martes, 5 de enero de 2021

LA NUEVA IMAGEN DE SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ EN LA PARROQUIA DE SAN ROMÁN


La Parroquia de San Román cuenta con una nueva imagen que ocupa el retablo donde durante los años en que Santa Catalina estuvo cerrada recibió culto la imagen de Santa Lucía, el primer retablo de la nave de la Epístola, junto a la puerta principal del templo.
La nueva talla, de aproximadamente un metro y medio de altura, representa a Santa Ángela de la Cruz y ha sido realizada en madera de cedro policromada por el escultor Álvaro Flores Rojas. La santa, sobre una sencilla peana oscura, sostiene el crucifijo de su pecho con la mano derecha mostrándolo al devoto, mientras que la izquierda la tiene pegada al cuerpo y sujetando el característico libro de su iconografía habitual.
Hay que recordar que tras la reapertura de la Iglesia de Santa Catalina y el regreso a ésta de la Hermandad de Santa Lucía, en el retablo que ocupaba se colocó un cuadro de Santa Ángela y un cartel animando a los devotos a dejar sus donativos para la realización de la talla de la fundadora de las Hermanas de la Cruz, lo que ya es una realidad que se puede contemplar en la hoy vacía de cofradías Parroquia de San Román.









lunes, 4 de enero de 2021

ACTO DE VENERACIÓN A NUESTRO PADRE JESÚS DE LA PASIÓN EN SU CAPILLA


En sustitución del tradicional besapié del primer fin de semana del año, Nuestro Padre Jesús de la Pasión fue expuesto este sábado y este domingo en la capilla sacramental de la Iglesia del Salvador en un acto de veneración, para el que se presentó a los devotos sin corona de espinas ni potencias. Vestía la túnica estrenada en 2017, bordada en plata sobre terciopelo corinto por Jesús Rosado, según diseño de Rafael de Rueda, quien se inspiró en un grabado del siglo XVIII de Pedro Tortolero.
Como de costumbre, el Señor de Pasión se encontraba sobre la peana donada por un grupo de hermanas con motivo del CDL aniversario de la hermandad, flanqueada por dos jarras del paso de palio de Nuestra Madre y Señora de la Merced colocadas sobre columnas de base cuadrada forradas en terciopelo rojo. Las jarras contenían claveles rojos, flores que también veíamos en distintos puntos del retablo de plata de la capilla, aunque eran blancos a los pies de la dolorosa y de San Juan Evangelista.
El retablo contaba también con varios candeleros con cera roja y dos pequeñas tallas de ángeles, y rodeaban al Señor cuatro blandones dorados también con cirios rojos, mientras que los candelabros situados ante la Virgen de la Merced y San Juan tenían cirios blancos.
Completaban el montaje de este acto de veneración dos faroles, uno a cada lado. Además, a la izquierda estaba el estandarte corporativo y a la derecha la bandera pontificia bendecida en 2017 con el escudo bordado del Papa León XIII, ya que fue con él en Roma cuando la hermandad obtuvo el título de Pontificia.
























lunes, 28 de diciembre de 2020

LA VIRGEN DEL AMOR, EN EL PRESBITERIO DE SANTA MARINA JUNTO A SAN JUAN


La Hermandad de la Resurrección celebró el pasado día 20 la función solemne en honor a María Santísima del Amor, que durante toda la jornada estuvo expuesta a la veneración de los fieles en el presbiterio alto de la Iglesia de Santa Marina, sin que se pudiera desarrollar su habitual besamanos. En cualquier caso, hay que recordar que en este mismo 2020, el pasado mes de enero, la dolorosa ya estuvo en besamanos coincidiendo con su L aniversario (ver).
Para este "no besamanos" de diciembre, la imagen que tallara Jesús Santos Calero como primitiva Virgen de la Aurora estuvo acompañada por San Juan Evangelista, que, si bien no es titular de la hermandad, sí que recibe culto en Santa Marina y es obra de Antonio Joaquín Dubé de Luque.
El discípulo amado, vestido con túnica de terciopelo verde lisa y mantolín rojo, posaba la mano derecha en la espalda de la Virgen del Amor, quien por su parte llevaba un manto también rojo, saya verde bordada en oro y toca de sobremanto bordada sobre malla. Asimismo, lucía la corona procesional de la Virgen de la Aurora, un puñal, un alfiler con su advocación, un broche en el pecherín y otro de la Hermandad de los Javieres prendido de la saya. En la mano derecha sostenía un pañuelo y una medalla de la propia Hermandad de la Resurrección, y en la izquierda un rosario.
Las dos imágenes estaban elevadas sobre una peana de madera policromada, mientras que la dolorosa tenía otra más para igualarse en altura con San Juan. A sus pies tenían un centro floral con margaritas blancas de la variedad spider.
Flanqueando a ambos había cuatro columnas doradas de fuste salomónico y capitel corintio que sostenían los antiguos ángeles que iban en las esquinas del paso del Cristo de las Almas de los Javieres. Y detrás, sobre otras dos columnas veíamos dos jarras doradas con las mismas flores antes descritas, mientras que otras dos estaban entre los candeleros que se extendían ante el Señor de la Resurrección, quien a su vez tenía detrás un enorme cortinaje de damasco rojo. Finalmente, en los laterales se situaron cuatro blandones dorados con cera blanca.