miércoles, 31 de marzo de 2021

EL CRISTO DE LAS MISERICORDIAS RECUPERA SU HISTÓRICA AUREOLA


Si algo nos va a dejar en el recuerdo esta triste Semana Santa de 2021, al menos será la posibilidad de ver estampas nada habituales en los altares que están montando las distintas cofradías a la hora de exponer de manera extraordinaria a sus titulares en veneración. Es el caso de la Hermandad de Santa Cruz, que ayer tenía que haber salido a las calles y que ha recuperado una iconografía histórica en la forma de presentar al Santísimo Cristo de las Misericordias.
Así, alrededor de la cabeza del crucificado puede verse la aureola circular que fue muy característica de esta imagen hace aproximadamente un siglo, dado que por primera vez la utilizó en 1918 para retirarla años después. La última vez que la llevó por las calles fue en la salida extraordinaria que celebró la hermandad en 1979 con motivo del LXXV aniversario fundacional.
Pero no se queda ahí lo particular de la forma en que se encuentra estos días el Cristo de las Misericordias en el presbiterio de la Parroquia de Santa Cruz, dado que, al contrario de lo que es habitual, se han colocado en la cruz unos casquetes de plata que combinan a la perfección con la mencionada aureola.
Por otro lado, el Cristo de las Misericordias se eleva sobre un monte muy diferente al de su paso, dado que se compone de una bellísima combinación de rosas rojas, lirios morados, calas blancas y moradas, y cardos. Eso sí, en las jarras que se sitúan en los laterales ya sí que vemos los acostumbrados claveles rojos.
Pero además este altar también ha servido para presentar el resultado de la restauración del frontal del canasto del antiguo paso del crucificado, que fue diseñado en 1922 por Aníbal González y tallado por Manuel Casana. La restauración de esta pieza ha corrido a cargo de Luis Suárez, hermano de Santa Cruz. Sobre este frontal del antiguo canasto se han puesto dos de los candelabros de guardabrisas del paso.
Por su parte, Santa María de la Antigua permanece en su hornacina, mientras que Nuestra Señora de los Dolores preside un altar montado delante del retablo del Cristo de las Misericordias, entre candeleros con cirios blancos y jarras con flores del mismo color. Sobre el manto de color negro lleva la toca de salida y luce también la corona con la que sale a las calles bajo palio.
















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