martes, 30 de noviembre de 2021

LA CARIDAD DEL BARATILLO SE EXPUSO A LA VENERACIÓN ANTE EL SIMPECADO


Este domingo se completaron los cultos en honor a María Santísima de la Caridad en su Soledad, de la Hermandad del Baratillo, con el acto de veneración que tuvo lugar en la capilla, donde la dolorosa se situó en el presbiterio, sobre una pequeña peana de plata y ante un centro de rosas blancas que estaba a sus pies.
Para este culto, la Virgen de la Caridad estaba vestida con su manto de salida, bordado en oro sobre terciopelo morado por Manuel Elena Caro en 1964 y restaurado por el taller de sus sucesores entre 2016 y 2017. Asimismo, llevaba la saya blanca de tisú también del taller de Elena Caro y restaurada por la empresa Cyrta en 2018, su corona procesional y un fajín rojo con borlones dorados y un entorchado.
En el pecherín, la dolorosa que tallara José Manuel Rodríguez Fernández-Andes tenía un puñal, un alfiler con la palabra Caridad y la Medalla de la Ciudad de Sevilla. En la mano derecha sujetaba un pañuelo de encaje, mientras que en la izquierda tenía un rosario; y otro más colgaba del fajín.
Junto a la imagen había dos candelabros plateados con nueve velas blancas cada uno, y más hacia los extremos veíamos dos jarras de su paso de palio con más rosas blancas. Tanto estas jarras como los candelabros se encontraban sobre sendas columnas de fuste salomónico y capitel corintio. Detrás, ante el camarín que ocupan habitualmente la Virgen de la Piedad y el Cristo de la Misericordia, estaba el simpecado sobre el respiradero frontal del palio entre otras cuatro jarras con las mismas flores y doce candeleros con cera blanca.
Se completaba el montaje de este acto de veneración con la presencia del estandarte corporativo en el lado izquierdo del presbiterio, mientras que la Piedad y el Cristo se situaban en el retablo de la propia Virgen de la Caridad entre candeleros dorados con cirios azules.



































LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN SALIÓ POR ALCOSA EN ROSARIO DE LA AURORA


La Hermandad del Divino Perdón celebró este domingo el rosario de la aurora con la imagen de María Santísima de la Purísima Concepción recorriendo las calles del Parque Alcosa. Todo comenzó a las ocho de una gélida mañana, cuando de la Iglesia de la Beata Ana María de Javouhey y San José de Cluny empezó a salir el cortejo, que abrían tres acólitos con cruz alzada con manguilla entre ciriales.
Después de varias parejas de hermanos con cirios blancos iba el estandarte corporativo de la Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados, a cuya parroquia se dirigía la Virgen de la Purísima Concepción, y tras más hermanos venían el estandarte corporativo de la propia Hermandad del Divino Perdón, la presidencia y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.






Juanma López Cantero se estrenó como capataz general de la cofradía en este rosario de la aurora, poniéndose al frente de las andas sobre las que iba la dolorosa de José Antonio Navarro Arteaga. Las andas fueron cedidas por la Hermandad del Polígono San Pablo e iban iluminadas con unos candelabros de la Agrupación Parroquial del Carmen, también de San Pablo, así como por seis candeleros.
Tras salir de la parroquia y bajar la rampa, la Virgen giró a su derecha para comenzar a recorrer la calle Escritor Alfonso Grosso. En ese momento, se inició el rezo de los distintos misterios gloriosos del Santo Rosario sin solución de continuidad, uno detrás de otro, de forma que el rezo concluyó bastante antes de llegar a la Parroquia de los Desamparados.


























Desde Escritor Alfonso Grosso, el recorrido del rosario de la aurora continuó en línea recta por la calle Elda, hasta que giró a Pintor Alfonso Grosso y posteriormente a Ontur. Cruzó luego brevemente por Ciudad de Liria hasta que alcanzó la calle Nuestra Señora de los Desamparados, donde se habían colocado algunas colgaduras de homenaje a la Virgen de la Purísima Concepción.
Vestía la dolorosa manto rosa de brocado, saya blanca de tisú con bordados de aplicación, la toca de sobremanto de malla que suele llevar el Sábado de Pasión en su paso de palio y fajín rojo con borlones dorados. Por otra parte, tenía su corona de salida, un puñal, una cruz pectoral, un alfiler con la palabra Purísima y varios broches. Y en las manos sujetaba un rosario de cuentas azules, una rosa de pasión y un pañuelo. Además, en la cotilla, donde había otro broche, se podía leer "Sine labe concepta".


























En Nuestra Señora de los Desamparados la cofradía ralentizó el caminar debido a la presencia de un coche mal estacionado ante la puerta de la parroquia que impedía la colocación de la rampa para la entrada de las andas. Finalmente, sin necesidad de esperar a la grúa, se consiguió moverlo para poder instalar la rampa. Por todo ello, la Virgen de la Purísima Concepción estuvo algunos minutos de más detenida casi en la confluencia con la calle Ciudad de Paterna.
Hay que destacar el exorno floral muy colorido que llevaban las andas y que contenía rosas, orquídeas, lirios, flor de cera, abeto, nueces, granadas, piñas, castañas e hilos y ramas de oro. Estas flores ocupaban fundamentalmente las esquinas delanteras de las andas, así como los laterales; y también había un centro a los pies de la Virgen. En cuanto a los faldones de las andas, eran de color morado, el propio del tiempo de Adviento en que ya nos encontramos.
Cuando se subsanó el problema con el coche mal aparcado, la Virgen de la Purísima Concepción pudo continuar su camino y llegó por fin a la Parroquia de los Desamparados.






















Ya dentro del templo, la Virgen de la Purísima Concepción fue conducida hasta el altar de la Virgen de los Desamparados, quedando las dos dolorosas del Parque Alcosa frente a frente. Y después, Juanma López Cantero mandó a los hermanos que portaban las andas a que las llevaran hasta el lado izquierdo del presbiterio, donde quedaría durante la celebración de la misa que comenzó minutos más tarde.









Finalizada la eucaristía, la Virgen de la Purísima Concepción emprendió el regreso a su templo, para el que contó con el acompañamiento de la Banda de Música Nuestra Señora del Rosario de Sanlúcar la Mayor, formación musical que se estrenó el domingo y que será la encargada de ir tras el paso de palio el próximo Sábado de Pasión, sustituyendo así a la Banda de la Soledad de Cantillana.