miércoles, 31 de marzo de 2021

EL ESPECTACULAR ALTAR DE SEMANA SANTA DE LA HERMANDAD DEL BUEN FIN


La Hermandad del Buen Fin lleva tiempo caracterizándose por la espectacularidad de sus altares de culto o la presentación de sus imágenes en besamanos y besapiés. Por ello, era de esperar que para esta Semana Santa de 2021 la priostía sorprendiera con un altar impresionante, como así ha sido.
El Cristo del Buen Fin y Nuestra Señora de la Palma no están en la calle, pero merece la pena acudir a su encuentro en estos días para contemplar un altar lleno de detalles. La propia hermandad explica minuciosamente cada significado que encierra este altar para el que se han utilizado imágenes secundarias que en distintas etapas formaron parte del paso del crucificado:

"El altar extraordinario que se ha montado en la Iglesia de San Antonio de Padua quiere representar el Monte Calvario, un monte escarpado que corona el Cristo del Buen Fin clavado en la cruz, redentor del mundo, que desde su posición elevada nos acerca a Dios. Es un monte originariamente seco, pero en el mismo comienza a crecer la vida, justo al pie del santo madero. Sabemos que con la muerte del Señor renace la vida, de ahí que todo el altar esté salpicado de flores: calas, que simbolizan la pureza y la compasión que Cristo sintió por nosotros, a pesar de su muerte. Con ella nace una nueva Iglesia y nos redime de nuestros pecados. La hiedra y las esparragueras, de color verde, denotan la esperanza en una vida nueva tras la Resurrección.
El fondo del altar lo conforma un gran velo morado tachonado de estrellas, un sol y una luna. Todo ello representa las tinieblas que caen sobre el mundo cuando Jesucristo muere. Esta es una representación que se hace desde la Edad Media hasta la mitad del Barroco, usando el color litúrgico con el que se cubrían los altares en el tiempo cuaresmal. Además, la presencia de las estrellas son un signo que evoca la noche, la oscuridad del momento justo en que Cristo expira la tarde del Viernes Santo. Sobre ellas, una inscripción que recoge unas palabras que San Francisco solía pronunciar ante el crucifijo: DEUS MEUS ET OMNIA (Mi Dios y mi Todo): Cristo es lo máximo, junto al abrazo de San Francisco y la corona que remata el altar, símbolo de Cristo como Dios del Universo.
Las imágenes que acompañan al Cristo del Buen Fin en el Calvario son la Virgen de la Palma y San Juan Evangelista, siempre junto a la Cruz en las representaciones de la pasión; los Santos Varones, José de Arimatea y Nicodemo, que portan el permiso para bajar al Señor y la escala para descender su cuerpo; María Salomé y María de Cleofás, que llevan en sus manos el Santo Sudario para envolverlo; y Santa María Magdalena, arrodillada y orante junto a Cristo. Todas estas imágenes pertenecieron a algunos de los distintos pasos de misterio que acompañaron, algún Miércoles Santo, a nuestro Titular por las calles de Sevilla.
A los pies de María Magdalena, y llenando al altar de detalles, los elementos de la pasión: la túnica que le fue despojada y la soga con la que fue maniatado, los dados con los que repartieron sus vestiduras, la lanza que atravesó su costado y la esponja con la que se le ofreció de beber (un guiño al pasaje que también, en su historia, representó la Hermandad aun con un Cristo muerto), el martillo y las tenazas, el paño de la Verónica, el cáliz que recogió su sangre y en un lugar destacado la calavera de Adán, símbolo de la vieja Iglesia que, a su vez, da nombre al Gólgota o Monte de la Calavera. Todo el altar sería, de esta forma, un contraste entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento que representa Cristo crucificado.
Sin duda, un altar extraordinario para un año extraordinario, en el que Cristo nos da una lección de amor desde el lugar donde se entrega por nosotros y por nuestra salvación. Como San Francisco decía, Cristo del Buen Fin, nuestro Dios y nuestro Todo, ante los ojos misericordiosos de Nuestra Señora de la Palma".

















EL CRISTO DE LAS MISERICORDIAS RECUPERA SU HISTÓRICA AUREOLA


Si algo nos va a dejar en el recuerdo esta triste Semana Santa de 2021, al menos será la posibilidad de ver estampas nada habituales en los altares que están montando las distintas cofradías a la hora de exponer de manera extraordinaria a sus titulares en veneración. Es el caso de la Hermandad de Santa Cruz, que ayer tenía que haber salido a las calles y que ha recuperado una iconografía histórica en la forma de presentar al Santísimo Cristo de las Misericordias.
Así, alrededor de la cabeza del crucificado puede verse la aureola circular que fue muy característica de esta imagen hace aproximadamente un siglo, dado que por primera vez la utilizó en 1918 para retirarla años después. La última vez que la llevó por las calles fue en la salida extraordinaria que celebró la hermandad en 1979 con motivo del LXXV aniversario fundacional.
Pero no se queda ahí lo particular de la forma en que se encuentra estos días el Cristo de las Misericordias en el presbiterio de la Parroquia de Santa Cruz, dado que, al contrario de lo que es habitual, se han colocado en la cruz unos casquetes de plata que combinan a la perfección con la mencionada aureola.
Por otro lado, el Cristo de las Misericordias se eleva sobre un monte muy diferente al de su paso, dado que se compone de una bellísima combinación de rosas rojas, lirios morados, calas blancas y moradas, y cardos. Eso sí, en las jarras que se sitúan en los laterales ya sí que vemos los acostumbrados claveles rojos.
Pero además este altar también ha servido para presentar el resultado de la restauración del frontal del canasto del antiguo paso del crucificado, que fue diseñado en 1922 por Aníbal González y tallado por Manuel Casana. La restauración de esta pieza ha corrido a cargo de Luis Suárez, hermano de Santa Cruz. Sobre este frontal del antiguo canasto se han puesto dos de los candelabros de guardabrisas del paso.
Por su parte, Santa María de la Antigua permanece en su hornacina, mientras que Nuestra Señora de los Dolores preside un altar montado delante del retablo del Cristo de las Misericordias, entre candeleros con cirios blancos y jarras con flores del mismo color. Sobre el manto de color negro lleva la toca de salida y luce también la corona con la que sale a las calles bajo palio.
















EL CRISTO DE BURGOS Y LA VIRGEN DE LA PALMA, EN EL ALTAR MAYOR DE SAN PEDRO


La Hermandad del Cristo de Burgos es una de las nueve que deberían hacer en la tarde de este Miércoles Santo su estación de penitencia a la Catedral. Ante la imposibilidad de hacerlo, la corporación ha decidido presentar a las imágenes en el altar mayor de la Parroquia de San Pedro, con un sencillo montaje que representa la escena del Calvario, con Madre de Dios de la Palma y San Juan Evangelista a los pies del Santísimo Cristo de Burgos.
Sobre una estructura de color morado ante la que se ha situado un antiguo respiradero del paso de la Virgen del Pilar, titular de la hermandad letífica con sede también en San Pedro, se alzan las tres imágenes. El crucificado lleva sus potencias de salida, mientras que la Virgen de la Palma viste un manto rojo de camarín y una saya azul, ambos bordados en oro. Sobre la cabeza cuenta con su corona procesional y en el pecherín no falta la palma de orfebrería que alude a su advocación. En cuanto a la talla del discípulo amado, obra de Antonio Illanes que no es titular pero que la hermandad utiliza para cultos internos, luce nimbo y viste túnica roja y mantolín verde, ambos lisos.
La base de la cruz del Cristo de Burgos cuenta con una variedad de flores de tonalidad morada que también están sobre las seis jarras del paso de palio que se encuentran delante, entre candeleros con cirios color tiniebla.
Finalmente, delante de todo el conjunto, en el presbiterio bajo, se han colocado dos banderas: la del lado izquierdo es la de Sevilla, mientras que la de la derecha es la de la ciudad de Burgos.








JAVIER CORDERO, AUTOR DEL CARTEL DE 2021 DE LA HERMANDAD DE LA DEFENSIÓN


La Hermandad de la Defensión de Jerez debería haber realizado ayer, Martes Santo, su estación de penitencia, algo que no ha podido ser por segundo año consecutivo. Lo que no le ha faltado a esta corporación jerezana ha sido su cartel anunciador, una obra pictórica de Javier Cordero.
En ella puede verse al crucificado que tallara José Esteve Bonet sobre un monte Calvario donde se aprecia la calavera de Adán. A un lado y a otro del Cristo están la bandera del Vaticano y la de España, mientras que detrás se aprecia la fachada de la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión, de la que el crucificado tomó el nombre, ya que la imagen llegó a dicho monasterio en barco por el Guadalete junto a la Virgen que el mismo escultor talló para este cenobio. El año pasado se cumplieron 225 años de aquello, motivo por el que el Cristo de la Defensión, antes del confinamiento, volvió a la Cartuja para celebrar la efeméride.
Un cortinaje abierto sirve de marco superior a la pintura, mientras que debajo se puede leer en letras blancas "Martes Santo 2021. Jerez de la Frontera. Defensión".

martes, 30 de marzo de 2021

LOS PANADEROS RECREA EL ALTAR DE 1933 EN ESTA SEMANA SANTA SIN COFRADÍAS


La Capilla de San Andrés alberga estos días un montaje muy especial con sus imágenes titulares con motivo de la celebración de esta Semana Santa sin cofradías, pero con gran cantidad de gente por las calles, que nos ha tocado vivir.
Para presentar a sus imágenes, la cofradía del Miércoles Santo ha mirado atrás en el tiempo; en concreto, al año 1933, cuando la situación política de España derivó en la cancelación de las estaciones de penitencia de las hermandades un año después de la salida en solitario de la Estrella, que sufrió un atentado por parte de un anarquista.
Así, en el altar de la capilla de la calle Orfila se ha montado una versión reducida del paso de palio de la Virgen de Regla, con las caídas frontal y trasera, unos paños en los laterales, el respiradero delantero, un faldón, algunas jarras y varios candeleros. Y bajo el palio, la dolorosa acompañada de la imagen de San Juan Evangelista que recibe culto durante todo el año en el templo, obra de Gumersindo Jiménez Astorga, que no es el que va en el paso de misterio del Prendimiento.
La dolorosa, con manto rojo y saya blanca, ambos bordados en oro, luce la corona de oro de su Coronación Canónica y en el pecherín tiene la Medalla de la Ciudad y un alfiler con su advocación. En la mano derecha sostiene un pañuelo, mientras que en la izquierda lleva su característica espiga de oro que alude al gremio de los panaderos.
La variación con respecto a aquel altar de 1933 es la presencia de Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder (la talla actual de Castillo Lastrucci no existía entonces) delante del palio, sobre una peana adornada con diversas especies florales. Viste su habitual túnica blanca de pelo de camello y lleva las potencias de salida.
De esta forma se prepara la Hermandad de los Panaderos para vivir un Miércoles Santo distinto, en el que los hermanos realizarán turnos de vela para acompañar a sus titulares, como hicieron aquella lejana jornada de hace 88 años.