lunes, 28 de diciembre de 2020

LA VIRGEN DEL AMOR, EN EL PRESBITERIO DE SANTA MARINA JUNTO A SAN JUAN


La Hermandad de la Resurrección celebró el pasado día 20 la función solemne en honor a María Santísima del Amor, que durante toda la jornada estuvo expuesta a la veneración de los fieles en el presbiterio alto de la Iglesia de Santa Marina, sin que se pudiera desarrollar su habitual besamanos. En cualquier caso, hay que recordar que en este mismo 2020, el pasado mes de enero, la dolorosa ya estuvo en besamanos coincidiendo con su L aniversario (ver).
Para este "no besamanos" de diciembre, la imagen que tallara Jesús Santos Calero como primitiva Virgen de la Aurora estuvo acompañada por San Juan Evangelista, que, si bien no es titular de la hermandad, sí que recibe culto en Santa Marina y es obra de Antonio Joaquín Dubé de Luque.
El discípulo amado, vestido con túnica de terciopelo verde lisa y mantolín rojo, posaba la mano derecha en la espalda de la Virgen del Amor, quien por su parte llevaba un manto también rojo, saya verde bordada en oro y toca de sobremanto bordada sobre malla. Asimismo, lucía la corona procesional de la Virgen de la Aurora, un puñal, un alfiler con su advocación, un broche en el pecherín y otro de la Hermandad de los Javieres prendido de la saya. En la mano derecha sostenía un pañuelo y una medalla de la propia Hermandad de la Resurrección, y en la izquierda un rosario.
Las dos imágenes estaban elevadas sobre una peana de madera policromada, mientras que la dolorosa tenía otra más para igualarse en altura con San Juan. A sus pies tenían un centro floral con margaritas blancas de la variedad spider.
Flanqueando a ambos había cuatro columnas doradas de fuste salomónico y capitel corintio que sostenían los antiguos ángeles que iban en las esquinas del paso del Cristo de las Almas de los Javieres. Y detrás, sobre otras dos columnas veíamos dos jarras doradas con las mismas flores antes descritas, mientras que otras dos estaban entre los candeleros que se extendían ante el Señor de la Resurrección, quien a su vez tenía detrás un enorme cortinaje de damasco rojo. Finalmente, en los laterales se situaron cuatro blandones dorados con cera blanca.



























domingo, 27 de diciembre de 2020

SEVILLA SIGUE A JEREZ Y ELIGE AL CRISTO DE LA CORONA PARA EL VÍA CRUCIS 2021


El pasado mes de septiembre la Unión de Hermandades de Jerez escogía al Santísimo Cristo de la Viga para presidir el Vía Crucis de las Cofradías de 2021 (ver). Fue una elección lógica teniendo en cuenta que es el titular de una hermandad con sede en la Catedral, donde se celebra el acto penitencial, lo que evita traslados públicos, que conciten a numerosas personas, o privados, que es como se suele denominar a meter una imagen en una furgoneta o trasladarla sin avisar en mitad de la noche. La incertidumbre de la pandemia no invitaba ya entonces al optimismo y lo mejor era curarse en salud.
Sevilla is different. O, más bien, habría que decir que el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla is different y ha esperado de forma absurda hasta hace unos días para anunciar lo que era más que evidente: que el Cristo de la Corona iba a ser la imagen escogida para el Vía Crucis del año que viene.
No podía ser de otra manera, dado que era la única opción, teniendo en cuenta las circunstancias. El Cristo de la Corona es el único titular de una hermandad de penitencia que se encuentra habitualmente en la Catedral, y especialmente ahora que su casa, la Parroquia del Sagrario, anexa al primer templo metropolitano, está cerrada por obras de restauración.
Por supuesto, no han faltado los comentarios de mucho cofrade descontento, que hubiera preferido que se eligiera al Cristo de la Clemencia o de los Cálices, impresionante crucificado de Martínez Montañés. El problema es que no se trata del titular de una cofradía de penitencia y de lo que estamos hablando es del Vía Crucis de las Cofradías. Si algún día el Cabildo Catedral decide organizar un vía crucis con alguna imagen, sin duda el Cristo de la Clemencia será un gran opción. Pero éste es el de las Cofradías. Tan simple como eso.
Y, claro está, también hay quien critica (hay que criticarlo todo, que es gratis) la elección porque el Cristo de la Corona pertenece a una cofradía de vísperas, lo que al parecer para algunos la hace menos cofradía, y porque ya en 2018 presidió el Vía Crucis el Cautivo de Torreblanca.
Evidentemente, en circunstancias normales el Consejo no habría escogido para el año que viene al Cristo de la Corona. Pero la pandemia y lo cerca que está este culto (será el 22 de febrero) lo han convertido en la única posibilidad para celebrar un Vía Crucis de las Cofradías lo más parecido a las ediciones anteriores. Porque, no lo olvidemos, se trata de rezar las estaciones, lo que se hace en el interior de la Catedral. Los traslados de ida y vuelta son simples consecuencias secundarias de lo principal, que es el rezo.
Nada debería impedir, por tanto, que el Vía Crucis 2021 se celebre con normalidad en lo que es el desarrollo del acto en sí. Nada impide, de hecho, que el Cristo de la Corona se desplace por las naves catedralicias en lugar de estar parado durante todo el rezo como algunos han sugerido.
Otra cosa será la definición de las medidas (aforo, distancias, gel, vallas...) que sin duda habrá que adoptar para que se lleve a cabo este tradicional acto del primer lunes de Cuaresma, con el aliciente de estar presidido por una de las imágenes más antiguas de la Semana Santa, datado en la segunda mitad del siglo XVI y obra de un autor desconocido.

sábado, 26 de diciembre de 2020

ESPERANZA 2020: JUNCAL


La Hermandad del Juncal celebró la semana pasada los cultos en honor a María Santísima de la Esperanza Reina de los Mártires; unos cultos que incluyeron triduo y función solemne. Además, aunque no hubo besamanos, el domingo estuvo la parroquia abierta en horario de mañana y tarde para que los devotos pudieran visitar a la dolorosa.
Ese día, la Virgen de la Esperanza permaneció en el altar de sus cultos, presidiendo la parroquia desde el retablo mayor donde habitualmente se encuentra la Virgen del Juncal. Para ello, la imagen se presentó vestida con manto verde liso y saya blanca con algunos bordados. Llevaba también toca de sobremanto, su corona dorada, un pañuelo, un rosario, una cruz pectoral y diversos broches.
Junto a la dolorosa se dispusieron dieciséis candeleros con cera blanca, ocho en cada lado, así como cuatro jarras con margaritas spider blancas y antirrhinum, flores que también estaban en un doble friso en la parte baja del altar de cultos, donde había un faldón de terciopelo rojo con galones dorados.



















miércoles, 23 de diciembre de 2020

ESPERANZA 2020: TRIANA


Hasta el pasado domingo y durante seis días, Nuestra Señora de la Esperanza recibió a sus devotos en la Capilla de los Marineros con motivo de los cultos ordinarios coincidentes con su festividad. La imposibilidad de celebrar el besamanos no privó a los fieles de poder contemplar a la Esperanza de Triana a muy corta distancia, expuesta a la veneración en el presbiterio bajo del templo de la calle Pureza sobre su alta peana de salida, que hacía que sus ojos se encontrasen con los de quienes fueron a visitarla.
Para este culto, la Virgen de la Esperanza se presentó vestida con uno de sus dos mantos procesionales, en este caso el del taller de Caro de 1994 diseñado por Juan Antonio Borrero. Además, llevaba la saya blanca de tisú del taller de Olmo de 1918 y la toca de sobremanto de las hermanas Martín Cruz de 1965. Lucía también la corona de oro de Orfebrería Triana de 1984 y en el pecherín tenía el puñal de oro de 1964, el ancla de oro, esmeraldas y perlas de 1963, y el corazón traspasado por una espada de 1972, todo ello de Fernando Morillo.
Llevaba además el fajín rojo que perteneció al capitán general del Departamento Marítimo Guillermo Díaz del Río, del que pendía la medalla de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes. Y en las manos sostenía un pañuelo de encaje, la flor de plata de la Operación Clavel donada por el periodista Bobby Deglané y el salvavidas de oro.
Alrededor de la Esperanza y repartidos por todo el presbiterio veíamos cuatro blandones de plata con cera blanca, varias jarras del paso de palio con diversas especies florales, bandejas y relicarios ante pequeños doseles, un buen número de candeleros con cirios blancos y las clásicas lámparas de araña colgando del techo. Por último, hay que mencionar que el camarín de la Virgen contaba con la presencia del lienzo que reproduce la obra "La Sagrada Familia" de Murillo rodeado de guirnaldas de flores.