actual y la medalla de un hermano de la cofradía.


Encontrábamos también una foto de Jesús González del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz sobre el respiradero trasero de su paso (Paco Castillo, 1989), las maniguetas y dos capillas (Orfebrería Villarreal, 1979), el faldón delantero del paso (Bordados Salteras, 2000) y los faroles que flanquean al Cristo en su paso (Orfebrería Villarreal, 1978).









A continuación, encontrábamos el antiguo estandarte corporativo, confeccionado por las Carmelitas de Utrera (1992) y la primitiva túnica de nazareno de la hermandad.




Veíamos ahora los otros dos candelabros del paso de San Sebastián (los dos anteriores los vimos en la primera sala), tallados por José Manuel Rodríguez Melo y dorados por Emilio Olmedo.



Entre esta segunda pareja de candelabros de San Sebastián, se mostraban el manto procesional de la Virgen de los Dolores, obra anónima de alrededor de 1920, restaurada por las Carmelitas de Utrera (1974) y por Bordados Salteras (1996); y los candelabros de cola, de autor desconocido de la década de los 50, reformados en 1995 por Hijos de Juan Fernández.







Y llegamos al final de la exposición con el banderín del Grupo Joven de la hermandad, bordado en oro sobre terciopelo burdeos con una pintura de San Sebastián en el centro.


Gracias a una efeméride muy destacada, sus cuatro siglos y medio de vida, la Vera-Cruz de Tomares ha hecho a Sevilla partícipe con esta exposición. Pero es que además, se unió a la celebración del Corpus Christi con el montaje de un altar para la procesión eucarística de la Catedral (ver).