viernes, 31 de julio de 2020

LA IGLESIA DE SAN LUCAS ACOGIÓ LOS CULTOS A SANTA MARTA EN JEREZ


Veintitrés años después, el Santuario de San Lucas de Jerez albergó los cultos en honor a Santa Marta, la titular de la cofradía del mismo nombre, que fue trasladada de forma privada desde su capilla al templo de la Hermandad de las Tres Caídas, un lugar con mayor capacidad para reunir a hermanos y devotos en estos tiempos difíciles de distancia de seguridad interpersonal.
Entre el domingo y el martes se celebró el triduo en su honor, con la predicación a cargo del vicario de la Parroquia de los Cuatro Evangelistas, Ismael Bermejo, y el miércoles, día de la festividad de la santa, permaneció expuesta a la veneración de los fieles en horario de mañana y tarde, antes de la conclusión de sus cultos con la misa solemne celebrada a última hora de la tarde.
De esta forma, Santa Marta celebró su día no con la salida procesional, como hubiera sido lo normal, sino recibiendo a sus devotos desde el presbiterio alto de San Lucas, a los pies de dos de los titulares de la Hermandad de las Tres Caídas, como son el Santísimo Cristo de la Salud y María Santísima de los Dolores, además de San Juan Evangelista, que completaba el Calvario que presidía el templo felizmente restaurado el año pasado.
Santa Marta, que fue objeto también de una restauración regresando del taller de Miguel Ángel Caballero el pasado 16 de junio, se encontraba elevada sobre una doble peana; una primera de madera dorada y terciopelo rojo, y sobre ésta otra más pequeña dorada. Vestía el manto de terciopelo verde estrenado en 2018 y la saya blanca de tisú de 2016, bordados ambos por el taller de costura de la propia hermandad.
Además, la imagen que tallara Antonio Eslava estrenaba un encaje donado por un grupo de devotos y unos pendientes ofrecidos por dos hermanos de la cofradía. En el pecherín contaba con un broche con su advocación y en el fajín verde que pendía de la cintura había varias medallas. Por otra parte, sujetaba el hisopo con la mano derecha, y el acetre con la izquierda, mientras que en la cabeza tenía una aureola de orfebrería dorada.
La santa de Betania estaba flanqueada por un total de seis candeleros con cera blanca, tres a cada lado, y a sus pies había un centro con diversas especies florales de variadas tonalidades. Por último, hay que apuntar la presencia del estandarte corporativo de la Hermandad de Santa Marta detrás, en el lado derecho, mientras que el de la Hermandad de las Tres Caídas estaba en el izquierdo, subrayando aún más la unión e incluso vecindad de estas dos cofradías que comparten jornada procesional en el Miércoles Santo.































LA MISIÓN REDENTORA, SEXTA COFRADÍA DE LA NOCHE DE JESÚS JEREZANA


La Unión de Hermandades de Jerez aprobó ayer, jueves, la solicitud de la Hermandad de la Misión Redentora para hacer estación de penitencia a la Catedral en la Madrugada del Viernes Santo, o Noche de Jesús, como se la conoce en dicha ciudad gaditana.
Será la sexta cofradía de esta importante jornada de la Semana Santa jerezana, que ya tuvo seis hermandades entre los años 1992 y 2006, cuando también formaba parte de ella la Hermandad del Perdón, procedente del Viernes Santo y en la actualidad en el Domingo de Ramos.
Como el Perdón en aquellos años, la Misión Redentora ocupará el último lugar de la jornada, quedando la nómina de la siguiente forma: Santo Crucifijo, Nazareno, Cinco Llagas, Buena Muerte, Yedra y Misión. Así, aunque los horarios e itinerarios se tendrán que definir con calma, el sexto lugar podría hacer que la cofradía de la Parroquia del Corpus Christi saliera entre las dos o las tres de la madrugada, para estar de vuelta en su templo a eso de las once de la mañana.
La Misión Redentora fue aprobada como agrupación parroquial en 2009. Ya en 2010 llegó la imagen de María Santísima del Silencio, obra de Ángel Pantoja. En enero de 2012 se bendijo la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Misión Redentora, de Fernando Murciano, y en 2016 la agrupación se convirtió en hermandad de penitencia, realizando en 2017 su primera salida con nazarenos. Un año más tarde se unió al paso del Cristo la talla de Nuestra Madre y Señora del Encuentro, también de Fernando Murciano, quien está realizando el resto de figuras del paso de misterio, donde se representa el encuentro de Jesús con su Madre camino del Calvario.
Al Señor de la Misión y a la Virgen del Encuentro se sumarán en los próximos años un centurión romano a caballo, cuya talla está muy avanzada, San Juan, la Magdalena y los dos ladrones. Todo ello dará como resultado un enorme misterio sobre un paso con carpintería de Enrique Gonzálvez y talla de David Medina.

jueves, 30 de julio de 2020

LA NUEVA BAMBALINA FRONTAL DEL PALIO DE LA HERMANDAD DE LAS VIÑAS DE JEREZ


Hasta hoy, jueves, ha permanecido expuesta en las dependencias de la Hermandad de las Viñas de Jerez la nueva bambalina frontal del paso de palio de María Santísima de la Concepción, que tendría que haber sido estrenada el pasado Viernes Santo durante la estación de penitencia de la corporación.
La presentación oficial de esta obra tuvo lugar la semana pasada en el Hotel Casa Palacio María Luisa, pero posteriormente ha permanecido en la casa hermandad para permitir su contemplación por parte de todos los hermanos y devotos que así lo quisieran.
Con un simple vistazo a esta parte del que será el nuevo paso de palio (un proyecto completo de bordados y orfebrería), queda de manifiesto que la Hermandad de las Viñas sigue decidida a avanzar con acierto desde el punto de vista artístico y patrimonial, como en los últimos años hemos visto con el paso de misterio del Santísimo Cristo de la Exaltación.
Francisco Javier Sánchez de los Reyes es el diseñador del nuevo palio de la Virgen de la Concepción, mientras que el Taller de Bordados Santa Clara, de Sevilla, ha sido el encargado de confeccionar esta obra, bordada en oro, plata y sedas de colores sobre terciopelo de seda azul.
Como explica el texto de presentación de la propia hermandad, en el bordado de la bambalina se pueden apreciar diferentes tipos de hilos y de técnicas, como cartulina, hojilla, tejido, escavado y perfilado de lentejuelas, entre otras. Llama la atención en la jarra del paño central la presencia de dos libélulas, que se consideran portadoras de la gracia de Dios, y una avispa, símbolo de la perseverancia.
Además, vemos una aureola de estrellas y una media luna, elementos habitualmente presentes en la iconografía de la Inmaculada Concepción, pero también un corazón atravesado por un puñal, dado que la Concepción de las Viñas es una dolorosa. La aureola, la media luna y el puñal son de orfebrería, realizados por José Luis Jiménez González.
Al mismo tiempo que se ha bordado la parte exterior de la bambalina, también se ha realizado la interior, para la que se han aprovechado los bordados de Carrasquilla de las que hasta ahora eran las bambalinas exteriores de este palio, que por última vez vimos en la calle en la salida extraordinaria del pasado mes de diciembre (ver).
Los bordados antiguos han sido limpiados, restaurados y pasados a nuevo terciopelo por el mismo taller encargado de la confección de los nuevos. Además, el dibujo original ha sido enriquecido con nuevas hojas y flores bordadas en oro. Hay que tener en cuenta que las antiguas caídas del palio se caracterizaban por ser más estrechas de lo habitual, debido a la baja altura que tenía la puerta de la Parroquia de Nuestra Señora de las Viñas antes de que fuera ampliada años atrás. Precisamente eso es lo que ha ayudado ahora para que unos bordados que antes eran exteriores hayan podido ser adaptados para pasar al interior.
Asimismo, en las caídas interiores se ha dejado un testigo del terciopelo y la malla originales del palio en recuerdo de los vecinos de la barriada que contribuyeron con sus donativos a la realización de aquel palio de la Virgen de la Concepción en los años ochenta.
El conjunto se completa con unos borlones nuevos que penden de una hilera de hojas de vid, en alusión a la barriada y a la parroquia donde se enclava la hermandad, y que no están pegadas al conjunto de la bambalina, sino que se sujetan únicamente en los puntos marcados por unas flores bordadas, dejando el resto al aire.
No hay fecha prevista para la finalización del paso de palio en su plenitud, un proyecto que podría verse afectado por la crisis económica que ha generado la pandemia del coronavirus. Y precisamente la pandemia también ha supuesto que no se pudieran celebrar distintos eventos que permitían obtener recursos económicos, principalmente a través de las ventas de la caseta de una Feria del Caballo que no se ha celebrado este año.
En cualquier caso, ese trabajo de diferentes colectivos de la hermandad y del Coro de Villancicos, además de las donaciones de hermanos y devotos, ha permitido poner en marcha este ambicioso proyecto. Para el futuro más inmediato, el estreno de las jarras, algunas de las cuales ya se están realizando, y el de la peana, para cuya ejecución la corporación ha conseguido la implicación de un donante.










EXPOSICIÓN A LA VENERACIÓN, SIN BESAMANOS, DE SANTA MARTA


La Hermandad de Santa Marta celebró ayer la festividad de su santa titular manteniendo a su imagen expuesta a la veneración de los fieles en el presbiterio de la Parroquia de San Andrés, aunque sin posibilidad este año de besar su mano.
Asimismo, se celebraron dos misas, una a las once y media de la mañana por las intenciones de sus hermanos y devotos, y la otra fue la solemne celebración eucarística de la festividad a las nueve de la noche. Durante toda la jornada fueron muchos los devotos que pasaron por el templo para rezar ante Santa Marta y algunos también le llevaron ofrendas florales.
Al no estar expuesta en besamanos, la imagen portaba en la mano derecha el hisopo, mientras que con la izquierda sujetaba el acetre, enseres propios de su advocación realizados en plata sobredorada por Jesús Domínguez. En la cabeza llevaba su aureola procesional y también lucía un juego de pendientes y un broche en el pecherín con su nombre.
La santa, que estaba elevada sobre una sencilla peana de madera dorada, vestía un tocado de diversas franjas, una saya morada y un manto verde, ambos de terciopelo liso. Asimismo, tenía un fajín hebraico en la cintura.
La decoración floral se componía de nardos (además de los ramos que los devotos iban dejando) repartidos en varios centros y jarras distribuidos por el altar. Además, en la parte delantera del presbiterio se dispusieron cuatro altísimos blandones dorados y otros cuatro más pequeños, todos ellos con cera blanca. Y entre éstos, dos de las jarras mencionadas sobre sendos pies dorados.
Al fondo, entre otros cuatro blandones, veíamos a la izquierda el estandarte corporativo y a la derecha la bandera de Santa Marta. Además, ante la talla de la Inmaculada Concepción que preside el retablo había un pequeño dosel con una imagen del Niño Jesús, diversos candeleros y pequeñas jarras también con nardos.